Total de páginas vistas

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Lo que vemos con los ojos nos oculta algo

Normalmente somos estúpidos. Eso es algo que he aprendido con el tiempo. Creo que los publicistas lo aprendieron mucho antes de que el mundo fuera mundo, porque se aprovechan de ello.

Todo lo hacemos con los ojos. Todo empieza por ahí. No voy a decir que envidio a aquellos que no ven, porque estaría mintiendo y, además, estaría cometiendo una insensata injusticia... o gran estupidez.

Reconozco que yo no soy diferente al resto de la humanidad. Al menos a ese resto que es lo que viene siendo "normal".

Entiendo por normal, aquello que está estereotipado. Aquello que hace que todos nos movamos como borregos tras una cosa u otra. Un desodorante que nos hace más machos. Una crema que hace más bellas a las mujeres. Una ropa que nos hace más guapos... Ya me entiendes. En definitiva, creo que nos dejamos llevar por una corriente dominada por unos cuantos que se enriquecen a nuestra costa. Unos cuantos que vendrían a ser el "Gran Hermano".

Pero bueno, no era mi intención hablar de eso, que me pone de los nervios.

Mi intención es la de darme cuenta de lo estúpidos que somos en cuanto a las personas. Siempre nos dejamos llevar por lo que vemos con los ojos. Punto. En muchas ocasiones, con eso es suficiente. Ya no nos dignamos ni a intentar conocer a lo que podría ser la mejor persona que hemos conocido en nuestra vida. A mí, me pasa. Lo reconozco. Me encierro. No veo más allá de mis narices. Me olvido de todo. Mando a alguien al ostracismo única y exclusivamente por llevar un botón de más abrochado en la camisa, o bien tener una apariencia distinta a lo que mi propio canon marca, y seguro que, ese canon, no es ni propio, si no que está esculpido por los artistas de la publicidad.

En definitiva, que estoy seguro de que lo que vemos con los ojos, no nos permite mirar con el corazón, y eso hace que perdamos las mejores oportunidades de nuestra vida. Eso, y el no luchar y el no dar la cara, pero eso, creo que es tema para otro día.

¿Y todo esto a qué ha venido? No tengo ni puñetera idea. Pero me ha salido así. Qué vamos a hacerle. Seguramente el ritmo tan divertido que llevamos últimamente y los problemillas que aparecen en el día a día con la gente que vas conociendo en el trabajo hace que llegues a este tipo de conclusiones estúpidas, porque vaya tostón el que he soltado...

Venga, que vaya bonito,

àlex

No hay comentarios:

Publicar un comentario