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lunes, 31 de agosto de 2009

El riesgo de salir a la calle

En ocasiones, nuestra mente nos dice que debemos levantarnos un domingo por la tarde, y salir a dar un paseo. Nuestro cuerpo nos dice lo contrario.

Te encuentras tirado en el sofá. Con la ropa de estar por casa. Esa ropa que igual incluso te avergüenzas de ella. Una ropa que si la llevas puesta, y alguien llama a la puerta, lo primero que piensas es "Dios, y yo con estas pintas". Una ropa que, si te da tiempo, te cambias si el timbrazo ha sido en la portería y no en la puerta de casa.

A lo que vamos. Estás sumido en el sopor. Surfeando los canales de TV. Los treintaitantos que tenemos en el TDT. Nada bueno. Rollos. Programas horribles. Películas infumables.

Alonso tiene su enésimo problema con sus mecánicos. Todos esperamos a ver que pasa en Idianápolis con el motociclismo. Nada más. Encima, te enteras de que hay un nuevo partido de la selección española de baloncesto justo 5 minutos después de que haya acabado.

Sales.

Te vas a la calle. Con la familia.

Te sientas en un parque. Ves como los niños juegan. Se lo pasan bien. Otros, un poco más lejos, están haciendo relaciones públicas gracias a perros de diseño. Perros que hace unos años ni siquiera veías por la calle. Perros que te hacen recordar a Torrente II, con Gabino Diego, aquel perro al que llaman Franco. Recuerdas cuando Gabino Diego dice aquello de "Franco a muerto", con pena, con sufrimiento.

Entonces recuerdas aquellas imágenes en blanco y negro. Aquel señor de pelo blanco que salía en aquella pantalla metida en una caja de madera, aquel aparato que sólo tenía UHF y VHF. Tú igual no las has visto más que en un museo o en la serie Cuéntame, una serie que ya no sé ni cuantos años ha estado en antena. Una serie que nos ha permitido ver a un niño hacerse un hombre. Un niño que vivió el final de una época y la transición, para acabar con la democracia... No sé hasta dónde llegarán estos de la tele.

Yo vi aquellos aparatos. En casa recuerdo había una. Era muy pequeño. Sí, no quiero bromas con eso, que era muy pequeño. Entonces, te ponías malo, y no tenías nada que ver por la mañana. Te quedabas en la cama. Con tu fiebre. Tú y tu fiebre. Sin nada más. En la caja tonta, a lo sumo, la carta de ajuste.

De cualquier forma, que me lío. Me lío y se me va la pelota.

Al riesgo al que me refiero no es ese. El riesgo al que me refiero es ver a esos grupitos en el parque. Esos grupitos con los perros. O sin perros. Grupitos que los escuchas y se te cae el alma a los pies. Unos contando historias para ver quien se lleva el gato al agua... bueno, el gato, o a la rubia del galgo afgano. Mientras, el otro grupo, haciendo un traje a alguien. Criticando. Que mira esa. Que mira lo que ha hecho. Que mira con quien va. Jodeeeeer.

Mientras, uno que pasa haciendo lo que ahora se viene llamando jogging. Vamos, que pasa corriendo. Con bastantes quilos de más, como yo, con la cinta en el pelo... no, como yo no, no me pongo esas cintas en la cabeza para ir a correr. Esos tíos que parece que en algún momento van a echar el hígado por la boca.

Por el otro lado una pareja de ancianos. Paseando de la mano. Eso sí que te alegra el día. Yo quiero llegar a eso. Quiero hacerme mayor al lado de mi compañera de viaje. Seguir tan enamorados dentro de una porrada de años y seguir paseando de la mano, tomando el sol, cuidándonos el uno al otro.

Bueno, voy a dejar esta pausa del mediodía y me voy a poner otra vez con mi trabajo. Que para eso me pagan. Ya sabes, el trabajo es salud...

Espero que, estés haciendo lo que estés haciendo, lo estés disfrutando, y te estés evitando ciertos riesgos.

Si vuelves de vacaciones hoy, vigila en la carretera, ya van 378. Un riesgo salir de vacaciones. Un viaje con inicio feliz, lleno de ilusiones... que puede acabar de la peor de las maneras.

Como dirían en Hill Street blues:

"Tengan cuidado ahí fuera"

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domingo, 30 de agosto de 2009

Prêt-à-porter

No recuerdo exactamente si fue el martes o el miércoles por la noche, posiblemente fue el martes.

Salimos tarde, a eso de las diez de la noche. No habíamos cenado nada. De los cuatro que estamos juntos en la misma sala, dos se habían ido un par de horas antes a cenar a uno de los apartamentos. Nosotros dos, no teníamos ni idea de qué hacer.

Les llamamos a ver si tenían alguna pizza en el congelador, pero no, se lo habían ventilado todo.

Decidimos ir a un Pizza Express de la calle East, cerquita del otro apartamento, dónde estaban ellos dos cenando.

Al llegar allí, y todavía sin ver a la famosa Brasileña de la que todos los tíos hablan, veo que mi acompañante se pone a hablar en español con una chica de color. A ver, que nadie me malinterprete, pero, estando en un pueblecito como aquel, una persona que no posee los típicos rasgos españoles, hablando español de España... se me hacía más que raro.

Resultó ser de Alcalá de Henares. Fíjate tú. El mundo es un pañuelo... lleno de mocos, desgraciadamente.

Casi nos da con la puerta en las narices. Le preguntó al cocinero. Parecía que habían cerrado. Por suerte, la persona con la que yo iba allí, era del sexo femenino. El cocinero la vio a ella en vez de a mí. Accedió a prepararnos un par de pizzas.

Mientras las preparaban, aquella chica nos comentó que no fuéramos a comer al Prezzo. El italiano en que hemos comido tantas y tantas veces, ya que, al parecer, el cocinero es algo más que un cochino, vamos, que el tío, por lo que contaba, es más guarro que los patos, que se cagan en su propia agua.

