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jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad y Feliz Año 2010

Hoy voy a cambiar el discurso. No voy a dirigirme solo a ti, si no a todos. Hoy quiero compartir un mensaje de paz con todos (toma cocacola)... Algunos ya habréis leído parte de lo que escribo a partir de este punto, ya que ha formado parte de la felicitación navideña que he enviado a mis compañeros (y algunos, amigos) del trabajo.

Como sabéis, si me conocéis, estas cosas no van demasiado conmigo; además, ¡qué coño!, a mí, esto de la Navidad, pues como que me pilla siempre a contrapié… Nunca acierto, nunca sé hacia dónde voy ni hacia dónde vengo, sólo sé que, sin comerlo ni beberlo, me toca montar un cenorrio en casa para Noche Buena (como este año).

A mí, la Navidad, me da tres patadas en la barriga. Reconozco que cuando eres crío (y yo sigo siendo un crío) te hace ilusión. Lo veo en mis hijos. Están nerviosos con la llegada de Papá Noel y los Reyes Majos (sí, he puesto Majos, que lo son, coñe, que nos dejan regalitos). Pero si lo miro por otra parte, esto no es más que la reunión con gente con la que ya te reunes habitualmente. Quizás no este año, pero por regla general sí. Te hinchas a comer como si se fuera a acabar el mundo. Gastas un pastón en regalos, algunos, totalmente inútiles... Nos gastamos otro pastón en lotería. Y nos ponemos ciegos de alcohol.

Yo sigo sin verle el qué. Sigo sin verle ese mensaje tan lindo que nos hacen ver señores como los de la Coca Cola, los del Corte Inglés y sitios así, que en definitiva, lo que quieren es que consumamos como cabrones.

Ahora viene el punto de demagogia. Lo digo porque ya me lo han dicho en varias ocasiones, pero para que engañarnos, me importa un huevo. Mientras estamos aquí, llenando de regalos a nuestros hijos, con más juguetes de los que realmente pueden utilizar, comiendo como auténticos maharajas, despilfarrando un dinero que, en muchas ocasiones, ni tenemos (luego viene la cuesta de enero-febrero-marzo)... Mientras estamos aquí, en otros rincones del mundo, la gente sigue muriendo de hambre. Los niños siguen jugando con cajas de cartón, si han tenido suerte. Otros paran de matarse por una noche, par continuar al día siguiente... ¿Reflexionamos? No, es más fácil continuar con la vida que tenemos, y yo soy el primero en hacerlo, tiraremos un montón de comida en tres días, la que sobrará, y seguiremos con nuestro día a día... Ajenos (voluntariamente) a lo que pasa en el resto de hogares...

De cualquier forma, eso no quita que seamos corteses y educados e intentemos buscar los mejores deseos para estas fiestas en las que la mayoría de nosotros, como el anuncio del turrón, volvemos a casa para estar un tiempo en Navidad. Para los que tenéis la suerte de estar cerquita de casa todo el año, pues también, que sois buena gente.

Así pues, allá voy:

Os deseo Feliz Navidad y un año 2010 mejor, si cabe, de lo que ha sido éste (digo si cabe porque el 2009, a mi modo de ver, ha sido un coñazo). Pelead aquello por lo que creáis merezca la pena hacerlo, no os conforméis nunca, siempre buscad más y, sobre todo, sed felices… Muy felices… Yo me he prometido a mí mismo que iba a serlo.

Ah, se me olvidaba. Sed muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy malos estas fiestas, con control, ya sabéis, si bebes no conduzcas, si bebes vigila con quien te vas, si bebes vigila tu retaguardia… Esas cositas sin importancia…

Los que vais a estar en la isla conmigo este mes de enero, no bebáis mucho, haced como yo… Necesito que os reservéis para las últimas 3 semanas de ese mes, en las que espero nos digamos un “hasta luego” a lo grande… Para que pueda volver a mi casa con la cabeza bien alta...



A los que sois mis amigos, los de corazón, esta vez os envío un silencio... Para variar, para que descanséis...

Felices fiestas y Feliz año 2010, con todo el cariño del mundo… (MACE-TAS)

àlex

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