Total de páginas vistas

jueves, 31 de diciembre de 2009

Feliz 2010

Se acaba otro año. Hoy es el último día. Estaremos en familia, acompañados también por buenos amigos. Nos tomaremos las tradicionales uvas de la suerte, pondremos algo de oro en Una copa de cava y brindaremos por un año si cabe mejor que éste que cerramos hoy.

Abrimos una libreta nueva. Una libreta en blanco. No tiene las hojas dobladas. Sus puntas están impolutas. Un papel en el que nos apetece empezar a escribir de la mejor forma posible. Con las mejores intenciones. Con nuestros mejores deseos...

Este año 2009 ha sido para mí lo más cercano a lo que viene siendo un "annus horribilis". Lo voy a mirar de forma positiva. Creo que siempre tengo tendencia a mirar las cosas desde ese punto de vista. Ni siquiera lo intento, me sale así, pero incluso este año he visto las cosas de la peor forma posible.

El 19 de enero inicié un capítulo de mi vida que me iba a llevar a estar un año entero en un país extranjero, con unas personas a las que no conocía, un idioma que no entendía, un clima que no me permitía muchas horas de sol, una comida para la cual no estaba preparado. Mi vida iniciaba un cambio para el cual yo no estaba preparado y, quizás, mi entorno más cercano tampoco.

Durante este año, he estado a punto de perder mucho... Demasiado cómo para poder superarlo con facilidad. He puesto en juego amistades. He puesto en juego mi trabajo. He puesto en juego mi salud... En definitiva, me perdí.

Pero eso también me ha hecho un poco más fuerte. Ya se sabe, lo que no te mata, te hace más fuerte. Ahora, a nivel emocional y físico, me siento como nunca, preparado para gran parte de las bofetadas que me seguiré llevando en la vida, pero sigo pensando que lo más importante es ser capaz de levantarse cuando uno se cae. Eso es lo que he hecho yo un par de veces este año, con más o menos habilidad, pero lo he hecho.

Pocas cosas a destacar de este año. Bueno, hablo algo mejor el inglés, por supuesto. He conocido un grupo de gente de los cuales algunos, han resultado ser buenos compañeros de viaje. En esa isla he hecho buenos amigos. Algunos de ellos, para toda la vida.

El estar lejos de casa también me ha ayudado a apreciar todavía más el valor de los pequeños detalles. Aprovechar al máximo el poco tiempo que tenemos. Darme cuenta de que hoy estamos aquí, pero mañana no sabemos lo que va a pasar.

El otro día, una persona a la que también he tenido el placer y el privilegio de conocer en Inglaterra, me escribió algo que pienso aplicar todo este año 2010:

"El pasado ya es historia, el futuro es incierto... el presente es lo único que tenemos" (C.O.)

Feliz entrada de año.

Carpe diem

àlex Seguir leyendo...

martes, 29 de diciembre de 2009

Tenía tanto que darte...

Estos días no estoy escribiendo mucho, la verdad, poco...

No tengo que justificarme, son días de fiesta, en que nos reunimos con familia y amigos, en algunos casos, personas con las que hace mucho tiempo que no nos vemos. Eso hace que no tenga tiempo para mucho.

Pero la verdad es que tampoco tengo muchas ganas de escribir. Estas fechas no sacan precisamente lo mejor de mí, y para escribir según qué cosas, casi mejor la auto-censura.

Hoy tampoco voy a escribir mucho, sólo voy a publicar una canción, bueno, un vídeo con la canción, que puedo decirte que a dos niñas que todavía no tienen cinco años, les encanta. No me preguntes por qué, yo tampoco lo entiendo. Pero es que se saben la letra y todo, es partirse...

Luego se lo pongo a ellas.



Con mucho cariño...

àlex Seguir leyendo...

sábado, 26 de diciembre de 2009

Tres días comiendo y bebiendo

Tres días tres... Esos han sido los días en que hemos estado comiendo y bebiendo como si el mundo fuera a acabarse.

A estas alturas de la vida, ya no tengo muy claro qué celebramos, ni si quiera por qué...

En mi casa nos reunimos las mismas personas que nos reunimos el resto del año. Lo mismo con los amigos. No veo por ningún sitio la fiesta religiosa, porque digo yo, si fuera religiosa y celebráramos en nacimiento de Jesús, entonces deberíamos hacerlo de otra forma, ¿no?.

A todo eso, debemos añadirle que antes, en estas fechas, comían cosas que no podían permitirse durante el resto del año, pero ahora... Comemos lo mismo. Grandes cantidades de comida. Grandes cantidades de bebida. Pero la misma del resto del año.

Por eso, me pregunto por el sentido de todo esto. Reconozco que yo veo la ilusión de los niños, pero no en el hecho de sentarse en la mesa, si no en los regalos, en la magia de dos noches, o tres... El resto...

Quizás tú vives la religión. Una religión que celebra la Navidad de otra forma. Quizás tú puedes recordarnos a todos el por qué llegan estas fechas y todos nos queremos más. Todos gastamos más. Todos tiramos más... derrochamos. ¿Por qué no queremos a todo el mundo el resto del año? Me hace gracia recibir alguna felicitación navideña, apelando al amor, a la ilusión, y que venga de un tío que me parece un grandísimo... Bueno, que me pierdo... Pero creo que me entiendes.

Afortunadamente, todo a terminado. Aquí, en Catalunya, ha terminado hoy, con la fiesta de Sant Esteve. Yo sigo reuniéndome con las personas a las que quiero, y tengo la suerte de verlos durante el resto del año. Si eres de aquellos que vives todo el año lejos de casa y aprovechas estas vacaciones para estar con los tuyos, entonces seguro que todo tiene más sentido que para mí...

Espero que ahora vengan días en los que realmente podamos disfrutar más de lo que son vacaciones normales. Yo espero que sea así. Poder hacer alguna salida. Vamos, lo normal.

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 24 de diciembre de 2009

We are the world

A colación con la entrada anterior, os pongo este vídeo... Han pasado chorrocientos años, y todavía se me pone "la gallina de piel".



Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

Feliz Navidad y Feliz Año 2010

Hoy voy a cambiar el discurso. No voy a dirigirme solo a ti, si no a todos. Hoy quiero compartir un mensaje de paz con todos (toma cocacola)... Algunos ya habréis leído parte de lo que escribo a partir de este punto, ya que ha formado parte de la felicitación navideña que he enviado a mis compañeros (y algunos, amigos) del trabajo.

Como sabéis, si me conocéis, estas cosas no van demasiado conmigo; además, ¡qué coño!, a mí, esto de la Navidad, pues como que me pilla siempre a contrapié… Nunca acierto, nunca sé hacia dónde voy ni hacia dónde vengo, sólo sé que, sin comerlo ni beberlo, me toca montar un cenorrio en casa para Noche Buena (como este año).

A mí, la Navidad, me da tres patadas en la barriga. Reconozco que cuando eres crío (y yo sigo siendo un crío) te hace ilusión. Lo veo en mis hijos. Están nerviosos con la llegada de Papá Noel y los Reyes Majos (sí, he puesto Majos, que lo son, coñe, que nos dejan regalitos). Pero si lo miro por otra parte, esto no es más que la reunión con gente con la que ya te reunes habitualmente. Quizás no este año, pero por regla general sí. Te hinchas a comer como si se fuera a acabar el mundo. Gastas un pastón en regalos, algunos, totalmente inútiles... Nos gastamos otro pastón en lotería. Y nos ponemos ciegos de alcohol.

Yo sigo sin verle el qué. Sigo sin verle ese mensaje tan lindo que nos hacen ver señores como los de la Coca Cola, los del Corte Inglés y sitios así, que en definitiva, lo que quieren es que consumamos como cabrones.

Ahora viene el punto de demagogia. Lo digo porque ya me lo han dicho en varias ocasiones, pero para que engañarnos, me importa un huevo. Mientras estamos aquí, llenando de regalos a nuestros hijos, con más juguetes de los que realmente pueden utilizar, comiendo como auténticos maharajas, despilfarrando un dinero que, en muchas ocasiones, ni tenemos (luego viene la cuesta de enero-febrero-marzo)... Mientras estamos aquí, en otros rincones del mundo, la gente sigue muriendo de hambre. Los niños siguen jugando con cajas de cartón, si han tenido suerte. Otros paran de matarse por una noche, par continuar al día siguiente... ¿Reflexionamos? No, es más fácil continuar con la vida que tenemos, y yo soy el primero en hacerlo, tiraremos un montón de comida en tres días, la que sobrará, y seguiremos con nuestro día a día... Ajenos (voluntariamente) a lo que pasa en el resto de hogares...

De cualquier forma, eso no quita que seamos corteses y educados e intentemos buscar los mejores deseos para estas fiestas en las que la mayoría de nosotros, como el anuncio del turrón, volvemos a casa para estar un tiempo en Navidad. Para los que tenéis la suerte de estar cerquita de casa todo el año, pues también, que sois buena gente.

Así pues, allá voy:

Os deseo Feliz Navidad y un año 2010 mejor, si cabe, de lo que ha sido éste (digo si cabe porque el 2009, a mi modo de ver, ha sido un coñazo). Pelead aquello por lo que creáis merezca la pena hacerlo, no os conforméis nunca, siempre buscad más y, sobre todo, sed felices… Muy felices… Yo me he prometido a mí mismo que iba a serlo.

