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martes, 30 de marzo de 2010

Sanidad: Alí babá y los cuarenta ladrones

Leo hoy una noticia en "La Vanguardia" sobre el gasto atribuible a enfermedades derivadas del tabaquismo que soporta nuestro sistema sanitario.

Según los números que publica este diario, es de 5.400 millones al año. Leyendo el artículo, esa cifra alcánzalos 14.710 millones en el 2008.

Pensando en los impuestos que cada vez presionan más al ciudadano medio, veo claramente los del tabaco. Se defienden dando cifras del 2008, y mencionan que los ingresos por impuestos fueron inferiores al gasto. Dan datos del 2008. El 2009 hubo un gran incremento de los impuestos sobre el tabaco.

Entiendo que el tabaco es malo para la salud. Entiendo también que es un gasto para un sistema sanitario con demasiados gastos. No entiendo por qué, si es tan malo para la salud y gastamos tanto en campañas anti tabaco, no lo quita el gobierno directamente de circulación. ¿No serán otro tipo de intereses?

Me parece del todo hipócrita estar demonizando al tabaco y, por otro lado, estar poniendo la mano para recoger el dinero que llena las arcas con tanta facilidad. Mi última pregunta a este respecto es si realmente el tabaco es un monopolio del estado. Hasta dónde yo sé, la distribuidora oficial de tabaco pertenece al estado y las licencias de los estancos sigue controlándola él.

Esto es como las inversiones del Vaticano en empresas que se dedican a fines contrarios a ella (Noticia)

De ahí paso al por qué de todo esto. El artículo aparecía porque ahora quieren lavarse la cara y ahorrar un poco. Me refiero a los señores de sanidad.

Bueno, no sé qué opinas tú al respecto, ni tan solo sé si conoces a alguien que trabaje en algún centro hospitalario o de atención primaria de la seguridad social. Yo conozco a varios. En su casa nunca falta de nada que tenga relación con la sanidad. Todo "gratis". Medicamentos, sábanas, vendas, utensilios de botiquín como tijeras, pinzas, alimentos, botellas de agua... Alucinarías... Material de oficina...

Viéndo a algunos de ellos, está claro que no todos lo hacen, intento hacer sumas y multiplicaciones de trabajadores y euros que se llevan... Se me ponen los pelos de punta.

Es posible que el ahorro de sanidad se pudiera hacer desde otros frentes, igual no es muy popular, pero que dejen de tocar ya los huevos con tanta mariconada y empiecen a perseguir y despedir a esa panda de chorizos que nos roban a ti y a mí cada día.

Tabaco: caca. Chorizo: caca.

De cualquier modo, nuestro sistema sanitario es de los mejores del mundo.

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

domingo, 28 de marzo de 2010

Cambio de hora

Los beneficios del cambio horario están más que descritos y justificados.

Por lo que leo, esto se inició, a nivel global, durante la primera gran guerra mundial. Lo hacían para ahorrar carbón.

A nivel comercial también es un gran beneficio, más horas de sol, la gente está más rato en la calle y, claro, tienen tendencia al consumo, ya sea para hacer compras, o para sentarse en una terracita con los amigos a tomarse unas cervecitas (este es el gran beneficio que yo le veo).

Se alarga el día. Estamos más rato fuera. Practicamos más deporte. Vamos, que físicamente parece que también tiene sus cosas buenas, aunque los próximos días vamos a ir un tanto perdidos con las horas de sueño, comidas y cosas varias. He podido leer (sí, aunque hay quien se empeña en insistir que no leo) que los cambios horarios nos causa problemas en la percepción del tiempo. No profundizo en eso porque no tengo ni puñetera idea a lo que se refieren y, además, seguro que me cabreo.

Durante todo el tiempo que he estado yendo y viniendo a Londres he padecido un problema horario similar. Tenemos una diferencia horaria equivalente a este cambio que hacemos ahora. Cuando me quejaba de que me causaba algún que otro problema, los que aquí residían, siempre me contestaban lo mismo “¡Pero si sólo es una hora… Exageraooooo!”. Vale, pues el que se queje ahora y empiece a hacerme preguntas sobe si son las cinco de hoy o de ayer, le sonreiré y le guiñaré un ojo… No diré nada, que seguro que después me cuesta caro.

El cambio horario no creo que me aporte muchos beneficios a nivel individual. Mis facturas no varían, las de luz, digo, de un periodo a otro. Lo que sí que es cierto es que hoy, para mí, empieza el buen tiempo. Empieza la primavera de verdad, pronto el verano. Empieza un tiempo de alegría. Porque el sol, créeme, es símbolo de alegría, no en vano los países nórdicos tienen altos niveles de depresión y suicidio.

Ahora disfrutaré más de los fines de semana. Podremos salir y estar más tiempo por ahí. Pronto visitaremos la playa, aunque sea para echar un partido de fútbol y jugar con los críos. Llega el momento de del disfrute… Joder, y si no tuviéramos que ir a currar, sería la leche…

El cambio horario es como la paga extra. Aunque ese tiempo ya me viene perteneciendo, de repente, tengo una hora más de día para poder hacer cosas al aire libre. Si en contra de lo que yo soy, tú eres un fiestero y un ser de la noche, lo positivo es que tu hígado te lo agradecerá.

