Total de páginas vistas

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿De qué hablan las mujeres cuando van al baño?

Ya desde que somos pequeños, se abren ante nosotros un cúmulo de misterios. Al principio son misterios poco importantes. ¿Cómo se queda mi pipí en el pañal y no sale? ¿Por qué me sale esto de la nariz? ¿Anda, esto se pone duro?

Bueno, no me lío, que luego sé lo que vas a decir.

Nos vamos haciendo mayores, y aparecen nuevos misterios. Cuando vemos a una chica (o un chico, dependiendo de tus gustos, claro), ¿por qué me pasa esto en el estómago? Y estos granos en la cara, justo ahora, ¿por qué, por qué, por qué?

Y sigue. Quizás, tú piensas en otros misterios más... grandes, pero prefiero quedarme con los misterios pequeños, esos que, si los pienso bien, incluso me hacen un poquito de gracia. Puedo reírme de ellos de forma simpática. Esos pequeños grandes misterios son los que le dan un poquito de salsa a la vida.

Pero el tiempo pasa, y llegas a misterios más grandes. No muchos. Creo que a estas alturas, a mí me quedan pocos misterios. Ni siquiera ya es un misterio como podemos subsistir en un país gobernado con estos chiquilicuatres...

Para mí, el misterio más grande, para serte sincero, y sin querer que nadie me tache ni de misógino ni de machista, es ese ser tan maravilloso llamado mujer. Igual tú eres una de ellas. Quizás. Buen rollito. Ya me conoces. Soy yo. Y soy así.

Hace tiempo creo que ya lo anoté por aquí, y no es que sea una sentencia precisamente mía, no, pero me gustó: "Las mujeres son para amarlas, no para entenderlas". Volvemos un poco a los calificativos que a buen seguro ya estás pensando hacia mí, pero nada, que el tema hoy va así.

Pero no quiero ponerme serio, que últimamente ya lo hago demasiado. Fíjate que hoy he estado tentado de poner por aquí el vídeo "Amor se llama el juego" de Sabina, pero he pensado, joder, ahora que parece que estoy en el buen camino hacia ese lugar llamado felicidad no voy a ponerme tristón ni ñoño, ¿verdad?

Hoy quiero comentar uno de los mayores misterios que existen para mí. Uno de esos pequeños grandes misterios que me hacen sonreír. Que cada vez que lo pienso me pregunto a mí mismo si soy tonto o algo parecido (y sí, tonto es el que dice tonterías según Forrest Gump).

A lo que voy. Te vas de fiesta. Bebes unas cuantas cervezas. Eres un tío. Este es un detalle muy importante en este momento de la historia. Eres un tío. Has bebido muchas cervezas. No nos engañemos. No tenemos límite. Claro. Luego, toda esa cerveza que ha entrado en tu barrigota, tiene que salir. ¿Por dónde? Eso... Está más claro que el agua. Te vas al lavabo. Joder, que ratos esos que pasamos en el lavabo con una cogorza y encontrándote allí a los colegas que llevabas media hora buscando por la disco...

Y, claro. Otro día, te vas con amigos y amigas. Todos beben cerveza, luego se pasa a los cubatas... tequilas... vamos, a beber como si se acabara el mundo. Eres joven, crees que nada va a destrozar tu duro estómago. Sois dos para dos. Un número perfecto. Nosotros, los tíos, los amos del mundo. Esa sonrisa estúpida en la boca. Esa superioridad. Te comes el mundo. Si más no, cuando eres como yo... claro...

De repente, ellas sienten la misma necesidad. Pero se van juntas. Hay que joderse. Ahí el primer misterio. ¿Por qué demonios se van juntas las mujeres al lavabo? Tú te quedas ahí, a tu bola, contento, un pedillo interesante. Te ríes de cualquier cosa. No piensas en gran cosa. Es la noche. Y de repente ves que vuelven. Cuchicheando. Sonriendo. Y te preguntas ¿De qué hablan las mujeres cuando van al baño? Por que claro, nosotros no hablamos de gran cosa. Bueno, sí, a veces, pero aquello no da para mucho. Tienes la pared delante de ti. Es frío. No sé. Es difícil de explicar. Como mucho esperas que el de tu lado no esté súper borracho y te reconozca justo en ese momento y se gire, gritando un "Hombre, Alex!" y te moje toda la pernera del pantalón.

Ellas, ¿qué han hecho allí? ¿De qué han estado hablando? Qué gran misterio. ¿Y por qué van juntas? ¿Qué pasa? ¿No se fían? ¿Creen que vamos a ir para allá?

Francamente, lo que daría por enterarme. Me da a mí que lo de ir a empolvarse la nariz, es un pretexto para confabular. ¿Están tramando algo? Me pregunto que debe haber allí. Seguro que nos esconden algo. ¿Lo harán de pie, como nosotros?

Está claro que es un misterio y que seguirá siendo un misterio. Uno de esos pequeños grandes misterios que harán que me pueda sonreír un día u otro charlando con alguna amiga o con algún amigo sobre ello.

Que vaya bonito,

àlex

No hay comentarios:

Publicar un comentario