Te puedes imaginar la cara que se nos quedó a nosotros, aunque al final piensas que lo que no mata engorda (bueno, supongo que por eso estoy yo así). Total, al final lo meten todo en el horno y el fuego purifica, ¿no?

Estuvimos hablando de otras cosas. Lo típico, del tiempo que llevábamos allí, del clima, de si lo estábamos pasando bien. También nos comentó que la fiesta está en Brighton, un lugar al que los publicitarios ingleses llaman "la nueva Barcelona". Una ciudad costera. No creo que vayamos. Problemas de transporte.

Pero, después de todo este rollo que te he soltado, me doy cuenta de que la entrada de hoy no iba de esto. Hoy quería comentarte lo horteras que pueden llegar a ser algunasmujeres inglesas (bueno, y los hombres). Lo de algunas es porque no me gusta generalizar, no se debe meter a todo el mundo en el mismo saco. De cualquier forma, viendo a la Reina Madre vistiendo, tampoco se les puede pedir mucho al respecto.

Los zapatos normalmente son algo escandaloso. A mi me recuerdan a los que llevaban las hermanas Gilda. Igual eres muy joven y no sabes ni quienes son. Es igual. A lo que vamos. Los zapatos, con colores chillones, modelitos imposibles, taconazos... Algunas no saben ni andar con ellos. Y cuando van a trabajar... van con su traje chaqueta (las que lo llevan) y unas bambas/deportivas/playeras en los pies. En la oficina se cambian. Se ponen taconazo. Las bambas debajo de la mesa. Sublime...

Faldas que o se pasan o no llegan. Como las de mi abuela o las que se vienen siendo cinturones anchos, de aquellos que puedes adivinar... Nada, que no somos unos mirones. ¿Por quién me has tomado?

Camisas con volantes, con chaquetas que parece que las hayan sacado del rastro.

Maquillaje como el que venden para las niñas pequeñas. Además, parece que exactamente las haya maquillado una niña o alguien en un camión antiguo sobre un camino de montaña lleno de baches. Color rojo en los labios. Color rojo en los mofletes. Base blanca... A mí me recuerdan a aquellas muñecas antiguas de porcelana que tenía mi abuela encima de la cama. Me daban auténtico miedo.

¡Ah! ¿Te he hablado del peinado? Imagínatelo... Es la guinda para el pastel.

¿Recuerdas "El silencio de los corderos"? Sir. Anthony Hopkins le contaba a una jovencísima y asustada Jodie Foster, cómo imaginaba él su adolescencia sólo con verle la ropa y el maquillaje "barato". Le explicaba como él estaba seguro que ella se dejaba meter mano por los granjeros... ¿Caes ahora? Bueno, quizás no era exactamente así, pero te puedes hacer una idea viendo esa escena, con aquellos colores tan pálidos de la versión original.

Es domingo. Me voy por ahí. Me estoy enganchando demasiado a esto de escribir. Y no tengo muy claro lo que escribo.

Atentos esta semana, igual me decido a publicar un texto que escribí allá por el mes de abril y que nunca me atreví a hacerlo.

Adios... Clarice,

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sábado, 29 de agosto de 2009

En el nombre del blog

Tras mucho tiempo pensando en el nombre definitivo del blog, ayer, y tras comentar el tema con algunas personas, me quedaban dos nombres:

El de siempre, es decir, el amospalondon, o el que habías visto la última semana, "El cuaderno de viaje de Alex".

Al parecer estoy obligado a tener un nombre con chispa. Poner un nombre serio, pues no hace juego con mis camisetas, o qué se yo...

Así que me rasqué el bolsillo y compré unos dominios. y al final, lo dejé con el de siempre.

No descarto volver a cambiar, ya veremos, a mí, el del cuaderno de viaje no me desagrada, sobre todo, porque ahora que estoy lanzado, y viendo que los lectores del blog cada día son más, tengo claro que seguiré escribiendo aunque esté en Barcelona. No tengo claro que escribiré, pero eso me pasa todos los días, hasta que no me siento, lo habitual es que no tenga ni idea sobre lo que voy a escribir.

Desde ayer, si entras por la url habitual, te redirige directamente a la nueva, que es:

http://www.amospalondon.com

Aunque también puedes acceder mediante:

http://www.amospalondon.es y http://www.amospalondon.eu.

Esta mañana me he levantado con un dolor de cabeza horrible. Tengo un montón de trabajo que tengo que terminar este fin de semana y no tengo muy claro que vaya a conseguirlo, pero no voy a aburrirte con temas profesionales.

Espero que este fin de semana lo pases bien. Que seas muy malo/a y que, si puedes, rompas muchos corazones. No hagas nada que yo no haría.

Que vaya bonito,

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viernes, 28 de agosto de 2009

Doble vida

La primera consecuencia que tiene el estar tanto tiempo en mi situación es la sensación de tener doble vida.

Mi caso, como el de muchas más personas que les toca vivir este tipo de experiencias, es el de quien vive fuera más de la mitad de la semana.

Hay gente que, sencillamente, no se monta una vida fuera de casa. No comparte nada con los demás. Es gente que se levanta por la mañana, desayuna en el hotel, se va al trabajo, igual come con algún otro compañero, sigue trabajando por la tarde y, al acabar la jornada, se va a comprar algo para cenar y se encierra en su habitación del hotel.

Es una opción. He dicho que no es una vida. Quizás lo sea. No es una vida según mi punto de vista.

En el lado opuesto estamos los que, independientemente de estar en un piso o en un hotel, intentamos compartir algo más como grupo. Nosotros desayunamos juntos (no todos, claro). Comemos juntos. Cenamos juntos. Nos tomamos algo juntos. De vez en cuando nos montamos alguna fiestecita light. Alguna no tan light. Reímos. Nos enfadamos. Nos desenfadamos. Somos casi una pequeña familia.