Ah, se me olvidaba. Sed muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy malos estas fiestas, con control, ya sabéis, si bebes no conduzcas, si bebes vigila con quien te vas, si bebes vigila tu retaguardia… Esas cositas sin importancia…

Los que vais a estar en la isla conmigo este mes de enero, no bebáis mucho, haced como yo… Necesito que os reservéis para las últimas 3 semanas de ese mes, en las que espero nos digamos un “hasta luego” a lo grande… Para que pueda volver a mi casa con la cabeza bien alta...



A los que sois mis amigos, los de corazón, esta vez os envío un silencio... Para variar, para que descanséis...

Felices fiestas y Feliz año 2010, con todo el cariño del mundo… (MACE-TAS)

àlex Seguir leyendo...

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Paren el mundo, que yo me bajo

Yo no tengo ni idea del mundo empresarial, ni de leyes mercantiles... Por supuesto que no... Posiblemente no tenga ni idea de nada, pero algo que aprendí en el colegio fue que dos más dos son cuatro y que cuando uno comete una acción, ya sea reprobable o no, ya sea fechoría o no, debe acatar las consecuencias derivadas de ella.

Resulta que una compañía aérea, pongámosle por nombre ficticio "Air Comet", es denunciada por presuntos delitos de estafa y apropiación indebida e insolvencia punible. Resulta, que aún sabiendo que no podían hacer frente a los gastos y, por ende, no iban a poder poner en el aire sus aviones, ellos seguían vendiendo billetes con toda la alegría del mundo... Presuntamente, claro....

Las consecuencias de esas presuntas fechorías han sido un montón de personas que se han quedado tiradas, unas 7.000, justo en Navidades, en el Aeropuerto de Barajas. Muchos regresaban a casa, otros iban a ver a sus familias, por aquello del "vuelve a casa, vuelve por Navidad". Y se han quedado todos en tierra.

Para colmo de los colmos (así empiezan muchos chistes) este Sr., no se ha cortado un pelo a la hora de decir que, viendo la situación desde fuera, él no hubiera elegido Air Comet para viajar... ¡¡¡Qué desfachatez!!!

Pues bien, resulta que ahora, nuestro encantador Ministerio de Fomento, ha decidido fletar unos cuantos avioncitos para ayudar a esas personas que han sido estafadas a poder realizar su viaje. El precio del viajecito se va a los SEIS MILLONES DE EUROS. Nada... Un dinerillo que va a salir de nuestros bolsillos, porque no olvidemos que el estado, como Hacienda, somos todos...

Pero digo yo. Resulta que el presidente de esta compañía, el Sr. D. Gerardo Díaz Ferrán, además, es presidente de la CEOE (los de la patronal, vaya) y, al parecer, está vinculado, no sé en qué calidad, con un montón de empresas más. Seguro que este Sr. no cobra mil ochocientos euros al mes porque es un crack de las finanzas, y se embolsará unos bonos y unos sueldos que ni Fernando Alonso.

Mi pregunta es sencilla, ¿Quién la hace, la paga? ¿Por qué no paga él esos seis millones de euros? ¿Se los reclamará alguien? ¿No les ha tocado el Gordo de la lotería de Navidad? ¿Tengo que pagarlo yo?

Qué país, señor, qué país. Desde luego, a mí me entran ganas de votar sí a la independencia, pero a la mía, para que dejen de gobernarme esta pandilla de chiquilicuatres cualquiera que nos están jodiendo la vida a los ciudadanos de a pie...

Recordando al gran Groucho Marx, "Paren el mundo que yo me bajo"

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

martes, 22 de diciembre de 2009

No tocó nada... Salud!!!

Pues nada, tal y como te comentaba ayer, hoy es el día nacional de la salud... para algunos...

No me ha tocado nada. Sólo perder. De verdad, esto es incomprensible. Tendré que salir en la tele, porque siempre veo que les toca a los que salen... Y este año, encima, el gordo al presidente de la patronal... Jodeeeeer, pues no tendrá pasta el tío... Menos mal que lo ha repartido entre los currantes (eso porque no sabía que iba a tocar) y ahora estarán más tranquilos después de lo del cierre de Air Comet.

Este es un año jodido para todos, de apretarse el cinturón, y las empresas van cayendo como moscas, dejando a infinidad de personas en el paro. Al menos, a estos de Marsans, les habrá sabido a gloria, si se veían con el agua al cuello, quizás ahora ya le dan el definitivo adiós al puesto de trabajo (y lo que nos ahorramos los españoles para pagarles el paro).

A lo que voy, que esto de los juegos de azar es el timo de la estampita... Que siempre le toca a otro. Que la probabilidad es una mala compañera... Para qué me habrán dado estudios, para que sepa lo difícil que es que me toque la lotería?? Ya lo decía el tipo aquel italiano "La ignorancia es la mayor fuente de felicidad".

En cuanto acaben las vacaciones, a aguantar a los mismos jefes. No es que me queje, pero hacerlo, sin hipoteca, seguro que sería más llevadero.

Si has sacado algo de pasta hoy, felicidades, y si no, pues también felicidades, que sólo se vive una vez.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 21 de diciembre de 2009

Día nacional de la salud

Mañana madrugaremos. Aunque estemos de vacaciones, sabes que lo haremos. Mañana es el día nacional de la salud. Nos moveremos durante toda la mañana nerviosos preguntando por doquier si "ya ha salido el gordo".

Todos los años digo que no jugaré mucho en la lotería de Navidad. Todos los años me doy cuenta de que no soy capaz de conseguirlo. Entre compartir, comprar, pedir, regalar... Te juntas con un montón de lotería en la que pones todas las ilusiones... Bueno, si no son todas, al menos la de cargarte la hipoteca de una puñetera vez.

Mañana, en el telediario del medio día, veremos un montón de gente descorchando botellas de cava (o vino espumoso, allá cada cual). Gente contenta. Gente gritando. Gente explicando sueños y deseos. Gente narrando su futuro más próximo. En definitiva, la unión de las ilusiones con el dinero que da esta lotería.

Habrán otros, como yo hasta ahora, que sencillamente se vanagloriarán de tener salud. "Al menos estamos bien" dirán unos. Otros pensarán en ese amor anhelado que no llega. Otros se conformarán con tener trabajo y otros, los menos, se jactarán de no haber jugado.

Si nos dan el reintegro, nos dispondremos a perderlo en la lotería del niño.

Caemos todos los años. Nos creamos castillos de naipes sobre nubes blancas. Pero, ¿y lo bien que lo pasamos imaginando como sería...? Está claro que el dinero no da la felicidad, al menos eso dicen, pero hay que ver como ayuda...

Tanto si juegas como si no, que tengas mucha suerte mañana... Yo estoy convencido de que este año me va a tocar... Hay por ahí un número con el que tengo una corazonada... Un número que comparto... Espero que toque... Lo he encontrado incluso en una lista de números que nunca tocan, por su terminación... Tras un año como el que he pasado, en el que he estado a punto de perder tanto, tengo la esperanza de que me toque ganar algo, para variar...

Isaac Asimov dijo que "La suerte favorece sólo a la mente preparada"... Pues la mía ya lo está... Está preparada para ganar algo mañana...

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 20 de diciembre de 2009

Felicidades Barça

Hoy no tengo más remedio que escribir sobre la épica de un equipo de fútbol.

Nunca he estado de acuerdo con la de dinero que se le paga a un señor porque le da muy bien a un balón con los pies. Me parece un insulto a la inteligencia del resto de mortales que nos dejamos cada día las pestañas en cualquiera que sea nuestro trabajo. A fin de cuentas, estos señores acaban usando cada día infinidad de utensilios que han sido diseñados, fabricados y vendidos por otras personas anónimas con sueldos que no tienen que ver con sus astronómicas cifras. A mí, por mucho que me digan que se les paga por los ingresos que generan, me sigue pareciendo algo extremadamente vergonzoso.

Pero hoy quiero apelar a lo que ha hecho el Barça. Quiero felicitar a, por ejemplo, Pep Guardiola, "el noi de Sant Pedor". Un tío que, en su primer año como entrenador de un equipo como el Barça, lo ha conseguido AB-SO-LU-TA-MEN-TE-TO-DO. Si, todo. Seis competiciones que han jugado, seis competiciones que han ganado. Han demostrado la unión de un equipo. El uno para todos y todos para uno. Y todo orquestado magníficamente por un tipo que, al menos en público, siempre se ha mostrado humilde. Igual en lo privado es de otra pasta, pero al menos nos ha demostrado a todos que con la humildad y el trabajo en equipo se llega lejos. Además, siempre que aparecen por TV, les ves divertirse mientras trabajan.

Con él, un chavalín como Pedro "Pedrito", ha pasado a la historia del fútbol como el único jugador que ha marcado en seis competiciones en la misma temporada. Impresionante si a eso se le suma su juventud y que ha debutado este año en la máxima categoría del fútbol español.

Más éxitos, el Balón de Oro de Messi. Un premio a la cantera del Barça.

Creo que se pueden sacar muchas moralejas de este cuento de hadas con final feliz. Algunas serán más positivas y otras no tanto...

