Total de páginas vistas

sábado, 31 de julio de 2010

Un sueño realizado

Hay sueños que se cumplen al poco de haberlos vivido en tu cabeza. Otros, se tarda un tiempo, quizás semanas, meses o años. Algunos, no se llegan a cumplir nunca.

Quizás esa es lo que hace tan maravilloso el mundo de los sueños, porque soñar es una de las pocas cosas que nadie nos puede arrebatar.

Cuando tenía 17 años, creció en mí un deseo irrefrenable de sumergirme en el mar con algo más que un tubo, una máscara y unas aletas. Quería bajar más y quería estar más tiempo. Para ellos, necesitaba formarme en el uso de equipos autónomos. Lamentablemente, estaba lejos de mis posibilidades, así que, aquel deseo, se convirtió pronto en un sueño…

Y así han pasado la friolera de 20 años (bueno, un poco más). Cuando no era por un tema económico, era por un tema de salud o que las vacaciones las hacíamos en la montaña o el interior… La cuestión, es que sin darme ni cuenta, me he plantado en este verano.

Pero este año los astros se han alineado. Por un lado, mi hermano, un tío muy majo, nos invitó a pasar tres semanas a Menorca. Por otro, mi mujer me animó más que nunca a hacerlo. Ella tenía tan o más claro que yo, que esta era una oportunidad única. Menorca es un lugar idóneo para practicar el submarinismo.

Así qué, aconsejado por un amigo de mi hermano, acudí al que sería el centro de formación perfecto para mi experiencia: Diving Center Ciutadella. Allí conocía a Olga y a Mark, una pareja fantástica que regenta el centro. Mark fue mi maestro de ceremonias durante toda mi formación, y debo decir que he realizado uno de los mejores cursos que se puede hacer. Lo he comentado con amigos que ya lo hicieron en su día, y alucinaron. Tampoco voy a desvelarte aquí nada, pero fue impresionante. La ventaja de hacer el curso con ellos es que lo haces todo en mar. Las inmersiones de aguas confinadas, las haces en una calita súper tranquila, parece una piscina, pero llena de vida submarina y, cómo no, agua salada.

Realicé el curso en cuatro días. Teórica aparte. Mucho quitar equipo y poner equipo en el agua. Poner mucha atención en la seguridad. Aprender a bajar y a subir correctamente. Vamos, lo normal.

Si vas por Menorca, te aconsejo encarecidamente que pases por su centro y que te lleven a hacer alguna inmersión por la isla. Sí, vale, están en Ciutadella, en el puerto (justo delante del café Balear, en “Es Pla”) e igual te pilla lejos, pero te aseguro que valdrá la pena.

Después del curso, hice mi primera inmersión como Open Water Diver con ellos. Ni más ni menos que una inmersión nocturna. Sí, sí, nocturna. Salimos a eso de las diez de la noche, y fue otra gran experiencia, quizás otro sueño cumplido, igual no un sueño tan grande como el otro, pero sin lugar a dudas, fue casi una experiencia religiosa, aunque esto, mejor te lo cuento otro día.

Por cierto, no quiero olvidar a Pedro y a Albert, con los que también compartí algún ratillo. Pedro fue mi ángel de la guarda durante la inmersión nocturna… Pero ya te he dicho que eso te lo cuento otro día.

"La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante." Paulo Coelho.

Que vaya bonito,

Seguir leyendo...

miércoles, 28 de julio de 2010

Otra de taxis

No tengo excesivamente claro por dónde empezar, pero dicen que hay que tirarse a la piscina, así que voy a relatarte lo que ha sido la salida de casa hacia la Campus Party de Valencia. La experiencia de la Campus Party, te la contaré mañana.

A eso de las cinco y media de la mañana, ha sonado mi despertador. Vaya palo. Creo que hacía tiempo que no me fastidiaba tanto madrugar. Hay que decir, que ayer, entre unas cosas y otras, me fui a dormir tarde, pero no te explico el por qué, eso queda para mi intimidad…

He realizado esas operaciones matutinas que todos solemos hacer antes de salir de casa, o casi todos, a juzgar por algunos olores corporales que te encuentras por la calle, y más o menos a las seis y cuarto “a eme” me esperaba un taxi en la calle… Y sí, hoy, después de mucho tiempo sin contar anécdotas de taxi, la he tenido.

Aunque quizás puedas pensar que no aporta nada a la historia, apunte, Sr. Juez, que la persona que conducía el taxi era una mujer de mediana edad. Y si te doy esa información, no es porque sea un machista, que igual lo soy, si no porque me ha pegado una de las mayores chapas en mucho tiempo.