Llegas a casa y tienes tu vida. Lo primero que te pasa por la cabeza es decir que es tu vida de verdad, o tu vida real. ¿Pero acaso no lo es la otra? No tenemos dos vidas, tenemos una. Pero esa sensación te invade en todo momento. Tus responsabilidades parecen esfumarse cuando estás fuera. Cambian. Sólo tienes responsabilidades profesionales que cumplir de forma activa. El resto. Las familiares... Estás tan lejos para cumplirlas que sólo puedes llamar y hablar con ellos por teléfono 5 minutos al día. A veces ni eso.

Hay momentos en los que me invade cierto remordimiento de conciencia. Algo que no había practicado hasta ahora. La distancia hace que todo se vea difuminado, a través de un cristal de aquellos que no te permite ver del todo, que deforma lo que hay al otro lado.

La gran mayoría tenemos las cosas bastante claras. Pero no sé. Pensar que sales de un duro día de trabajo, quizás a las diez de la noche, cuando llevas trabajando desde un poco antes de las nueve de la mañana, y te vas a tomar unas cervezas o a cenar con el resto de compañeros, y te echas unas buenas carcajadas, cuando sabes que en casa han tenido un día igual o más duro que el tuyo... A veces se hace difícil.

Además te acostumbras a ello. Yo, por ejemplo, he podido confirmar que mi paciencia con los críos no es la misma. Esto es como un deporte de fondo. Si no entrenas cada día, parece que luego te falta fuelle. Tienes ganas, casi siempre, de poder disfrutar de tu casa. Pero los que quedan en casa toda la semana, lo que quieren es salir.

Tras siete meses, a mí se me hace complicado saber dónde estoy en cada momento. Es difícil. La semana la acabas reventado. Mucho trabajo. Dormir poco. Pero no justifica nunca nada. No puedes llevarte eso a casa. Si no, ¿qué vida te queda?

Un día, un amigo alemán residente en Londres, me dijo:

"What happens in a postal code, stays in the postal code"

Hay traducciones de todo tipo. Tenemos frases similares a esa en español, viene a ser que lo que pasa en un código postal, se queda en ese código postal. Una amiga dice que "lo que pasa en Horsham, se queda en Horsham"... no pienses mal por favor, debe ser así...

Creo que, definitivamente, hay que ser capaz de hacer eso, porque al final, la única vida que realmente te va a quedar, son aquellos que han elegido estar contigo. Es por aquellos por los que tienes que luchar. Hay que dejar la vida que llevamos cuando estamos fuera, esa vida de pseudo-soltero, esa vida en la que puedes estar, dentro de unos límites marcados por cada uno de nosotros, de fiesta todas las noches. Esa no es la vida real. Esa es una parte de la vida que tienes que ser capaz de dejar allí dónde la tienes. Al final, es posible que sea incluso parte del trabajo, y no hay que llevarse ni el trabajo ni sus problemas a casa.

Otro buen amigo me ha dicho, a propósito de la sensación de llevar doble vida, que, desgraciadamente, no es una sensación...

Que vaya bonito,

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jueves, 27 de agosto de 2009

13 Razones



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miércoles, 26 de agosto de 2009

Addicted to love

Esta semana está siendo especialmente dura en cuanto a trabajo se trata. Estamos haciendo unos horarios un tanto extendidos e intensos. Por lo que no me siento con excesivas ganas de ponerme a reflexionar ahora. Además, las únicas reflexiones que se me ocurren son relativas precisamente a eso, al terreno profesional, y no voy a caer en la tentación de escribir sobre eso aquí.

La tarde se me ha hecho llevadera gracias a Tina Turner. A última hora me he puesto la música a toda pastilla, no quedaba mucha gente a la que pudiera molestar.

Hoy, voy a compartir contigo precisamente un vídeo de Tina. Una canción que a mí me encanta. Dice mucho. Tiene mucha garra. Anima más. Me encantan sus pasos de baile. Si Elvis levantara la cabeza...

Hemos hablado sobre Tina al final de la jornada. Y durante la cena, las casualidades de la vida, hemos vuelto a escuchar una canción suya en el restaurante. Por cierto, hemos comido Crispy Duck... Ya sabes, en el chino que tanto me gusta de Horsham.

Me considero un adicto al amor y a la amistad. Sobre todo al amor. En este caso no es el amor a mis hijos, que lo hay, y mucho. Es una adicción al amor que te deja exhausto. El amor por una mujer. El amor por la única mujer de la que he estado enamorado en mi vida. De la única mujer que hoy sigo tan enamorado como el primer día.



Una buena manera de terminar el día... o de empezarlo.

Que vaya bonito,

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martes, 25 de agosto de 2009

Cuando no hablo yo... me aburro

Pepe, el gran Pepe, hizo suya aquella frase de "cuando no hablo yo, me aburro".

Ya soy mayorcito, no nos engañemos, máxime si me comparas con los pipiolos (desde el cariño, el respeto y la admiración) con los que suelo compartir mi día a día. Hace ya unos días que corro por este viejo y maltrecho planeta. Llega un momento que uno tiene que saber dónde está, lo que hace bien, y lo que no hace tan bien. Uno tiene que ser capaz de reírse de sí mismo, de dejarse de puñetitas y de mirar a la cara a la vida.

Yo siento que estoy en esa posición. Voy capeando el temporal. Voy hacia adelante y creo que no debo quejarme demasiado, aunque tampoco voy a compararme con los que están peor. No voy a ser yo el que encima los machaque más.

En llegando a este punto, seguro que tú, con muy buen criterio, te estás preguntando "¿qué coño me está contando este tío a estas horas de la noche?".

Bueno, no tengas tanta prisa. Los buenos libros tienen un prólogo y, desgraciadamente, hasta los malos lo tienen. Yo te he montado así, sin pensarlo, sin censurarlo, escrito de corrido, tal y como me ha salido, un prólogo para esta entrada, ya la consideres después buena o mala. Ahora voy a lo que iba.