Yo, por mi parte, voy a quedarme con algo tan simple como el trabajo en equipo y el saber disfrutar de esos momentos. Reconozco que trabajo con algunas personas a las que les cuesta relajarse en el trabajo. Creen que relajarse es sinónimo de no trabajar bien. Tampoco se divierten. Me llaman inmaduro porque yo intento practicar esa filosofía, y pienso seguir haciéndolo, ya tengo treinta y ocho y no creo que pueda cambiar algo que llevo en mis genes.


Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 18 de diciembre de 2009

Semana dura, pero genial

Supongo que llega un momento en el que te cuesta creer en que los sueños se pueden llegar a cumplir. Piensas que las cosas van a continuar igual y que no vas a volver a casa para quedarte. Piensas que la vida no es del todo justa...

Pero cuando ya estás a punto de arrojar la toalla, entonces, y sólo entonces, llega una semana como esta.

En primer lugar, te voy a pedir disculpas por no haber escrito nada en toda la semana, pero no ha sido fácil encontrar el momento. Mucho trabajo y sin conexión en el hotel. De hecho, como tengo que coger el tren todos los días para ir al hotel y salgo tarde de la oficina, ni siquiera me llevo el portátil conmigo. Por eso no puedo escribir tanto como a mí me gustaría.

Del lunes, puedo destacar una sorpresa agradable. J.J. dio la campanada y se vino. Teníamos el miércoles la cena del proyecto. Una cena en la que personas de diferentes lugares y diferentes empresas nos íbamos a juntar para celebrar una fiesta de Navidad anticipada. Si él no hubiera venido, no hubiera sido lo mismo. De cualquier forma, también he de decir que eché mucho de menos a X. No pudo ser. Repetiremos.

El martes compartí con dos amigos una salida a tomar unas copas y echar unos bailoteos. Hacía mucho tiempo que no lo podíamos hacer, pero a las 11 de la noche nos fuimos a divertirnos un rato. Bebimos un poco y bailamos mucho. Fue divertido. El Bar Med. Gente de todo tipo y pelaje se juntan allí. Ya te lo he descrito anteriormente. Es muy divertido. Y con J.J. y sus "performances" más todavía. A las dos y media de la mañana nos íbamos a dormir con dolor en la cara de tanto reír. Fue genial. Más que eso, fue impresionante.

Por la mañana nos levantamos un tanto tocados. Antes de las ocho ya estábamos en pie para enfrentar un día duro de trabajo que nos llevaría a la cena del proyecto.

A las 6 de la tarde nos llevaron en autocar a unos ocho kilómetros de la oficina. Un frío impresionante. Toda la tarde nevando (con poca intensidad, sin cuajar). Todo helado. Una noche de aquellas cerradas. El lugar no estaba mal.

Cenamos en una mesa compartida por españoles e ingleses (bueno, había un originario de Irán y otro de Canadá, buena gente). Bebimos vino. Comimos pato. Poca comida para tanta bebida. Ahí empezó a demostrarse el genio español. Tres de nosotros nos ataviamos con una corbata enorme roja (nos las habían regalado A., I. y M.) en la que se podía leer "Kiss me, It's Christmas" (Bésame, es Navidad). Ellas, las mejores, mis amigas, se pusieron unas orejitas de conejitas playboy. Eso era el preludio de lo que iba a ser una gran noche. Bebimos, reímos, bailamos. Los oriundos de la isla nos miraban entre la sonrisa y la perplejidad. Creo que no nos habían visto en nuestra salsa todavía... Hacía tiempo que no nos lo pasábamos tan bien. Pusieron una ruleta, una mesa de black jack y otra de dados. Todo con dinero "de mentira". Me fui a dormir a las dos y media.

El jueves me levanté a las cuatro y media de la mañana. Cogí un tren al aeropuerto y a las siete embarcaba. No me preguntes, pasé todo el vuelo, incluida la hora de retraso que estuvimos dentro del avión parados, durmiendo.

No dormí al llegar. A las tres de la tarde, festival de Navidad de los críos. A babear un buen rato viéndolos cantar y bailar.

Después, hice algo que quería hacer hacía mucho tiempo y que me había sido imposible... Lleve al crío al fútbol, a entrenar. Cuando salió del cole, me dijo su profesora que llevaba todo el día nervioso. "Mi papá viene de Londres a verme". Jo, casi se me saltan las lágrimas. Metió un gol durante el entreno. Era para verlo. Yo estaba allí. Él estaba súper contento. Mereció, junto con el festival, no haber dormido casi.

Por la noche me fui con unos amigos al cine (Spanish Movie). Con palomitas. La película no vale mucho. Pero si la ves en una sala en la que no hay nada más que dos parejas en la fila de los mancos, entonces cambia. Es cómo verla en el salón de casa. Chillando, riendo, comentando las jugadas... Grande.

Ha sido una semana dura. Pero genial. Y por fin estoy en casa. Estaré todas las vacaciones de los niños con ellos. Lo mejor que me podía pasar.

Hay otras buenas noticias, pero las comentaré en otra entrada, más que nada, para darle suspense...

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 13 de diciembre de 2009

Consulta por la independencia de Catalunya

Con la de hoy, ya van doscientas entradas publicadas. No está nada mal la marca para un tío como yo. Mi padre se ha entretenido en ir recopilando mis entradas en un documento. Le ha puesto las imágenes, ha obviado los vídeos, y de momento ya van 265 páginas... ¿Estaré ante la tercera cosa que debe hacer un hombre? Árbol ya planté alguno (a parte de algún que otro pino). Hijos, pues ya sabes. Y ahora el libro.

Sabes que no acostumbro a meterme en política u otros asuntos turbios de este país, pero hoy hemos amanecido aquí en Catalunya con aires de consulta sobre la independencia en algunos municipios. Reconozco que me siento muy orgulloso de ser catalán. Me siento muy orgulloso de mi ascendencia no catalana. Y me siento muy orgulloso de mi pertenencia a España y a Europa.

Teniendo ejemplos tan recientes como el de la antigua Yugoslavia. Viendo lo que sucedió, y desgraciadamente sucede, en algunos lugares de África. Leyendo lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial... Me parece un poco fuera de lugar plantearse ahora temas tan poco solidarios como crear nuevas fronteras para crear más diferencias de las que ya existen, por un mero hecho de dónde vivimos, dónde nacemos, o el idioma que hablamos.

Puede que, para llamar un poco la atención, el tema esté bien. El resto de España nos va a poner ahora de gilipollas para arriba. Al menos hablarán de nosotros. Pero me parece que esto de la consulta por la independencia es la estupidez más grande que ha parido madre y que viene de unos pobres idiotas que no tienen nada más en qué pensar que en chorradas como esta. Luego háblales de "La Vall d'Aran" a ver que te cuentan... (Cuidado, todo esto desde el cariño, el respeto y la admiración).

En definitiva, si lees este blog desde fuera de Catalunya, quiero que tengas muy clara una cosa. En esta parte del mundo, como en todas partes, hay diferentes corrientes libre pensadoras. Cada una igual de respetable, porque así nos lo garantiza nuestra constitución y los derechos humanos, pero hazme un favor, porque uno piense que un lugar debe de ser independiente, no cometas el error de meter a todo el mundo en el mismo saco. No todos queremos lo mismo. No todos estamos de acuerdo con crear nuevas fronteras, no todos pensamos igual que los estridentes y caóticos Sres. que aparecen con los subtítulos en el resto de telediarios del país, hablando de temas estúpidos y sin sentidos.

Aquí, muchos abogamos por motivar a la gente, en vez de obligarla, abrir fronteras, en vez de cerrarlas y, por supuesto, queremos que el sistema funcione mejor de lo que funciona actualmente.

A todos los extremistas que existen en el mundo, les envío hoy una propuesta, bajar al suelo, y dedicaros a los problemas del día a día, y olvidaros de asuntos que interesan a cuatro y lo único que hacen es joder el prójimo, dividiendo a las personas, creando diferentes países... Eso, sólo interesa a aquellos que venden periódicos, a aquellos que hacen programas basura en la caja tonta (ahora LCD) y a los que buscan afán de protagonismo, o sea, a algunos políticos.

¿Amigos?

àlex Seguir leyendo...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Gracias (thank you)


Quiero escribir un par de líneas hoy, y son para agradecer tantas y tantas felicitaciones como he recibido este año. No sé si alguien se ha apiadado de mí por estar lejos de casa. Si es que los amigos se han acordado más de mí por ese hecho, pero entre los que lo han hecho de forma personal, las llamadas telefónicas, mensajes la móvil, correos electrónicos, y esto del feisbuck me he quedado desbordado y no voy a ser capaz de contestar todo lo que he recibido. Tengo todavía incluso alguna llamada perdida a la que no he podido contestar.

Quiero regalarte este vídeo como agradecimiento. Lo ví ayer viernes por la mañana, después de ducharme, recien levantado, después de otro gran vídeo "You are not alone"... ¿Lo recuerdas?



Un beso y una sonrisa,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 11 de diciembre de 2009

Emociones intensas

Estoy acabando de consumir 24 horas de emociones intensas e inesperadas. Estoy seguro que me espera la mejor al llegar a casa. Tengo muchas ganas de abrazar a mis hijos. Tengo muchas ganas de abrazar a mi mujer. Las luces que iluminan cada día de retorno mi pista de aterrizaje. Las luces que hacen que siempre lleve la dirección correcta y que me dan motivos suficientes para luchar en esta guerra que es la vida. Son tan complicadas las cosas. Se piensa tan diferente cuando tienes aquello a lo que más quieres tan lejos de ti…

Pero hoy no voy a escribir sobre ellos. Voy a escribir sobre tres personas con las que he compartido los últimos meses… el último año. Voy a escribir sobre tres amigas que han hecho de las últimas 48 horas un sinfín de emociones, en las que he tenido que luchar en algún momento para no llorar.