Yo estaba dormidísimo, y he cometido el error de no ponerme los cascos para escuchar música. A los cinco minutos de abordar el vehículo, al llegar a la autopista, va y me comenta que parece mentira, que todavía hay un montón de tráfico y, ay estúpido de mí, sin pensarlo siquiera, yo voy y le contesto “parece que la gente no se va de vacaciones”… Jodeeeeeeeeeeer. Bueno, a partir de ahí, ha sido algo increíble. Me ha parecido verla coger una taladradora industrial, arrancarla como si fuera una motosierra, darle gas, y empezar a taladrarme la cabeza. Que si su hijo cogerá las vacaciones pronto. Que si ella las cogerá en el mismo momento. Que si él quiere comer algo que se busque la vida. Bueno. Me ha contado de todo. Al parecer tiene el hijo que todos desearíamos tener en la vida, un chico que le dice que no quiere ayudar en casa porque no quiere perder su juventud limpiando. Entre la cara tonto que tengo, y el hecho de estar dormido, el resultado ha sido una cara de gilipollas, que no he podido verme en ningún retrovisor, pero me la imagino. Que su marido se cabrea, y que un día le va a soltar una fresca… Un guantazo le daba yo y lo echaba de casa hombre. Que resulta que el pollo tiene más de veinte años. Buenoooooo. Y a todo esto, no te creas que yo le preguntaba nada, que va… La amiga no hacía más que enlazar anécdotas familiares.

Cuando yo pensaba que ya se había terminado, volvía con otra historia. No recuerdo a qué se dedicaba su marido, pero me ha dicho que, a parte de su piso en la misma localidad en la que yo vivo, empezaron a construirse una casa no sé dónde. Al parecer, y no puedo explicarme el motivo, el constructor los dejó tirados, y el marido va haciendo cosillas en fines de semana. Jo, ahora recuerdo por qué me contaba esto, porque me había dicho que tenía una casa y sólo tenía una cama. Joder. Cuando compramos nuestro primer piso, hicimos lo mismo, pero teníamos veintipocos, y el motivo era realmente uno más justificable. La cama era para poder dormir mientras trabajaban.

Y ante semejante mansión, se quejaba de que el niño no quería ir. Vaya, me parecía increíble.

Sé que vas a pensar que soy un desconsiderado, o quizás un maleducado, pero entonces he sacado el iPod del bolsillo y he empezado a crear una nota, escribiendo tranquilamente, sin prisa, hasta que se ha dado cuenta, y se ha callado… hasta llegar a Sants, un poco antes, me mira por el retrovisor y me dice algo sobre el mal funcionamiento de un semáforo…

Yo no he podido hacer otra cosa que sonreír…

Finalmente hemos llegado y he podido bajar de ese Taxi. A ver, que no tengo nada en contra de la señora, pero, como dice una amiga mía, vaya chapa me ha dado la colega.

Mañana te cuento la experiencia en la Campus Party, antes quiero buscar el presunto vídeo que han grabado sobre la mesa redonda en la que he participado.

Que vaya bonito,

Seguir leyendo...

domingo, 25 de julio de 2010

La primera vez

La primera vez siempre es especial. Una combinación de electrizantes sensaciones recorre todo tu cuerpo.

Estás ante la persona que va a estar contigo y va acompañarte en este pequeño viaje tras el cual, algo en ti cambiará. No sé si te haces más hombre (o mujer). No sé si ves las cosas de otra forma, pero una vez hayas culminado ese momento, perderás un ligero toque de inocencia ante esta aventura de la vida.

Volviendo a la combinación de sensaciones, no sabría decirte las partes para tan maravilloso cóctel, pero sí los ingredientes:

Miedo a lo desconocido. Cuando estés ahí, cara a cara, no sabes con qué te vas a encontrar. Has leído mucho, has visto alguna película, incluso te han contado miles de historias. Incluso has hecho alguna vez un intento de acercamiento a esa maravilla en tu soledad, pero llegado el momento, sientes algo de miedo.

Alegría por conseguir tan ansiado premio. Sí. Después de tanto tiempo, por fin ha llegado el momento en que vas a recoger tu premio.

Temor al fracaso. Porque nunca sabes si tu cuerpo va a responder correctamente y va a estar a la altura en todo momento.

Os miráis a los ojos, sabes que quien te va a llevar a alcanzar la cima de tu sueño tiene experiencia, aún así, sigues nervioso. Os miráis, entonces, de arriba abajo. Cada punto en la superficie de tu cuerpo es importante en un día así. Todo está perfecto.

Sonreís. Ha llegado el momento. Vas a sumergirte en una vorágine que hará que todo el vello de tu cuerpo se erice. Un subidón de adrenalina llenará tu cuerpo a borbotones. Tu corazón bombeará la sangre para que llegue allí dónde tiene que llegar para que absolutamente nada falle en ese momento.