Te comentaba lo de el gran Pepe, que se aburría cuando no hablaba él. Pues bien, estoy llegando a la conclusión de que a mí me viene pasando algo parecido.

Me veo en reuniones lúdico-festivas con los amigos/compañeros. Te lo mires por dónde te lo mires, yo siempre estoy en la pomada. Siempre estoy ahí, luchando, trabajando duro, con el fin de evitar silencios incómodos o para conseguir arrancar una carcajada incluso de aquel que nunca cambia la cara. Cuidado, tampoco es que esté diciendo que es un sacrificio, claro que no, seguro que lo llevo en los genes y me encanta ser el centro de atención, pero joer, que llega un momento que los demás te toman como el mono de feria.

El último jueves aquí, en Horsham. Lo recuerdas? Te lo he contado, la noche en que hicimos una despedida que de poco ha servido. Pues bien, aquel día, por la tarde, cuando sabíamos los que íbamos a cenar y a tomar una copa, rápidamente surgió alguien que me dijo "Àlex, ¿tú eres consciente que hoy nos va a tocar llevar el peso de la fiesta?"

Coñe, de verdad, que no me había planteado esto nunca así. Que ya parecemos profesionales. Que vamos a acabar montando una empresa de payasos o algo así.

De cualquier manera, y para que nadie se sienta ofendido por mis palabras, que no es mi intención, debo decir que me encanta. Me lo paso teta viendo cómo los demás se lo pasan bien. Ayudando un poquito a que dibujemos, al menos, una sonrisa en la cara. Si ya se consigue arrancar una carcajada pues ya es la leche. Además, te das cuenta de que, al final, cuando estás tan lejos de casa, lejos de los tuyos, buscas eso, salir del trabajo, después de un día complicado, y echarte unas risas. A mí me hace sentir feliz. Me hace sentir vivo.

Pero si no hablo yo... me aburro. Plasta!!! Que eres un plasta!!! (yo, claro)

Alguna vez he hecho la prueba. Me he callado (sí, aunque no te lo quieras creer, he aguantado un rato callado). Y ya no es lo mismo. Parece que en el grupo se cree una dependencia sobre la persona que lleva el peso de la conversación. Nadie sabe que decir. Es de lo más gracioso.

Supongo que cada uno de nosotros tiene su fuerte. Esa característica que lo diferencia de los demás. Unos son guapos. Otros son cachas. Otras rubias. Con un cuerpazo. Otros sin embargo, nos tenemos que conformar con tener un poquito de labia y, a veces, también un poquito de gracia.

Sonríe, hace juego con cualquier prenda de ropa que te pongas.

Que vaya bonito,

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lunes, 24 de agosto de 2009

Vuelta al curro... Vuelta a UK

Recuerdo, con nostalgia, una canción que marcaba el final de una serie de televisión que ha hecho historia en nuestro país (ahora, de mayor, juro no entenderlo). Aquella canción, más del tiempo de mis padres que del mío, hablaba del final del verano, y la cantaba el dúo dinámico. La asocio con el final de lo bueno. Todos los veranos tienen su particular momento que hace que lo recuerdes de una forma o de otra.

Yo voy a recordar estas vacaciones de verano por lo bueno, por mi viaje en familia y con amigos a Menorca. Por los momentos que hemos pasado.

Desgraciadamente, y aunque la canción no ha sonado, el final de las vacaciones de verano ha llegado. Toca volver al trabajo. Toca dejarse otra vez a la familia en casa y volar lejos.

Esta mañana debería haber volado a Madrid. Era lo que tocaba. Una decisión de última hora antes del inicio de las vacaciones me lleva de nuevo a Horsham. Quedan pocos. La mayor parte del equipo está ya en Madrid. En España.

Lo sé, tienes razón, a mí que más me da estar en Horsham que en Madrid si sigo estando lejos de casa. Pero piénsalo, tras 7 meses viajando a UK, con su maravillosa comida, su maravilloso clima, su maravillosa idiosincrasia y su maravilloso idioma… me apetece volver a España.

He podido salir de casa sin excesivos problemas con los críos. Parece que ya están totalmente adaptados a esta nueva vida. En la puerta, un Mercedes nuevo. La llegada al aeropuerto sin problemas. Sin colas para facturar. En Seguridad, una gran cola en el lado derecho. Han abierto el lado izquierdo justo cuando me tocaba. Hemos embarcado antes de la hora. Hemos despegado justo en hora….

El día ha empezado perfecto. No tengo muy claro que me voy a encontrar en la oficina, ya que creo que el equipo con el que estaba trabajando no me espera. He hablado con un compañero que está en Madrid y que me esperaba allí. No tenemos claro lo que nos depara la vuelta de las vacaciones.

En lo personal, pues tampoco tengo claro como lo vamos a pasar. X. ya no está allí. Esta noche la paso totalmente solo. J. llega mañana. Pocos quedamos del grupo inicial. Aquel grupo con el que llegué a pasarlo tan bien y tan mal.

Mañana posiblemente nos desplacemos a Crawley, a tener un poquito de fiesta allí por la noche. No pienso cometer la misma locura de la noche antes de las vacaciones. Esta semana espero dormir más, comer mejor y volver a correr. Ahora mi rodilla parece que va respetándome un poco más. La tendinitis se va alejando y me deja correr un poco. La semana pasada hice ya alguna prueba. Con el sol. Con el calor. 25 minutos de sufrimiento a las 6 de la tarde. Una locura. Pero aquí, en Horsham, el clima es más propicio para poder salir a correr, aunque llueva. La temperatura es la ideal para alguien como yo, que funciona mejor con el frío que con el calor.

No escribo más. Estoy escuchando “Viva la Vida”, de Coldplay. Voy a relajarme un rato, que el día lo va a merecer seguro.

