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lunes, 3 de agosto de 2009

Hoy no he sido bueno

No sabía como titular la entrada de hoy, pero creo que el que he elegido ya dice mucho.

Hacía tiempo que no empezaba la semana así.

Me he ido al aeropuerto mejor que cualquier otro día. Los críos se lo han tomado mejor y no había tráfico, por lo que he llegado antes que la gran mayoría de días. Se nota que ha llegado el mes de Agosto y, con él, las vacaciones de casi todos los ciudadanos de bien.

Una vez en el aeropuerto, las cosas se han empezado a torcer un poco. En la cola del Speedy Boarding de Easycrap, había casi el mismo número de personas que en el resto de colas.

Al subir al control de seguridad, resulta que la misma persona que está pendiente del monitor de Rayos X por el cual pasamos el equipaje de mano, estaba registrando el bolso a una mujer. Con calma. Mucha calma. Sin estresarse. Montando una cola de las buenas, mientras veíamos como otros 4 o cinco personas pertenecientes al equipo de seguridad se lo miraban desde lejos. Con calma. Sin estresarse.

Al final, menos mal que un Guardia Civil ha puesto un poco de orden y ha descongestionado el tráfico de los arcos, aunque hemos perdido allí más de 20 minutos.

El avión salía hoy del módulo 5. Menos mal. Desde allí parece que hay más control, más espacio, y menos posibilidades de que nos lleven en autobús hasta el avión. Puedes embarcar desde el finger. Así podemos aprovechar perfectamente el Speedy Boarding y elegir los asientos que ocupamos normalmente.

Antes de que asignaran la puerta, ha venido el momento cumbre del día.

Nos hemos ido a tomar un café a la cafetería de siempre. Al fondo a la derecha. Cuando hemos llegado, no había nadie para pedirle el café. Al momento, una mujer ha aparecido a nuestra derecha y con muy poquitas ganas nos ha preguntado que queríamos. Le he señalado que yo quería un cortado y, J., un café con leche. Nos ha mirado con cara de pocos amigos y, señalándome a mí ha dicho "un café con leche y un cortado". Le he dicho que vale.

Nos ha tirado las cucharillas, casi con desprecio, y nos ha dejado los vasos sobre el mostrador, sin bandeja para ir a la mesa, una bandeja que normalmente te ponen. J. y yo discutíamos a ver quien pagaba. Le he convencido de que yo pagaba. "Dos con ochenta y cinco" me ha soltado la amiga. J. decía en ese momento que quería quitarse chatarra, pero he dicho que pagaba yo... y punto.

Le daba dos monedas de dos Euros. Con los vasos en el mostrador. Me ha mirado mal y me ha preguntado si no lo tenía justo. Le he dicho que no, a lo que ella me ha dicho, alucina, que "él sí que tiene". Juas. La amiga. Que huevada.

Me he mosqueado un poco y le he intentado explicar que pagaba yo, no él, es decir, que yo invitaba.

No te lo vas a creer, me ha dicho que entonces me tenía que esperar. Así. En frío. Sin más. Sin cambiar el semblante.

Yo, ni he cambiado el semblante ni me han subido las pulsaciones cuando he cogido las dos monedas de 2 EUR del mostrador y le he dicho que muy bien, que ahí se quedaba con los cafés, que me iba a la otra cafetería. Me he girado y me he ido.

J. se moría de risa. Pero es que me ha vacilado la tía sin pensárselo dos veces. Hay que joderse.

Lo del tío que se ha sentado a mi lado (otra vez) en el avión y que enciende el móvil antes de tiempo, lleva la música puesta hasta que le llaman la atención y otras sutilezas más, lo explicaré otro día si tengo ganas.

Ahora me voy a dormir. Esta semana pinta dura. La típica semana de irte de vacaciones en que tienes que dejarlo todo "Atado y bien Atado".

Que vaya bonito,

àlex

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