Te guía. Te explica lo que debes hacer al principio. Con naturalidad. Con tranquilidad. Sin estrés. Si está vez no sale bien, volveremos a intentarlo, pero te asegura que saldrá perfecto.

Te lanzas. Sin miedo.

Todo va bien. La entrada ha sido correcta. Miradas de aprobación. Ha llegado el momento de bajar más. De entrar más profundo. Pero con calma. Con suavidad. Sin movimientos bruscos. De nuevo poco a poco. Exhalas un poco de aire. Como si fuera de alivio. Ya estoy dentro y ahora lo único que debo hacer, es dejarme caer para sentir la profundidad. Dejas de sudar. Sientes un frescor que recorre toda tu columna.

Por fin, cuando ya estás en el fondo, os hacéis una señal. Respiras tranquilo. Escuchas a tu cuerpo. Estás pendiente de esa persona que está enfrente tuyo. Hay que empezar a moverse… Tranquilo, sin prisas.

Compruebas tu manómetro. 200 bar. Hasta llegar a 50 queda mucho tiempo. Hay que disfrutar del paseo y empezar a realizar los ejercicios que marca el curso PADI de Open Water Diver, hasta conseguir tu título que te permita bucear con tu compañero en todos los mares de este planeta.

Que vaya bonito,

Seguir leyendo...

sábado, 24 de julio de 2010

De vuelta de las vacaciones

Dicen que todo lo bueno se acaba, y para no llevar la contraria, hoy se acaban mis vacaciones.

Este año, han sido reales. Una desconexión total de la red y del trabajo. Durante casi tres semanas, mi tiempo ha sido mío, y lo he compartido con mi familia y uno de mis sueños.

De momento no voy a explicarte mucho más. Los próximos días ya te iré contando las sensaciones y pensamientos que han ido sucediéndose.

Ahora, lo que espero es que este nuevo "curso" sea mejor que el pasado. Que todo aquello que no ha salido tan bien, despegue finalmente muy a pesar de la dichosa crisis que no nos quiere abandonar, y si no, al menos, quedarnos como estamos.

De momento, te adelanto que el próximo miércoles estaré en la "Campus Party" de Valencia. Ya te contaré los motivos que me llevan allí, porque aunque alguien se empeñe en decir que soy algo "friqui", te aseguro que nada hay más infundado que eso...

Me voy a dormir...

Mañana más.

Que vaya bonito,

Seguir leyendo...

domingo, 4 de julio de 2010

See you later

Después de la tormenta siempre llega la calma, o al menos eso cuentan los viejos del lugar. Ahora que parece que mi salud física vuelve a ser buena y mi salud mental sigue cayendo en picado, ha llegado el momento de cambiar de aires unos días.

Me voy a un lugar muy turístico. En busca de playas. En busca de relax. De hecho, voy a ver si soy capaz de encontrarme a mí mismo de una vez, que es una de mis asignaturas pendientes.

Ahora llega la pausa. Llega el momento de hacer un "unplugged" y desenchufar el ordenador de "La Red". Me voy a un lugar en le que ni siquiera hay ADSL. Seguiré escribiendo, y si en algún momento me apetece, me acercaré a un lugar en el que sí que puedo conectar el portátil a la red, y vomitaré todos los pensamientos que haya escrito a mi blog.

Voy a aprovechar a escribir un pequeño relato para un concurso literario para amateurs. Me está enganchando cada vez más esto de escribir. Sé que no lo hago bien, pero sigue cumpliendo su principio básico, que era el de permitirme levantar la válvula y liberar presión.

Voy a tumbarme a la playa, con mi familia. Voy a ver si por fin consigo hacer ese curso de submarinismo tras el que llevo veinte años ya. Cada vez que lo he intentado, algo pasaba para que no pudiera hacerlo. Seguramente alguien pensará que el destino está intentando decirme algo. Pero ya me conoces, si el destino está intentando llamarme, seguramente estaré comunicando.

Si tú también te vas unos días a relajarte y a escapar de la rutina laboral, espero que lo disfrutes. Yo voy a hacerlo. Ni siquiera voy a decirte que lo voy a intentar, porque ya sabes que intentarlo es de perdedores. Yo voy a ir a pasarlo bien. A olvidar...

Si vas al mismo sitio al que voy yo (vale, no te lo he dicho), llámame, si no comunico, nos podemos ver un rato y tomar una sangría...

Nos vemos a la vuelta,

Seguir leyendo...

Proyectos

Nos pasamos más de media vida haciendo planes. Siempre miramos hacia adelante, hacia el futuro. A veces, pecamos de optimistas... A veces, sencillamente pensamos que nuestras acciones, nuestros sueños, precisan que se cumplan una serie de condiciones antes de poder ejecutarse.