Si hoy empiezas tus vacaciones, disfrútalas a tope. Si no es así y lo que empiezas es a trabajar, intenta disfrutarlo a tope. No sirve de nada estar lamentándose por lo que dejamos atrás. Hay que mirar hacia delante e intentar aprovechar cada uno de los momentos que tenemos de la forma más positiva posible (juro que yo me lo creo). Yo pienso hacerlo. Eso sí, no creo que deje de pensar en ningún momento en la sal de mi vida. Esa sal que, en contra de los médicos, hace que nuestros platos sepan mejor.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 20 de agosto de 2009

La estancia en Menorca

La estancia en Menorca me ha gustado. Es la primera vez que he estado allí y debo reconocer que tiene muchos encantos... aunque no es para tanto.

Tengo claro que no volveré a ir en Agosto. El servicio de hostelería es, en general, un desastre. Se quejan de que no vamos, pero no me extraña. En el puerto de Ciudadela hicieron esperar a mis hijos durante 45 minutos por plato de salchichas del país... todo porque el camarero no prestó atención a la hora de hacer el pedido. En otro restaurante, en el puerto de Es Castell, al preguntar si tenían algo para los niños, el camarero va, sin cortarse un pelo, y me contesta

"Aquí, los niños que vienen comen de todo"

Tócate los cojones Mariloli. ¿A que no te lo crees? Pues tan cierto como la vida misma. Me quedé de piedra y sin poder contestar por respeto a los amigos que nos habían llevado allí a cenar. Eso sí, con la carta en la mano, le pregunté:

"¿Comen Carpaccio de Ternera con queso de cabra?"

Me miró... Me volvió a mirar... Se fue...

El resto, más o menos bien, la cena estuvo perfecta.

En Fornells más de lo mismo. Buen restaurante. Buen lugar. Camareros horribles. Servicio casi inexistente. Precios caros.

Pero esto es lo que tiene Agosto en este país. Si por eso no quiero yo viajar en este mes.

De cualquier forma, no todo es malo. Quiero destacar:

1. Las personas que he conocido: He conocido a unas personas encantadoras. Me han acogido en su casa como si fuéramos de la familia. Yo no soy muy amigo de ir a casa de nadie, no sé, supongo que está relacionado con mi timidez. Pero ha sido lo mejor del viaje. Los críos se lo han pasado estupendo. Y nosotros hemos estado como en casa. ¡¡Gracias!!

2. Sus playas: Las playas de Menorca valen todo aquello que queramos decir de ellas... aunque a veces no las limpian. Cala en Turqueta ha sido para mí lo mejor, junto con Son Bou para los niños. Me he hartado de hacer snorkeling entre auténticos bosques de poseidonia. He buceado rodeado de bancos de peces. He mantenido mi posición durante varios minutos sobre una morena (X. un pez). Genial.

3. Sus gambas: Qué decir. Me he puesto ciego de gambas a la barbacoa. Una pasta, pero que me quiten lo bailao.

4. El puerto de "Es Castell": Hostelería a parte, uno de esos pequeños puertos de pescadores que todavía conservan su encanto sin yates lujosos y ostentosos. Para mí, el mejor de los que he visto (no los he visto todos, claro).

5. El bar la Rueda: En Sant Lluis. Qué patatas fritas, que bocatas... La mejor ensaladilla rusa que he probado en mi vida en un restaurante. De obligada visita.

Seis días no dan para mucho, pero a mí, J. y su familia me han dado unas vacaciones inolvidables.

La próxima, en Julio, eso sí.

Que vaya bonito,

àlex

PS: Por cierto, aquí, la tortuga acabada... antes de que me la destrozaran:

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martes, 18 de agosto de 2009

Mal día para empezar las vacaciones

Coger un avión cinco minutos antes de las 7 de la mañana tiene muchas implicaciones. Una de ellas, la más jodida, es, sin lugar a dudas, el madrugón que te tienes que pegar.

Si a eso le sumas el haber dormido sólo dos horas y haber bebido bastante más de la cuenta, consigues un cocktail explosivo.

Creo que el pasado viernes, 7 de agosto, me dejé parte de mí en el apartamento de Horsham y en el lavabo del aeropuerto. No voy a entrar en detalles ahora.

Easycrap salió puntual. Se me hizo más largo que nunca. No hay nada peor que una resaca en el interior de un avión. No podía dormir. No me atrevía a moverme. Cada traqueteo era como si un montón de conejos enanos bailaran claqué en mi estómago. Ahora arriba. Ahora abajo. Visité como 3 veces los servicios del avión. Los olores nauseabundos del carrito del catering no ayudó a mi bienestar. Esos bocadillos calientes de bacon con lo que sea... el café infecto que te sirven... Todavía no tengo claro cómo conseguí superar esa prueba que la naturaleza me había impuesto... por tonto.

A la llegada al aeropuerto, envié algún SMS a los compañeros de fiesta. Todos estaban con la cabeza a punto de estallar. Tomando analgésicos. Su suerte fue que no tuvieron que madrugar como yo. Ellos no tuvieron que levantarse a las 4:30. Pudieron dormir algo más. Todavía hoy pienso que hubiese sido mejor permanecer despierto hasta coger el avión, aunque no sé como hubiera reaccionado mi cuerpo durante el vuelo.

Llegué a casa a eso de las diez y media.

Bajé un rato con los críos a la piscina. Mi mujer, mientras tanto, acabó de preparar la maleta. Bajamos a comer a "La Clotxa". A las tres más o menos nos íbamos al puerto. Teníamos que coger un barco rápido (luego verás por qué he resaltado lo de rápido) a Menorca que salía a las 5.

Llegué a las oficinas de los cuatreros marinos llamados "Balearia". Había comprado mis billetes con el descuento de familia numerosa. Al ir a retirar las tarjetas de embarque, llevaba los carnés individuales de mi mujer y el mío, además del libro de familia. Pues bien, a estos choricetes de tres al cuarto no les sirvió y me cobraron 54 EUR más al eliminar el descuento de familia numerosa a mis hijos. Claro, es evidente, sólo el matrimonio forma parte de la familia numerosa, los niños no. A partir de este momento, aunque no tengas hijos, creo que puedes ir a solicitar dicho carné, te lo tienen que dar según la forma de pensar de Balearia.