Ayer salimos a cenar. Intentamos irnos pronto del trabajo. Éramos unos 8. Pero ahí estaban ellas tres. Cenamos de nuevo en el español (nos quedamos en Horsham). A fin de cuentas, era una celebración de cumpleaños. Allí empezó la noche. Debo reconocer que al final fuimos más de los que yo hubiera querido, pero tampoco era plan de abandonar a su suerte a alguno. Debo reconocer que eso hizo que yo me adormeciera un poco al principio. Quizás no me encontraba a gusto. Ya sabes que para esas cosas suelo ser bastante radical. Y que conste que nadie me había dicho nada. En todo momento la opción de las personas que debían venir era mía. Yo elegía. Pero, repito, no era plan. Además, todo parece indicar que yo dejaré esta isla en breve y ellos continuarán juntos.

La cena estuvo bien. Un par de sangrías, unos choricitos a la riojana, unos pinchos de tortilla (alguien tuvo que repetir hasta la saciedad que estaba recalentada), albóndigas (alguien repitió hasta el aburrimiento que eran de lata), croquetas de jamón, sardinas (este F. no tiene desperdicio) … Algunas cosillas más. Al final, café y un trozo de pastel sobre el que muy amablemente dispusieron unas velas para cantarme un “feliz cumpleaños” muy emotivo.

Salimos del restaurante (gracias X. por tu SMS, te eché mucho de menos) a eso de las 11 de la noche y nos fuimos a un bar que hay allí cerca. Música en directo. Unas copas. Una señora ya bastante madura dándome dos palmadas donde la espalda pierde su buen nombre (uff que miedo). Estuvo muy bien.

El siguiente paso fue la discoteca “de olor a pies”. Un lugar que no te deja indiferente. Y no lo hace por su olor, su moqueta en la que te quedas pegado, su barra dónde las inglesas (y algún inglés borracho) hacen sus pinitos como gogos, su “punching ball”. Había globos amarillos y negros con una carita sonriente. Me ataron una a la muñeca… Un buen rato con él. Bailamos y nos reímos otro buen rato.

A eso de las 2 decidimos dar por finalizada la noche. Me fui con ellas 3 al hotel en Crawley, el Arora. Estamos allí. Nos recogió un taxista en un monovolumen. Fue, sin duda, mi mejor viaje en taxi en todo este tiempo. El conductor era más bien un disc-jockey. Qué música. Tranquila. Buena. De la de toda la vida. De la que no pasa de moda. La noche fría estaba ahí fuera. Y nosotros cuatro sentados en el coche. En silencio. Escuchando la música. Yo delante. Ellas detrás. Disfruté del regreso al hotel. Magnífico.
Allí nos dimos las buenas noches. Todos a dormir. Hasta el día siguiente. Hoy.

Por la mañana hemos desayunado juntos. Más felicitaciones. Más sonrisas. Empezaba un día sensiblero. El teléfono no ha parado. Mi facebook ha echado humo. Mensajes por correo electrónico…

A eso de las 11 de la mañana, con una maniobra casi perfecta, nos hemos ido a tomar café y no me he dado cuenta de nada de lo que estaban haciendo. Han ido llegando todos… y ellas… una por una… Mucho trabajo, he pensado. Yo tampoco tenía una mañana fácil. Quizás ha sido de las más intensas. Un fuego. Había que apagarlo.

Un 3 y un 8 han coronado una “Chocolate Muffin”. Las he soplado dos veces. Dos canciones de felicitación. Más emoción. Al rato nos hemos bajado. Todos. Algo extraño. Algo me olía. Un inglés ha salido de la sala en la que estamos. A la que nos disponíamos a entrar. Me ha deseado feliz cumpleaños. Ay!

En mi silla, dos globos enormes. De nuevo un 3 y un 8. Y una postal. Una postal que esas tres personas me han dedicado. Bueno. Ahí ya he tenido que hacerle el puro machote. He hecho todo lo posible para reprimir las emociones. Unas emociones que se mezclan con la pronta despedida. Vienen tiempos buenos, pero tienen su parte de sacrificio…

Lo que viene después te lo puedes imaginar. A las 3, me han atado los globos a la maleta. He tenido que ir con ellos hasta el aeropuerto. Me han sonreído. Me han felicitado. Incluso unas chicas me han gritado un “Eighteen” muy sonoro, al que he contestado con otro sonoro “thanks” y luego se han dado cuenta de que cumplía 20 más y se han asustado…

Para acabar la fiesta, ya en el aeropuerto, hemos abierto los globos y… el helio… nuestras cuerdas vocales… Vamos, que F. y yo hemos hecho un poco el payaso… Hemos reído otro buen rato.

En un rato estaré en mi casa. Y las emociones se van a transformar. Vuelvo para estar con las personas a las que más quiero.

Ana, Irene, María… Estoy seguro de que vais a hacer que el último día en que esté en el proyecto, se convierta en uno de los más duros de mi vida. Estos últimos meses en esta puñetera isla hubieran sido un auténtico infierno si tres ángeles como vosotras no hubierais estado ahí. Y entre ayer y hoy me habéis hecho sentir como en el cielo… No voy a escribir nada más. Ya lo hemos hablado.

Y, bueno, aunque no has podido estar hoy, sería un error no mencionarte aquí. Miriam, tú también te has convertido en una buena amiga durante este tiempo… y mi confidente, claro…

Hoy os dedico la entrada a las cuatro. Con todo mi cariño.

Un beso… y que vaya muy bonito.

àlex Seguir leyendo...

jueves, 10 de diciembre de 2009

A pocas horas de mis treinta y ocho

Estoy en Horsham. Un pueblecito pequeñito al Sur de Londres... Bueno, ya lo sabes, no voy a andarme con muchas mariconadas con esto.

La cuestión es que estoy aquí, son las ocho menos cuarto de la noche (una hora más en mi tierra), rodeado de unos pocos compañeros de trabajo (y algún amigo también). Estoy a un ratito del día más marcado en el calendario anual de cada uno de nosotros, es decir, mi cumpleaños. Dentro de un rato cumplo treinta y ocho.

TREINTA Y OCHO.

Pesa. Joder, es que parece que fue ayer cuando estaba cenando en un restaurante español aquí, en la puñetera isla, bebiendo vino y comiendo tortilla de patata... coño, fue ayer....

Bueno, a lo que vamos. Mañana es el gran día del año. Al menos, llegaré a casa, y estarán todos esperándome, será el regalo perfecto para otro año más.

Hoy, también me han hecho un buen regalo, pero de momento no voy a desvelarlo, es un deseo y un sueño, y si lo digo, igual no se cumple... Pero seguro que eres capaz de saber de qué se trata.

Bueno, no puedo escribir mucho más. Acabo de tener una charla un tanto descorazonadora que casi me hace hasta llorar, pero tampoco voy a decirte de que se trata (joder, cómo estoy hoy).

Pero está cerca.

Ahora me voy a ir a intentar celebrar mi cumple con unos amigos. Al menos que pueda disfrutar de un buen momento aquí hoy. No sé cómo me levantaré mañana, pero seguro que valdrá la pena.

Te cuento como llevo lo de cumplir los 38.

Que vaya bonito,

àlex

PS: Soy así, y no voy a cambiar por mucho que el tiempo así lo quiera. Seguir leyendo...

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Gata Dora

Cuando estás mucho tiempo conviviendo con otras personas, las vas conociendo y vas viendo cuáles son sus pequeñas manías. Yo también las tengo, así que no voy a entrar aquí en una crítica a saco de lo que dice o hace cada cual por aquí. Pero debo reconocer que hay personas con las que me lo paso genial, bueno, con sus manías, con sus poses o con sus ocurrencias momentáneas.

Hay para todo y para todos. Las hay de todos los colores. Las hay que me gustan y las hay que me disgustan, seguramente por mi propia idiosincrasia.

Por ejemplo, está la persona que no te hace ni puñetero caso cuando esta requeteconcentrada. Eso es algo que siempre me ha molestado. A ver, quizás la palabra es más grande que yo, pero es que no puedo. Ya de pequeño recuerdo a mi padre viendo un partido de fútbol, le decía cualquier cosa y, con mucha suerte, igual me contestaba un “aha” sin saber exactamente a qué me estaba contestando. Con el tiempo aprendí a sacar partido de eso, pero no lo voy a decir aquí, sigue siendo mi padre y no quiero que crea que le he podido perder el respeto cuando era chiquitito. Hoy me sigue pasando. Pero de otra forma. Igual escribo un correo electrónico, o escribo cualquier cosa en el Messenger (mamá, pregúntale a papá que es eso del Messenger) y nada, que no me contesta… Joder como escuece… Ya paso. Ya no voy a escribir más correos ni frasecitas por el Messenger a esas personas.