Siempre andamos recreando nuestro propio cuento de la lechera... Siempre pensando en que será mañana, pasado, el año que viene...

Nos vemos con nuestra casa, nuestro nuevo coche, nuestro trabajo soñado... Pero sólo lo vemos en nuestros pensamientos...

Y la peor parte está en aquella en que nos convertimos en seres totalmente pasivos. Vemos cómo la vida fluye a nuestro alrededor. Vemos como la felicidad invade los espacios a los que nosotros nos acercamos de vez en cuando.

Pero la vida nos ha repartido unas cartas que no nos permiten hacer otra cosa que subsistir. Creemos tener responsabilidades que planifican nuestro día para que no podamos hacer aquello que sabemos nos hace felices. Sí. Quizás seamos felices de alguna manera con ese tipo de vida, pero siempre tenemos la consciencia de que nos estamos dejando algo en el camino.

Hacemos planes. Creamos proyectos.

Vivimos con la seguridad de que llegarán tiempos mejores. Nos hacemos la promesa de que mañana será diferente. La semana que viene empiezo. Este nuevo año será diferente. Pero seguimos nadando en el mismo sentido. Con la misma carga. Montando al mismo caballo.

Y al final, la naturaleza nos lleva hacia el equilibrio, ese equilibrio que desea que nuestras moléculas se separen para formar otras en un estado inerte.

Llega el fin. Y dejamos dinero en el banco, un piso, uno o dos coches... Dejamos proyectos por hacer. Ilusiones relegadas a los demás. Sueños que no se cumplen. Y en el peor de los casos, dejamos a alguien roto... Muy roto... Quedaba tanto por hacer...

Quizás habría que correrse una buena juerga, ¿no?



Carpe diem

Seguir leyendo...

viernes, 2 de julio de 2010

El camino de la comprensión

Dicen que a buen entendedor, con pocas palabras basta...

Dicen que una imagen vale más que mil palabras...

Para comprender, hay que observar y escuchar, en ese orden...

Pero a veces, quizás más a menudo de lo que nos gustaría, no sucede así, no nos entendemos... No nos queremos entender... Falla la comprensión. Vence el egoísmo.

Se hace un gran silencio... Nadie lo rompe... El silencio se hace cada vez más insoportable, hasta que su estruendo nos desorienta en nuestro viaje...

Es un camino demasiado largo...



Te veo luego...

Seguir leyendo...

Para siempre...

Creo que todos intentamos negarlo. Supongo que es mucho más fácil si lo haces así. Te engañas. Creas un mundo a tu alrededor en el que tú manejas a los actores como si de títeres se tratara. Los pones en el lugar que tú quieres. Pones en sus cabezas pensamientos que hacen que te sientas mejor.

Subes. Subes mucho. Llegas hasta lo más alto. Te sitúas en una atalaya desde la cual lo ves todo. Ves el mundo entero. El mundo que tú has creado en tu imaginación. Eres el rey de la creación y todos lo saben. Te has ganado su respeto, su cariño, su amistad…

La vida real te trae muchos sinsabores, pero siempre te queda ahí la otra vida, la imaginada, esa vida en la que tú eres un caballero con armadura y gran espada, cabalgando sobre un caballo blanco puro. El más fuerte.

Pero llega un día en que los cimientos de "esa" vida también comienzan a resquebrajarse. Primero con pequeñas fisuras, casi imperceptibles, que tú tapas con el cemento del pensamiento, pero esas fisuras se convierten en auténticas grietas que no hay forma de tapar.

Ves como, a través de las grietas, el fluido vital de tu mundo se va derramando. Al principio lentamente, casi ves cómo puedes ir cerrando esa pérdida con tus ideas, pero al final, no es más que un espejismo, porque cierras una, y ves como aparece otra. No te lo puedes creer, no lo entiendes. No has hecho nada malo. Pero inexorablemente todo parece diseminarse más allá de unos límites que ni tan solo sabías que existían. Unos límites que ponían cerco a tu mundo.

Y el instante en que te das cuenta que todo ha llegado a su final es cuando ves que el centro de tu mundo pertenece a ese imaginario en el que has estado viviendo todo este tiempo. Cuando aquello en lo que más creías también te falla. Cuando por fin percibes que todo era un producto de tu imaginación…

Ahora estás enjaulado. La mirada perdida hacia un horizonte inexistente. Sin saber qué hacer. Sin saber hacia dónde dirigirte. Tu mente está en blanco. Tu boca cerrada. No captas olores. Sólo queda esperar.

Esperar a que ese caballo que te ha tirado al suelo vuelva a recogerte para seguir el mismo sendero.

Esperar a reunir la fuerza suficiente para ser capaz de levantarte, cambiar la dirección, e ir hacia el lugar al que perteneces.

Para siempre...

Seguir leyendo...