Pedí la hoja de reclamaciones. A ver si la escribo este jueves.

El barco que debía salir a las cinco, acabó saliendo a las ocho, y en vez de llegar a las nueve y media, llegamos a las tres y media de la madrugada... echa cuentas. Por supuesto, esta banda de bandidos no nos dio ninguna explicación en ningún momento.

Claro, entre el cabreo, la resaca y el no haber dormido, he de reconocer que el viaje no se me hizo tan largo. Iba durmiendo en cualquier rincón. Dónde podía. Los niños también. Que horror de viaje. NO VAYAS NUNCA CON BALEARIA.

Creo que el próximo viaje a las islas será en avión y alquilaré allí el coche. Paso de historias con estos tíos.

A las 4 nos íbamos a dormir. y a las 9 del día siguiente los niños tocaban diana. Iniciábamos la semana de vacaciones en el paraíso de Menorca. Aunque esto, te lo explicaré en otra entrada...

Todos deberíamos creer en algo. Yo creo que tomaré otra cerveza.

Que vaya bonito,

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lunes, 17 de agosto de 2009

Efecto mariposa: Caso práctico

Hace un tiempo, a finales de mayo, publiqué una entrada titulada "El efecto Mariposa".

Hoy quiero publicar un vídeo con un caso práctico sobre cómo el batir de alas de una mariposa puede afectar a, por ejemplo, la integridad de tu casa:



Que vaya bonito,

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domingo, 16 de agosto de 2009

Primer intento de despedida

Llevo ya una semana de vacaciones. Me queda otra.

La semana anterior al inicio de estos días de ocio fue algo extraña. Se mezclaron temas personales y profesionales. Bien. Conmigo eso es fácil. Ya sabes, sólo tengo una forma de ser, y mi vida profesional forma parte de mi vida personal, no puedo evitarlo.

Recuerdo que tuvimos muchísimo trabajo. Salíamos tarde todos los días. Los compañeros nos reagrupamos en la zona en que trabaja el equipo del que formo parte.

Tenía que volar el jueves. El viernes me lo debía tomar como día libre. El martes se decidió que mejor volar el viernes. Ese día, el viernes, tenía que coger un barco que me llevaba a Menorca, a disfrutar de esa primera semana de vacaciones. Me la jugaba un poco con los amigos de EasyCrap. Un retraso y perdía el barco.

La semana fue de dormir poco. Nos juntamos tanto martes como miércoles en el piso. Ninguno de los días nos fuimos a dormir antes de las 3 de la mañana. Al día siguiente siempre me levanté a las 7 para poder llegar a la oficina temprano.

Como te comentaba al principio, ha sido una semana extraña. En ella creo haber hecho algún nuevo amigo, afianzar alguna amistad ya existente... y recuperar alguna que se había torcido por el camino. Positivo.

El jueves por la noche nos quedamos ocho españoles trabajando en Horsham. Nos fuimos a cenar juntos. El plan era hacer una despedida, aunque al menos cinco de los que estábamos allí sabíamos que finalmente volvíamos pasadas las vacaciones. Yo espero estar sólo una semana.

Todo fue muy divertido. Primero nos arriesgamos con el plato elegido para la cena. Algunos decían que era trucha, otros creíamos que era carne. Tres de nosotros lo pedimos. Era carne. Y qué carne. Buenísima. El resto pidieron algo que llamaban pato, pero que a mi modo de ver, no entraba por la vista.

Cayeron 4 ó 5 cervezas durante la cena.

Allí ya se vio quien iba a llevar el peso de la fiesta. X. ya lo predijo horas antes.

Nos fuimos a tomar una copa cerca del White Rose (perdón, es Waitrose, tal y como dice nosequién). Música del gran Jacko. Seguimos bebiendo y riendo. Los mismos. Cuatro de ocho. Los otros cuatro, parecían estar lejos de nosotros. Parecía que estaban en otro lugar. Nada que ver con nuestras ganas de pasarlo bien. Reíamos mucho. De vez en cuando algún gritito de Michael. Mirábamos las caras de los otros. Cómo nos miraban ellos. Qué debían pensar de nosotros.

A eso de las 12, ya no servían más copas. Nos fuimos a una discoteca que sabíamos que existía pero nunca habíamos pisado.

En la puerta, los de seguridad nos dijeron que en 20 minutos cerraban. Estuvimos casi 2 horas.

Aquello olía a pies que tiraba para atrás. Todo el suelo era moqueta. Música de los 80-90. Poca gente. Alguna tía que ya no volvía a cumplir los 30. Una barra de aquellas para bailar, las que se ven en los strep-tease.

Nos pedimos unos tequilas. Luego descubrimos las botellas de vodka con naranja. Ya sabes, el único cubata que a mí me gusta beber de vez en cuando. Cayeron eso de 3. Demasiado para mí.

Bailamos, hicimos alguna conga, nos reímos con el resto de gente. Golpeamos una pera de aquellas de boxeo que te dice la fuerza que tienes. X y yo alrededor de 500 puntos. Una rubia 700 y un tío también lo mismo... pero con la cabeza... que ridículo.

Alguien me hizo una foto cogido a la barra... no comments.

Reconozco que allí si que acabamos de hacer amigos y de recuperar tiempo perdido. Allí bebimos y reímos. Nos quitamos la ropa de trabajo. Sencillamente estábamos nosotros, sin nada más... sin nadie más... Y cuatro que miraban...

Dormí 2 horas. A las 2:30 me metía en la cama y a las 4:30 me levantaba. Fue horrible... Pero creo que eso te lo comento en otra entrada.