Están los que practican un Swing de golf imaginario a la mínima de cambio. Jo, como me río, aunque sea de forma interior, ¿¿no se ven?? Yo quiero pensar que si que se ven, pero que les importa un huevo lo que pensemos los demás, más les vale, porque si no, lo tienen jodido. Y es que esto del golf da para mucho. Yo me fijo. Si, si, me fijo. Y veo el perfil de las personas que practican este deporte y además trabajan conmigo. Cortaditos por el mismo patrón. Pero bueno, no voy a decir más sobre eso.

Qué decir de los adictos al curro o “Workaholics”. Yo, hay momentos en los que me considero uno de ellos, aunque luego veo que no. Por ejemplo… vale, no, que no pongo nombres. Está el que se pasa tooooooooooooooodo el santo día enganchado a algún instrumento con el que está trabajando. Escribe mails. Comprueba planificaciones. Gestiona recursos. Escribe más mails. Vuelve a comprobar planificaciones… Luego, igual, me dice que a ver si maduro… Pero bueno, no confundamos un tío como yo con un inmaduro. Quizás no doy la imagen de maduro, pero creo que yo ya he madurado lo suficiente como para darme cuenta de lo que es la vida, y no es precisamente trabajar, trabajar, trabajar, trabajar y trabajar.

Y luego está mi amiga M. No pongo más. Que luego todo el que lee esto sabe de quién hablo. Espero que ella sí que se dé por aludida. Ahora no podría explicarte exactamente por qué tengo esta imagen de ella, es por el trabajo, nunca sabes cuándo va o cuando viene. Hay momentos en que es como la gata Dora (si, si, aquella a la que si se la meten grita y si se la sacan llora), pero por favor, evitemos lo relacionado con marranadas. Pero el otro día no había forma de que estuviera contenta. Que era blanco. No le gustaba. Vale, lo pongo blanco. No le gustaba, lo prefería negro…

Mis manías ya las conoces, y si no, no pienso contarlas aquí. Bueno, va, una, nunca me pases la sal directamente en la mano, que dicen que da mal fario.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

martes, 8 de diciembre de 2009

La búsqueda de la verdad

Todos buscamos la verdad... lo malo es cuando la encontramos

Hay quien dice que la verdad nos libera. Decir la verdad permite que descansemos tranquilos. Hace que nos mostremos tal cual. Puede convertirnos en los amos de la creación o en los seres más vulnerables.

La verdad es amarga.

Nunca me había auto-censurado en este blog, pero creo que en estos dos últimos meses lo estoy haciendo de forma inconsciente. Hay cosas de las que no escribo por el miedo a hacerle daño a alguien. No a una sola persona. A más de una. Creo que no podría soportar ese peso sobre mis espaldas. Si algo no quiero es, precisamente, infligir dolor a nadie.

La verdad hace que pongamos los pies en el suelo. La verdad hace que volvamos a la realidad, que seamos capaces enfrentarnos a todos nuestros miedos y nuestros fantasmas.

Pero la realidad es tan cruda. Hay momentos, muchos momentos de soledad, en los que prefiero cerrar los ojos y soñar. Sueño con momentos felices. Sueño...

¿Tú sueñas?

En el segundo acto de "La vida es sueño", Segismundo dice:

Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta
ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
en
mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me
enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña
el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y
gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento
escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que
hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la
muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña
el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar
empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y
ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque
ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones
cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la
vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una
ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los
sueños, sueños son.
La vida debería ser más sencilla. Al menos, nosotros deberíamos intentar que fuera más sencilla. Nos cuesta bien poco complicarnos la vida y hacer que todo sea más difícil. Nos cuesta poco abandonarnos. Sueña.

Siempre hablo de la honestidad, la lealtad... esos valores a los que durante toda mi vida les he dado tanta importancia. Hay que pelearlos. No es fácil.

Creo que hay momentos en los que nos cuesta menos mentir. Incluso aquellos que nos sentimos orgullosos de no hacerlo. Porque todo el mundo miente (ver "Todo el mundo miente..."), y lo hace conscientemente. Nos damos todas las justificaciones posibles, que si es para no hacer daño, que si es para evitar problemas, que si es una mentirijilla sin importancia... pero, en definitiva, acabamos mintiendo. Y, claro, se pilla antes a un mentiroso que a un cojo...

Yo voy a seguir intentándolo. Voy a seguir buscando la verdad. No "una" verdad, si no "la" verdad. Y espero poder hacer honor a ella, cueste lo que cueste y pese a quien pese.

No sé de quién es esta frase, lo que si que sé es que no es mía, pero hoy, voy a apropiarme un poquito de ella: "La verdad no es más que la expresión dolorosa del corazón".

Déjate llevar por tus sueños y que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Me gustas tú

A veces intento expresarme y no sé cómo hacerlo. Es cierto, no intento engañarte. El otro día, sin ir más lejos, no sabía que decir, me quedé... en silencio. Estaba con unos amigos que estaban, cada uno por sus motivos, de bajón, y consiguieron contagiarme.

Pero cuando no sé cómo hacerlo, encuentro una canción que me ayuda. Sí, igual soy un poco cursi, pero qué vamos a hacerle, soy yo, y al que no le guste, que no me mire.

Creo que, de todas formas, tú ya lo sabes. Creo que lo tienes muy claro, quizás, demasiado claro, y creo que te aprovechas un poco de tu posición de ventaja frente a mí, pero he aprendido a lidiar con ello. Como se suele decir, me he adaptado a la situación. No la tengo controlada, ni la tendré controlada jamás, pero el juego es así, y si no, no sería divertido, ¿¿¿verdad???



Me gustas tú.

àlex Seguir leyendo...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Y tú, ¿por qué me quieres?

Cuánto se habrá escrito sobre el amor. Ese amor entre dos personas, o entre tres, o entre cinco. Ese amor que no tiene nada quever con el fraternal. Ese amor que aparece por primera vez en nuestra adolescencia, que nos obliga a hacer tantas tonterías, que nos llena el estómago de mariposas. Ese amor que hace que no comamos. Que digamos cosas que después pensamos y nos podemos poner incluso colorados... Es algo que me parece tan... dramático...

Siempre se ha dicho eso de que el amor es ciego. Yo pienso que el amor es gilipollas, porque en eso nos convierte. Cuidado, no quiero decir que no esté bien, a mí me encanta, pero lo uno no quita lo otro.

El amor es un estado de egoísmo bárbaro. Estamos por otra persona al 150% y no queremos compartir tiempo con nadie ni nada más y, por supuesto, no queremos que la otra persona comparta su tiempo con otros...

Bueno, eso suele ser lo habitual. Reconozco que yo para eso también soy un poco especialito. Me gusta tener mi espacio y, por qué no, que mi pareja también tenga el suyo. Nunca he soportado a esas parejas que están todo el rato haciéndose arrumacos con cara de tonto y alabándose en todo y a todo momento. Esas parejas que nunca sabes dónde empieza una y dónde acaba la otra. Que te metes de broma con uno, el otro sale en su defensa, que suelta uno un chiste malo, el otro le ríe la gracia. Y luego está el tema de los diminutivos, toooooodo son diminutivos y palabras raras que más bien son para niños pequeños que para adultos. En fin, ya sabes de qué hablo.

Y luego está el amor sincero de un hijo. Brutalmente sincero. Esta mañana, una de mis princesitas se ha venido a la cama con nosotros. Normalmente es algo que no solemos hacer, por aquello de mantener algún espacio totalmente nuestro. Pero hoy tenemos amigos en casa durmiendo y, claro, no íbamos a permitir que los despertaran.

A lo que voy. Para ponerte en antecedentes, te explicaré que a mis hijos les encanta la carne de ternera rebozada. Creo que es un plato que gusta a todos los niños, y a los que ya no lo somos tanto. Ellos, por temas relacionados con las abuelas, y usando los diminutivos, a esta carne la llaman "tiernita". Supongo que, cuando empezaron a comerla, alguien les dijo que era muy tierna... tiernita.

Pues eso, esta mañana, va y nos pregunta que por qué la queremos. "Porque sí" he contestado yo. No encuentro mayor razón, la quiero porque sí, porque no puedo querer de otra forma a mis hijos, es algo totalmente incondicional. Entonces, mi mujer le ha preguntado, con una gran sonrisa en la boca y de una forma muy dulce:

"Y tú, ¿por qué nos quieres a nosotros?"

A lo que ha contestado, también con una sonrisa de oreja a oreja...

"Porque me dais tiernita..." Niños...

Y tú, ¿¿¿por qué me quieres???

Un beso y una sonrisa,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 4 de diciembre de 2009

No se puede tener todo en la vida

Siempre hay alguien que nos tiene que decir que no se puede tener todo en la vida. Siempre hay alguien que tiene que recordarte que, seguramente, si has tomado una decisión importante en tu vida, eso provoca de forma matemática que renuncies a algo.

Siempre hay alguien que nos tiene que decir que para que unos ganen, otros tienen que perder. Con toda certeza, esa decisión que has tomado, con la que tú crees que has ganado algo, hará que alguien pierda.

Pero para serte sincero, me gustaría negarme a aceptar eso. Me niego a aceptar que no podemos tenerlo todo en la vida y me niego a aceptar que cuando yo gano, alguien está perdiendo.

Quizás en otro momento he dado por bueno lo que ahora quiero negar. Quizás. Pero consideraba que me había sucedido en un momento en el que yo no estaba bien. Consideraba que eso no era más que una justificación que me estaba dando a mí mismo para poder superar ese momento.