Hace tiempo que no pongo una frase por aquí. El otro día recordé una. No sé de quién es, pero creo que lo dice todo para una noche así:

"Soñar como si fueses a vivir para siempre y vivir como si fueses a morir hoy mismo"

Buenas noches y buena suerte,

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domingo, 9 de agosto de 2009

Estoy de vacaciones

Pues sí, estoy de vacaciones....

Pronto os explicaré cómo terminó la semana en Horsham y mi viajecito...

Pero no hoy, que no tengo muchas ganas de escribir.

Nos vemos a la vuelta,

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miércoles, 5 de agosto de 2009

Cómo hacer una empanada de atún...

Ayer cenamos unos cuantos compañeros en nuestro piso. Fue divertido. Nos reímos mucho. Viene siendo la tónica estas últimas semanas. No se si todo viene dado por la felicidad que nos da el saber que volvemos casa, bueno, al menos a nuestro país.

Pero lo que quiero explicarte hoy es lo del título.

Verás.

Para el sofrito usamos 3 huevos cocidos, uno sin cocer, medio kilo de tomate triturado, 1 cebolla grande, azúcar, sal y, por supuesto, una par de latas de atún. En España yo hago la masa, pero puedes comprar la de hojaldre, queda bien. La venden congelada y lleva un par de capas que es lo que necesitas

Por un lado fríes la cebolla hasta que quede bien pochadita. A fuego lento, para que no se nos ponga dura (la cebolla). En otro, es para manchar cacharros básicamente, fríes el tomate. Le pones un par de cucharadas de azúcar para matar la acidez y un pellizco de sal al gusto.

Cuando está todo terminado, mezclas los huevos, el tomate y la cebolla.

Tienes una capa de la masa estirada en una bandeja que va al horno. Previamente has aceitado toda la bandeja. Este punto es importante para que no se te pegue. Viertes el relleno sobre la masa. Pones la segunda capa. La cierras por los laterales con un tenedor. Aquí es importante que las dos hojas de masa se toquen sin relleno en medio. Con el tenedor vas presionando por los laterales sin miedo, tienes que machacar un poco.

La pintas con huevo por encima (así queda doradita).

Al horno a unos 220 grados durante unos 20 minutos, pero lo vas mirando, que no cuesta tanto.

Cuando la sacas del horno y la pones encima de la mesa para comer... es justo ahí... sí, ahí... cuando te das cuenta de que no le has puesto atún y un tío como yo empieza a morirse de risa como cualquier niño de 12 años. No puedo remediarlo.

Que conste que estaba de miedo.

Nos acostamos pasadas la una y media. Pero me he levantado como una rosa, a pesar de las cervezas y la pomada.

J. Ailaviu!!!

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martes, 4 de agosto de 2009

Esto en mi barrio no pasa

Anoche, a eso de las 12, quizás no llegaba, decidimos finalizar nuestra sesión de sharing televisivo en el salón. Bueno, X. jugaba con su DS a fútbol, J. estaba con su portátil y yo estaba tumbado en el sofá de dos plazas con la bolsa de hielo en mi rodilla. Mientras, veía "The Matrix" en versión original. Es una de las cosas buenas que tiene el estar aquí.

Me metí en el sobre. Los lunes ya sabes que suelen ser un tanto agotadores. Usé las cuatro almohadas que tengo sobre mi cama para sentarme cómodamente. Ah, ¿no lo sabías? Tengo cuatro almohadas diferentes, para elegir según me sienta esa noche. Planitas de plumas. Gorditas sintéticas... Esta gente no te pone persianas ni cortinas que no dejen pasar la luz, pero sí que te ponen almohadas para parar un tren.

A lo que iba, que me lío. Acabé de escribir la entrada de ayer de mi blog. Alguien estaba todavía trabajando al otro lado. Trabajando en un tema que a mí me trae de cabeza estos días. Intercambiamos unas palabras y nos deseamos buenas noches... Yo seguí escribiendo mi blog.

Una vez acabado, y vistas unas noticias, apagué la luz.

Fiesta.

En la calle un camión descargando. Un ruido infernal. Metal contra metal. Creo que son jaulas repletas de productos para una tienda de todo a una libra que hay aquí. Increíble. No podría ni siquiera decirte el tiempo que estuvieron armando follón. Y digo yo. En este país tan sumamente educado y civilizado, ¿eso está permitido? En mi barrio alguien pone la música del coche un poco más alta de lo normal a las 11 de la noche en la calle, y ya hay un vecino llamando a la patrulla.

Aquí no. Venga a meter ruido.

Pero eso no es todo. Esta mañana, a eso de las 5, más ruido. Esta vez creo que era el camión de la basura. Digo creo porque no me he levantado. Y debe haber vaciado lo menos mil contenedores en su interior. Y eso que nosotros buscamos contenedores y no los encontramos por ningún lado. ¿Que dónde están? ¿Los tienen escondidos en casa y los sacan por la noche? Voy a dejar la basura al lado del enanito que tenemos en la puerta (mañana pongo foto).

En consecuencia, mis ganas de levantarme a las 7 de la mañana para ir a correr, se han ido por el mismo sitio que los camiones. Me ha sido imposible. Tengo un sueño bárbaro. Y me queda todavía un largo día por delante.

Si estás de vacaciones disfrútalas.

Si no, que vaya bonito...

àlex Seguir leyendo...

lunes, 3 de agosto de 2009

Hoy no he sido bueno

No sabía como titular la entrada de hoy, pero creo que el que he elegido ya dice mucho.

Hacía tiempo que no empezaba la semana así.

Me he ido al aeropuerto mejor que cualquier otro día. Los críos se lo han tomado mejor y no había tráfico, por lo que he llegado antes que la gran mayoría de días. Se nota que ha llegado el mes de Agosto y, con él, las vacaciones de casi todos los ciudadanos de bien.

Una vez en el aeropuerto, las cosas se han empezado a torcer un poco. En la cola del Speedy Boarding de Easycrap, había casi el mismo número de personas que en el resto de colas.

Al subir al control de seguridad, resulta que la misma persona que está pendiente del monitor de Rayos X por el cual pasamos el equipaje de mano, estaba registrando el bolso a una mujer. Con calma. Mucha calma. Sin estresarse. Montando una cola de las buenas, mientras veíamos como otros 4 o cinco personas pertenecientes al equipo de seguridad se lo miraban desde lejos. Con calma. Sin estresarse.

Al final, menos mal que un Guardia Civil ha puesto un poco de orden y ha descongestionado el tráfico de los arcos, aunque hemos perdido allí más de 20 minutos.

El avión salía hoy del módulo 5. Menos mal. Desde allí parece que hay más control, más espacio, y menos posibilidades de que nos lleven en autobús hasta el avión. Puedes embarcar desde el finger. Así podemos aprovechar perfectamente el Speedy Boarding y elegir los asientos que ocupamos normalmente.

Antes de que asignaran la puerta, ha venido el momento cumbre del día.

Nos hemos ido a tomar un café a la cafetería de siempre. Al fondo a la derecha. Cuando hemos llegado, no había nadie para pedirle el café. Al momento, una mujer ha aparecido a nuestra derecha y con muy poquitas ganas nos ha preguntado que queríamos. Le he señalado que yo quería un cortado y, J., un café con leche. Nos ha mirado con cara de pocos amigos y, señalándome a mí ha dicho "un café con leche y un cortado". Le he dicho que vale.

Nos ha tirado las cucharillas, casi con desprecio, y nos ha dejado los vasos sobre el mostrador, sin bandeja para ir a la mesa, una bandeja que normalmente te ponen. J. y yo discutíamos a ver quien pagaba. Le he convencido de que yo pagaba. "Dos con ochenta y cinco" me ha soltado la amiga. J. decía en ese momento que quería quitarse chatarra, pero he dicho que pagaba yo... y punto.

Le daba dos monedas de dos Euros. Con los vasos en el mostrador. Me ha mirado mal y me ha preguntado si no lo tenía justo. Le he dicho que no, a lo que ella me ha dicho, alucina, que "él sí que tiene". Juas. La amiga. Que huevada.

Me he mosqueado un poco y le he intentado explicar que pagaba yo, no él, es decir, que yo invitaba.

No te lo vas a creer, me ha dicho que entonces me tenía que esperar. Así. En frío. Sin más. Sin cambiar el semblante.

Yo, ni he cambiado el semblante ni me han subido las pulsaciones cuando he cogido las dos monedas de 2 EUR del mostrador y le he dicho que muy bien, que ahí se quedaba con los cafés, que me iba a la otra cafetería. Me he girado y me he ido.

J. se moría de risa. Pero es que me ha vacilado la tía sin pensárselo dos veces. Hay que joderse.

Lo del tío que se ha sentado a mi lado (otra vez) en el avión y que enciende el móvil antes de tiempo, lleva la música puesta hasta que le llaman la atención y otras sutilezas más, lo explicaré otro día si tengo ganas.

Ahora me voy a dormir. Esta semana pinta dura. La típica semana de irte de vacaciones en que tienes que dejarlo todo "Atado y bien Atado".

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 2 de agosto de 2009

Fussimanya

Tras algo más de 6 meses de idas y venidas a UK, una de las cosas que más echas en falta es la comida española.

Hay quien sabe eso y te da una sorpresa. El sábado pasado, sin ir más lejos, mi mujer me invitó al que ella sabe es quizás mi restaurante preferido.

Su nombre es "Fussimanya", es una traducción latina de "Fossa Magna".

Está cerca de Vic, en la comarca catalana de Osona, en un pequeño pueblo llamado Tavèrnoles. Éste no es uno de esos restaurantes que uno se encuentra por el camino. Éste hay que ir a buscarlo. Y tiene un gran encanto al tratarse de una antigua masía catalana. Para más datos, está muy cerquita del Parador de Vic. Allí puedes ir a visitar el pantano de Sau.

Para ir, puedes guiarte por google maps mediante este link.

La comida que te sirven allí es la típica catalana, aunque yo siempre empiezo por una tabla de embutidos propios de la casa. Es algo que a mí me puede. Con cualquiera que voy, siempre pedimos lo mismo de primero. Pero cuidado, nunca pidas para el número exacto de personas que vais. El Fussimanya se caracteriza por sus raciones abundantes, así que si sois cuatro los que vais, haceros un favor y pedir para 2 o para 3, porque te aseguro que no te comerás el segundo plato.

Pide también la coca "amb pa amb tomàquet". Es brutal. Aunque no te preocupes, te la ofrecerán. Los segundos son también muy abundantes, y la carne es el plato estrella. El cordero, el entrecot... lo que quieras, todo es fantástico.

Para beber yo siempre pido lo mismo. Gaseosa y vino de la casa. Un vino que... bueno, mejor compruébalo tú mismo, pero ves con alguien que pueda conducir después y que no beba...

Los postres de la casa son el colofón final a este fastuoso banquete. Nunca sabes que pedir. Todos son espectaculares, pero a mi gusto, dos destacan sobre los demás, la crema catalana y los profiteroles con nata y chocolate caliente.

Para acabar de coronarlo, la factura no es alta. La relación calidad precio es impresionante. Pueden comer 5 personas por aproximadamente 25 EUR por cabeza... y te aseguro que no cenarás por la noche.

Si vas a ir, reserva mesa con antelación. Si llevas niños, pide el primer turno, a las 13:30. Siempre hay colas para entrar y el segundo turno te puede llevar a las 4 de la tarde porque los que llegamos en el primero nos resistimos a dejar el local.

Cuando sales, si todavía puedes moverte, puedes acercarte a la tienda a comprar los mismos embutidos que te has comido anteriormente.

Recordando al mítico Jaume Pastallé, me despido diciendo:

"Bona nit i bona cuina"

àlex Seguir leyendo...