Yo pensaba que ya tenía todo lo que quería en la vida. Una mujer que me quiere y de la que estoy total y absolutamente enamorado. Una mujer que me ha demostrado más de lo que nadie debería demostrar. Una mujer que sé que daría su vida por mí. De mis hijos qué puedo decir. Creo que me enamoré de ellos el primer instante en que los vi, minutos después de nacer. Tengo los mejores amigos que se pueden tener en la vida. Aquellos a los que para pasarlo bien tienes que llamarles y cuando estás pasando una mala racha están ahí sin que tú los busques.

Entonces, ¿qué es exactamente “no poder tenerlo todo en la vida”?. Mis decisiones las he tomado sabiendo que estaba eligiendo. Sabiendo que de un todo, yo me estaba quedando lo mejor. Así, ¿por qué necesito tenerlo todo? Ya tengo lo mejor.

Ahora, en serio. Quizás hay algo de cierto en esa sentencia. Quizás hay cosas que debes decidir y momentos en los que debes tomar un rumbo u otro. Está claro que no nos gusta renunciar a nada. Queremos tenerlo todo. Y ya no te hablo de bienes materiales. Considero, por ejemplo, que hay personas a las que he conocido en este último año, de las que en breve tendré que despedirme. Quizás ese breve sea un año, no lo sé, pero llegará el momento. Serán personas con las que no podré compartir lo que comparto ahora. Serán personas qué, como mucho, podré ver una vez al año, y que tendré un contacto telefónico o por internet que se irá reduciendo poco a poco, hasta quedar casi en nada.

Con esto, lo que quiero decir, es que, me gusta mi trabajo, me gusta viajar, me gusta conocer gente nueva, me gusta pasármelo bien… pero por encima de todo, me gusta y necesito estar con mi familia, y sé que tengo que renunciar a algo, aunque en esa decisión, no hay ninguna duda, no hay ni siquiera un momento de reflexión.

Después de estas reflexiones, creo que tengo claro que no puedo tenerlo todo en la vida. Seguramente podría estar aquí en mi casa si renunciara a mi trabajo y a mi carrera. ¿Eso me daría la felicidad completa? Tengo que pensarlo. Tengo que intentar estar lo más seguro que pueda.
Me voy a ir a dormir. Es sábado noche y me voy a ir a pensar en todo aquello a lo que tenemos que renunciar para conseguir un entorno lo más feliz posible, un entorno en el que, finalmente, pueda ser un poquito más persona y hacer aquello que se supone que debo hacer. Difícil, ¿verdad?

"Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…" Groucho Marx

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 29 de noviembre de 2009

Harto...

Estoy harto. Sí, harto.

Harto de aquellos que insisten en complicarme la vida.
Harto de las personas que se complican ellos mismos la vida.
Harto de las personas que ayer te sonreían y hoy ni si quiera te hablan.
Harto de las personas que te dicen una cosa a ti y, a los cinco minutos, le dicen lo contrario a otro.
Harto de las personas que te hacen promesas y luego no las cumplen.
Harto de las personas que, por el motivo que sea, no te dicen lo que piensan.
Harto de las personas que dejan pasar una buena oportunidad por cobardía.
Harto de las personas que tienen dos caras.
Harto de los que se aprovechan de una posición para aprovecharse de los demás.
Harto de los que mienten.
Harto de los hipócritas.
Harto de los cínicos.
Harto de los que sólo piensan en su imagen.
Harto de aquellos a los que les preocupa "el qué dirán".
Harto de los que, pudiendo, no sonríen.
Harto de los que insisten en ser infelices pudiendo ser felices.
Harto de los que están enfadados más de cinco minutos.
Harto de estar harto.
Harto...

Y no, no te equivoques... Estoy mejor que nunca... Creo que el otro día, me lo decías, en una conversación telefónica, que se notaba mi estado de ánimo renovado en lo que escribo.

Pero sigue impresionándome el cómo somos. Sigue hastiándome la forma que tenemos de ser, de estar...

Creo que es bien fácil poder estar de buen rollo, sin cinismos, sin hipocresía.

Bueno, ya me he desahogado un poco... ¿no?

Y tranqui, que de ti, seguro que o estoy harto...

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Somos los tíos realmente unos guarros?

Siempre he escuchado, desde bien pequeñito, que los hombres somos unos guarros... Quizás ha tenido algo que ver que en casa fuéramos 4 hombres y una mujer. Quizás.

Recuerdo las guerras por dejar la ropa tirada por el suelo... joder, me estoy acordando de quitarte los calzoncillos, dejarlos caer hasta los tobillos, sacar un pie... y con el otro lanzarlos lo más lejos que pudieras, aunque se quedaran colgados en el pomo de la puerta, en la lámpara... dónde fuera... Vale, vale, dime lo que quieras, pero si eres un tío (o una tía) seguro que también lo has hecho pero te da vergüenza reconocerlo... o no?

Son pequeñas cosas...

Luego nos hacemos mayores, y tenemos nuestras costumbres. Algunos, más arraigadas que otras, yo me considero un tío más fino en eso, pero vienen otras cosas. No sé, me da incluso un poco de vergüenza contarlas aquí. Sobre todo las relativas a los gases. Salgan por dónde salgan. Porque claro, eso sólo lo hacemos los hombres. Si estamos en grupo, es todavía más divertido. Nos echamos unas risas que pa qué.

Está el tío que, con toda la naturalidad del mundo, se lleva la mano al paquete para colocarlo en su sitio. Joder. Es importante. No vas a estar incómodo. Si el calzoncillo te aprieta, o, se te ha ido para el lado equivocado, pues te la pones bien. No es un gesto obsceno. No es una ordinariez. ¿No nos ponemos el pelo en su sitio?? ¿No se "retira" Rafa Nadal el calzoncillo del "orto" antes de sacar? ¿¿No nos ponemos bien un zapato que se nos ha quedado tonto?? Pues eso, también ponemos bien lo más sagrado... el paquete.

Lo de los pedos ya es algo más desagradable. Me cuenta un amigo, J.J., lo del escupitajo al cielo. Me parece brutal. Divertido, pero brutal. Cuenta éste que un conocido suyo (sí, siempre es un conocido, nosotros no hacemos semejantes guarradas) estando con la pareja en la cama, se tira un pedo debajo de la sábana y, justo en ese momento dice: "Escupitajo al cielo"... Otra guarrada... Pues claro, ¿la pareja qué hace? Pues hace lo normal... taparse. ¿Con qué? Pues claro, con la sábana. Se sube la sábana hasta las cejas, y se lo come entero... Jodeeeeer....

Bueno, podría estar aquí enumerando infinidad de cosas que hace el macho. Que nos divierte. Pero reconozcámoslo tíos, cuando lo vemos en una mujer, por muy buena que esté, se nos llevan los demonios.

Al parecer, hace ya bastante tiempo, unos publicistas lo vieron claro y rodaron un anuncio. Ella está tremenda, pero acojona un rato...



Venga chavales, a cuidarlas, que esto son cuatro días mal contados y encima nos pasamos uno durmiendo, otro meándonos encima y los otros dos... currando.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 23 de noviembre de 2009

You are not alone

Hace mucho, mucho tiempo (así empiezan muchos cuentos) escuché una canción. Aún hoy, se me sigue poniendo la piel de gallina. Noto como la electricidad sube por mi columna hasta llegar a mi cabeza... Pasando por mi corazón... Depende del momento, una lágrima puede llegar a asomar en mis ojos.

Yo me he sentido muchas veces solo. En los últimos diez meses, ha sido una horrible sensación que se ha repetido con demasiada frecuencia. Sobre todo, cuando la puerta de la habitación del hotel se cerraba detrás de mí, y me quedaba dentro. Viendo un lugar frío... una cama solitaria... no quería estar ahí...

Hay momentos en los que parece que todo va mal. La vida se ríe de ti. Todo se vuelve en contra. No encuentras esa luz que te guíe. Te quieres perder, no quieres que nadie te vea así, piensas que todo se acaba... Por suerte, lo único que te ha pasado es que te has caído. Alguien te ha abandonado o bien te ha traicionado, quien sabe, pero tú te sientes fatal. Mires dónde mires le ves. Nada puede calmar tu angustia.

Pero de repente, una luz... tenue. Hay alguien ahí. Un amigo. Alguien que está ahí para escucharte, para hablar contigo, para volver a enseñarte el camino. Alguien que te ayuda a superar ese momento tan amargo. Un amigo. Un buen amigo...

Eso es una suerte. Quizás no todo el mundo puede decirlo, aunque yo me niegue a creerlo, porque quiero pensar que todos tenemos un buen amigo a quien acudir cuando las cosas van mal. Una persona a la que no le importa vernos en nuestro peor momento. Una persona que no se enfada porque en un momento dado tengamos una mala palabra, un mal gesto... una mirada...

De ahí que puedas pensar que no estás solo, que hay alguien más... Porque, al final, eso es así, por muy lejos que estemos de casa, tenemos a alguien que nos va a apoyar incluso en las causas perdidas, alguien que no va a juzgarnos por nuestros actos, alguien que, sencillamente, va a comprender y entender aquello que nos pasa, y que nos va a abrazar como un hermano... para hacernos sentir bien, aunque sea por un momento.

Las heridas cicatrizan... afortunadamente, y la vida es maravillosa. Podemos levantarnos otra vez. Luchar. Pelear por aquello que realmente vale la pena, y seguir nuestro camino hacia delante, sabedores de que, más tarde o más temprano, todo volverá a ser alegría, y encontraremos nuestro equilibrio, nuestra paz...

Que así sea. "You are not alone".



Quizás pueda cantártela bajo un árbol un día oscuro y frío... quien sabe... algún día...

Espero que no llores demasiado cuando escuches esta canción... Espero, eso sí, que te puedas emocionar, eso significa que todavía queda mucho camino por delante...

"La distancia no es razón para llorar, sino para tener algo por qué vivir." (Anónimo)

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

sábado, 21 de noviembre de 2009

Hay respuestas que matan

Hay infinidad de respuestas para las que un hombre normal no se está preparado. Es decir, o bien no sabe que contestar o bien lo desarma completamente.

Yo, he de reconocer, que hay pocas respuestas de una mujer (o de un hombre) para la cual no tenga una contra. Si me conoces, lo sabes. Creo que es una de mis mejores armas. Casi siempre digo la última palabra para provocar la ira de mi partenaire de discusión. Afortunadamente, por regla general, siempre es en clave de humor, por lo que no suelo enfadarme demasiado con nadie.

Pero sí que es cierto que hay respuestas de mujer que me desarman. No lo sé, quizás yo tenga algún tipo de complejo no superado, pero creo que necesito acabar siempre una conversación de forma que no queden dudas sobre lo que he intentado tratar en ella, vale, perdona, lo que hemos intentado tratar en ella.

Hay una, que ya tengo superada. Hoy por hoy, incluso me río. Recuerdo que hasta en una tira de Mafalda aparecía. En este caso no era una mujer la que respondía, lo hacía Guille, pero ante una estupenda afirmación de Mafalda sobre la llegada de la primavera, con una gran carga de emoción por parte de ella, él le soltaba un jarro de agua fría con una sencilla respuesta: “¿Y?”.

A mí, hace unos años, esa respuesta por parte de una mujer, dependiendo del caso, podía llegar a hundirme en la más triste miseria. Ahora contesto… Recuerdo a Mafalda y contesto… Me sonrío… Me voy. Claro está.

Pero últimamente he redescubierto una respuesta que hacía mucho tiempo que no recibía. Mi problema es que esa respuesta me deja sin argumentos. No sé que más decir. Además, lamentablemente es como un infarto. Deja una herida. Una herida que por mucho que se cure deja una pequeña cicatriz. Es una respuesta de aquellas que te hace preguntarte en ese preciso momento si merece la pena continuar hablando con esa persona. Luego, claro está, lo piensas en frío y procuras no darle más importancia, pero a mí me dura el empacho horas. Quizás es lo que hace que yo esté más tiempo mosca.

En estos momentos te estás preguntando que cuál es la respuesta a la que me refiero. Pues es esta: “No sé qué quieres que te diga”.

Me mata. Te lo juro. No puedo. Es superior a mí. Cuando una mujer me suelta eso ante cualquier cosa que le pueda estar contando o diciendo o preguntando, es que me hace sentir lo peor. Lo ves, verdad? Que le dices “No aguanto a ese tío o a esa tía por que...”… Te responde “No sé qué quieres que te diga”. Que le dices “Qué ha pasado, llevo un rato esperando”… Te responde, “No sé qué quieres que te diga”. Ya no te digo si entras en temas más íntimos y personales, prefiero no saber ya a qué punto vas a llegar.

En definitiva, que hay tropecientas mil respuestas que nos matan, a cada uno le mata una de ellas, pero supongo que, al final, lo que hay que hacer es decir a las personas que nos dan esas respuestas, si realmente nos importan, cómo nos hacen sentir cuándo nos las dicen. Posiblemente nosotros también haremos algo que molesta, pero ahí está la gracia de las relaciones humanas, que debemos ser capaces de compatibilizar nuestros caracteres para llevar una amistad o cualquier otro tipo de relación hacia delante. Yo, en mi caso, hoy ya se lo estoy diciendo a alguien.

Disfruta del resto del fin de semana, si te lo permiten…

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Regreso a UK, regreso al hotel

Hoy, un amigo, me ha llamado la atención por no haber escrito casi en toda la semana. Mi última entrada fue la del lunes. Me ha dicho que se aburría, que no tenía nada para leer. De alguna forma, me lo he tomado como un cumplido. Me gusta pensar que igual hay alguien que se entretiene leyendo mis paranoias varias.

Esta ha sido para mí otra de esas semanas raras. Otra de esas semanas para enmarcar. No he escrito por la sencilla razón de que salía más o menos tarde de trabajar y... Bueno, ya sabes que estoy de nuevo en Horsham, ¿verdad? Me he vuelto a quedar en el Hotel de Crawley, el Arora. Allí no hay conexión, aunque me han explicado un truco para poder tenerla. De cualquier forma, reconozco que me ha dado bastante palo (pereza) el llevarme la mochila todas las noches que cogía el tren o el taxi para volver a mi solitaria habitación.

Ha sido un reencuentro amargo. Me refiero al del hotel. Reconozco que me ha caído un poco mal. Además, en ese hotel, pasé algunas de mis peores noches durante los meses de marzo y abril. Casi en solitario. Se me sigue cayendo el alma a los pies cuando entro por la noche en la habitación. Siempre espero poder tener una última conversación con alguien, aunque nunca la tengo. La televisión no ayuda mucho. Me siento tan solo cuando se cierra la puerta tras de mí...

Además, las personas con las que en un momento dado he contado más durante estos diez meses de desplazamiento, tampoco lo han tenido fácil para que pudiéramos compartir una buena conversación alrededor de una cena o unas cervezas. O bien porque no están allí, o bien porque trabajan demasiado...

De cualquier forma, uno de los días, si que pude tener un rato de paz y tranquilidad. Fuimos al supermercado de Crawley, le ASDA, que no cierra nunca. Allí, compramos unos sandwitches y nos los llevamos al hall del hotel. Dónde estuvimos charlando de cosas banales hasta bien pasada la media noche. Son esos momentos en que te puedes olvidar del trabajo, de tus penas... con buenos amigos.

Lo bueno del hotel es el gimnasio. Poder ir por la mañana siempre te permite empezar el día con mejor pie. A mí, al menos, me va muy bien. Duermo mejor por las noches. Seguramente porque estoy cansado.

Por lo demás, soy feliz. Quizás hoy más, ya que estoy en casa con los míos. Y eso es lo mejor del mundo. Poder estar aquí con mi mujer y mis hijos... No le puedo pedir nada más a la vida. Bueno, sí, seguir teniendo amigos estupendos. Pocos. Pero estupendos.

Ahora estaré unos días en casa. Seguramente, me tocará trabajar alguno de ellos. Bueno, no nos engañemos, ya sé que me toca trabajar, pero estaré aquí.

Ah, se me olvidaba. He visto, por el facebook y por algún correo (no sé porque nadie pone los comentarios aquí en el blog en vez de hacer eso) que la entrada del lunes pasado os ha gustado. La escribí de corazón, lo prometo.

Creo que acabo de perpetrar una de mis peores entradas...

Una frase, que hace tiempo que no pongo ninguna. Una frase, además, al pelo de lo que viene siendo mi vida en los últimos diez meses, un pequeño infierno que lucho por convertir en el mejor de los paraísos, y creo que lo estoy consiguiendo...

"Somos lo que hacemos, pero somos, principalmente, lo que hacemos para cambiar lo que somos" (Eduardo Galeano)

Buenas noches y buena suerte,

àlex

PS: X. et trobem a faltar!!! (possiblement, jo el que més) [X. te echamos de menos (posiblemente, yo el que más)] Seguir leyendo...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Héroes en la sombra

Todos tenemos nuestro súper héroe favorito. Recuerdo los tebeos de la Marvel. Spiderman, Superman, Batman, los Cuatro Fantásticos…

Después pasaron a la pantalla de cine. Qué momentos aquellos en los que salías intentando alzar el vuelo como… Te sentías el rey de la creación. Eras lo más de lo más.

Te haces mayor y tus valores y principios van cambiando. Todo se va modificando. Te has dado cuenta de que tu héroe es tu padre. Él todo lo puede. Él todo lo hace. Cualquier cosa que necesitas te lo consigue él.

Sigues creciendo y entonces, y sólo entonces, descubres a tu héroe real. Lo haces un poco más tarde. Aunque siempre lo has tenido claro. Cuando te caías en el parque ese héroe calmaba tu llanto. Cuando tenías fiebre, ese héroe venía, apoyaba suavemente sus labios sobre tu frente, y se quedaba contigo hasta que te volvías a dormir. Si tenías una pesadilla, ahí estaba. Siempre estaba ahí. Ese héroe, lo tienes claro, no era tal héroe, era una heroína. Era tu propia madre. Esa mujer que siempre velaba por ti. Esa mujer que lo había dejado todo en la vida por estar contigo cuando la necesitabas. En mi caso sigue estando ahí.

En muchas ocasiones he oído que los hombres siempre somos un niño pequeño. Un niño que cambia los brazos de su madre por los brazos de una mujer que se convierte, en algunos casos, en una segunda madre. Yo creo que no es mi caso. No seré, seguramente la persona adecuada para afirmarlo, pero estoy en la absoluta seguridad de que, dado mi estilo de vida, soy más independiente de lo que muchos puedan llegar a pensar.

Al final, te das cuenta de lo que realmente es un héroe. Y yo, en ese caso, si que he cambiado de una mujer a otra, porque soy consciente de que vivo con una auténtica heroína. Una heroína en la sombra.

Los cimientos de los edificios no se ven. Sólo vemos la fachada. Si podemos entrar en ellos, vemos su interior, pero los cimientos, esos, nunca los vemos. Todos sabemos, de cualquier manera, que son los que sostienen aquello que se ve. Si los cimientos fallan, toda la estructura se hunde. La que podía ser una hermosa fachada, entonces se cuartea, se resquebraja, quedando a la vista algo totalmente modificado, algo que ya no cumple con unas simetrías o unos cánones relativos a la belleza que sean los adecuados. Te parece feo, pobre, ruinoso.

Yo sé que me quejo, en algunas ocasiones, de mi vida. No de ella como un todo, si no en algunos aspectos. Vivo una vida relativamente cómoda. Cómoda para alguien egoísta que busca tantos momentos de independencia. Momentos de independencia que tengo gracias a la vida que me ha tocado vivir. En definitiva, disfruto de una relativa buena situación. Quizás, como ya sabes, lo que peor llevo es estar toda la semana fuera de casa, sin ver a los míos, sin ver, sobre todo, a los críos. Los hijos transforman tu escala de prioridades. Ellos están en la línea de salida, son lo primero. Puedes estar durante la semana sin ver a tu pareja. Hablando con ella por teléfono. Enviándote románticos correos electrónicos. Pero los de los hijos, es más complicado.

Y debo reconocer que mi status actual no sólo lo debo a mi gracia y a mi inteligencia (esta última bajo sospecha de no existir desde hace ya mucho tiempo). Todo lo que tengo, a día de hoy, a parte, por supuesto, de la herencia que me han dado mis padres (y no me refiero a una herencia material) se lo debo a la gran heroína de mi vida.

Porque en mi vida hay un héroe. Y no es de cómic. Tampoco de cine. Es un héroe de carne y hueso. Un héroe que trabaja, cuida a los niños, cuida la casa, cuida de mí… se olvida de ella…

Creo, de una forma apasionada, que la mujer está muy por encima nuestro, de los hombres. Creo que el hombre no es el rey de la creación, lo es ella. Los hombres siempre culpamos, ya sea de broma o en serio, a las mujeres de todo lo malo que ocurre. Ha sido siempre así, desde el principio de los tiempos, pero creo que ella es la que consigue que el mundo funcione. El problema es que lo hace entrando cada día por la puerta de atrás. Haciendo todo el trabajo sucio, en plan “grupo de élite”, y volviendo a salir al final del día por la misma puerta… para que nosotros nos pongamos la medalla.

Cuando somos niños nos damos cuenta de quién es el rey de la creación. Nuestra sociedad, una sociedad que todavía soporta grandes lastres en cuanto a discriminación se trata, hace que sea así.

Afortunadamente, cada día hay más mujeres que salen hacia delante y demuestran que están por encima de nosotros. Se levantan temprano, visten a los niños, los llevan al colegio, se van a trabajar. Un trabajo que en muchas ocasiones han reducido en horas (no en trabajo real) sacrificando un futuro prometedor. Un trabajo en el que les pagan menos por esa reducción de jornada, pero en el que siguen desarrollando exactamente el mismo trabajo que hacían cuando trabajaban las preceptivas ocho horas. Vuelven a casa. Preparan la comida. Ponen lavadoras. Se preocupan de que haya todo lo necesario. La ropa de los niños… Van a buscarlos al colegio. Les llevan la merienda que han preparado mientras hacían otra cosa. Los llevan al parque. Los llevan a casa. Los bañan. Preparan la cena. Los acuestan. Les cuentan un cuento… Tienden ropa. Recogen los trastos que han quedado por en medio…. Se dan una ducha rápida… Se van a dormir pensando en que mañana hay que volver al ataque…

¿Eres un hombre? ¿Pensamos en esto? ¿Cambiaremos algo?

Darles las gracias no es suficiente. Escribir esto tampoco lo es. Dedicarlo menos. Pero hoy lunes, es la mejor forma que se me ocurre de hacerles un pequeño homenaje o un pequeño reconocimiento...

Cuando era pequeño tenía muchos héroes. Luego descubrí a una. Las heroínas de la vida. Las mujeres que se preocupan por nosotros…

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 15 de noviembre de 2009

I gotta feeling

Puede que seas uno de los que se preocupa un poquito por mí. Quizás no. Para serte sincero, no me voy a poner a pensar ahora en ello.

Si eres de los del primer grupo, te preguntarás que tal me ha ido el fin de semana. No voy a dar muchas pistas. Habrá que empezar a currárselo un poco. De cualquier forma, algo si que te voy a decir, quedaría feo no hacerlo, sobre todo si realmente te preocupas por mi felicidad.

Lo único que voy a compartir contigo es una canción. Ya sabes que soy muy amigo de hacerlo. Soy un peliculero de tres pares. Desgraciadamente, no puedo meter aquí el vídeo, pero te pongo el enlace, a partir de aquí, haz lo que creas. "I gotta feeling".

Dentro de un ratito cojo un avión a Londres. Voy a estar allí algo más de un mes... en principio... Ya veremos. Ya me conozco yo estas "temporalidades".

Lo que si que te puedo decir, es que parece que todo empieza a recobrar su sentido. Creo que ya lo he dicho en más de una ocasión, espero que esta sí que sea la refinitiva, pero veo, mejor que nunca, luz al final del tunel (y no es el faro la máaaaaaquina).

Hoy soy más feliz que ayer...

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

ICHO: Una experiencia casi religiosa

Una de las cosas buenas de la vida son las pequeñas sorpresas. Esas que te vienen sin más. Aparecen. No las buscas.

Ayer nos fuimos de cena. Quisimos un japonés. Si algo he aprendido en mi estancia en la isla de la reina madre es a abrir mi mente. Sí, lo que oyes. He abierto mi mente más de lo que te puedes llegar a imaginar. Sobre todo en el terreno culinario. Siempre había sido muy cerrado. La comida de mamá, y poco más. El resto, por supuesto, comida típica española y punto. Sigo sin querer comer ciertas cosas, es posible que mi mente no esté tan abierta, pero reconozco que mirando un año atrás, el hecho de haber probado diferentes cocinas internacionales, sobre todo asiáticas, ha sido un paso hacia delante en mi vida.

Lo que te decía. Pregunté a un gran amigo mío que es un crack. Siempre que necesito quedar bien con un restaurante, un vino o lo que sea, es mi gurú. En mi línea, no voy a poner su nombre. Sus iniciales son D.C. y he compartido con él grandes momentos aquí y fuera de este país.

Me recomendó el restaurante ICHO BCN. Está situado en la parte alta de la diagonal. Y es un sitio que, con una apariencia inicial un tanto de diseño, es la mar de acogedor. La decoración es muy agradable. Sin estridencias. A mi forma de ver, simple. Como me gusta.

Había reservado mesa (yo lo hice por correo electrónico). Cuando llegamos, empecé a adivinar cual iba a ser el trato durante toda la velada. Magnífico. Una cordialidad absoluta. Una sonrisa en todo el personal, mayoritariamente femenino, por cierto. Siempre está la misma persona cuidando hasta el más mínimo detalle para conseguir que la experiencia sea lo mejor posible. Un restaurante en el que, supongo que debido a su naturaleza, te inunda un entorno totalmente relajado. La presentación de la mesa, dentro de su simpliciad, te llama la atención por su buen gusto.

He de reconocer que iba un tanto en guardia. A mí, personalmente, el sushi no me gusta. Mis experiencias, igual contigo, en Londres, no fueron excesivamente buenas. Vale, no engañemos a nadie, mis experiencias allí fueron horribles.

A partir de aquel momento, decidí abrir completamente mi mente, aunque, por supuesto, evité el sushi. La carta de este restaurante no es muy abundante. No encontré que tuvieran una gran variedad de platos. Quizás ese es su encanto.

Primero un pequeño aperitivo. Una copa de cava y un langostino en tempura. Fantástico.

Como entrante, me dejé guiar por mi amigo D.C. y decidí pedir el plato estrella: Onsen Tamago (en la carta también está como Onsen Tomago), cangrejo de cáscara blanda en tempura y huevo cocido a baja temperatura. Aquí toqué el séptimo cielo. Un universo de sabores y texturas llenaron mi paladar. Creo que en mi vida había probado algo así. Si los manjares de dioses existen, seguro que ese es uno de ellos. La puesta en escena del plato no te deja indiferente. Una chica te explica exactamente en que consiste el plato. Cómo se prepara. Cómo se presenta. Cómo se degusta.

No voy a desvelarte más detalles. Para mí, es un lugar al que debes acudir si vienes a Barcelona. Olvídate de prejuicios culinarios hacia otras cocinas, si es que los tienes. La fusión de la cocina tradicional japonesa y la nuestra se dan cita en este gran restaurante.

Por cierto, la carta de vinos es muy extensa y los postres... un pecado.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...