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

viernes, 26 de marzo de 2010

Mirando con perspectiva

El tiempo nos ayuda. A veces nos hace mejores. A veces nos hace peores. A veces nos hace más fuerte...

Hoy recuerdo días malos. A medida que van pasando los días, voy recuperando de nuevo el timón de mi vida. Me siento feliz. Mis fantasmas han desaparecido, o están lejos. Encuentro el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Sé dónde están con los ojos cerrados. Sé dónde están las ventanas. Sé dónde están las puertas. Todo está abierto. Nada se cierra. Nada se limita.

Sonrío.

Es agradable sentirse querido. Es agradable querer. Compartir momentos. Es agradable.

La sensación de doble vida casi ha desaparecido. Ha dejado su lugar a una sensación asbsoluta de control. Algo que perdí dentro de un avión, ha vuelto a visitarme... para quedarse...

En aquellos malos momentos, que he superado pero no quiero olvidar, recuerdo otra canción. Creo que nunca la compartí contigo... Quizás sí, eso no lo recuerdo. Una canción que me evoca, en orden, dolor, angustia y calma. Tres momentos en una misma canción. Habrá un momento de ella en que la tentación de bajar el volumen pararla será, quizás, más fuerte que tú. Ese es el momento de angustia. Oscuridad.

Hoy, un amigo, me ha hecho recordarla otra vez.



Ha sido un placer conocerte. Ya ha llegado el momento en que debo seguir mi camino.

¿Yo?, estoy bien.

Que te vaya muy bonito... Un beso y una sonrisa,
àlex Seguir leyendo...

martes, 23 de marzo de 2010

Noche de frontenis

Ha sido un martes entretenido. Mucho trabajo. Comer con un amigo que está haciendo de su vida un triunfo. Más trabajo...

Por la noche, a eso de las diez, hemos quedado para jugar un rato a frontenis. Hacía ya un tiempo que no hacía nada de deporte. Ha sido uno de los cambios más drásticos que he tenido, aunque reconozco que, en mis dos últimos meses en el infierno de Howards no había podido hacer tampoco mucho deporte.

Nos lo hemos pasado bien. Lo cierto es que a frontenis hacía la releche que no jugaba. Posiblemente más de seis años. Ha sido un cachondeo. Nos hemos reído. Pero me he pegado unas buenas carreras, sobre todo al jugar de delantero (se dice así, ¿verdad?).

Hemos tenido la anécdota. Al menos nos podemos reír. En un momento del partido en el que jugaba delante, M., que me ha dado la sensación que llevaba más tiempo que yo sin jugar, y bastante sin hacer deporte, me ha preguntado que por qué miraba todo el rato hacia delante. Imaginas la contestación, ¿¿¿verdad??? Claramente le he dicho:

“Prefiero un pelotazo en el culo que no en la cara”

Joder, parece que haya sido una premonición. En un puñetero momento en que él jugaba delante, ha seguido la pelota con la mirada desde la pared frontal. Esta ha votado en el suelo, E. le ha dado un castañazo en toda regla y lo siguiente que hemos visto ha sido la pelota subir hacia arriba y a M echándose la mano a la cara. Que susto. En lo primero que piensas es en el ojo. Un pelotazo de esos en el ojo tiene más peligro que Mario Conde jugando al monopoly… Afortunadamente le ha dado justo en el cuerno derecho. Segundos de silencio. Preguntas. Varias preguntas. Interés por su estado. Todo bien. Este tío es un fiera. Me dan a mí ese pelotazo y creo que acabo redondo en el suelo, llorando, de cúbito supino y con el dedo pulgar en la boca. Jodeeeeeer.

El resultado ha sido una mancha colorada redonda en su frente, nada más.

Espero que haya aprendido la lección, aunque haya sido a lo bestia. Jugando a este tipo de deportes, te arriesgas a recibir pelotazos, por eso lo mejor es no verlas venir, mirar siempre hacia delante y rogar para que los que juegan más retrasados tengan la suficiente destreza para no darte. Es que ya les vale, si será por pista.

El lunes repetimos. A la misma hora. Ahora sólo me queda esperar a ver cómo me levanto mañana, o mejor aún, a ver cómo acabo el día. Espero que el ácido láctico no se cebe en mi musculatura.

“Si lo importante no es ganar, ¿entonces para qué coño se inventó la puntuación?”

Diviértete,
àlex Seguir leyendo...

domingo, 21 de marzo de 2010

Pavo al whisky

Ayer, cenando con unos amigos, tras haber ingerido algo de vino para olvidar la recepción de voleibol que hizo Van der Vaart, empezamos a contar chistes.

Los críos corrían por el piso. Eran seis, se lo pasaban bien. Nosotros, los mayores (que no adultos), cenábamos tranquilamente… Sí, tranquilamente, te aseguro que es posible una vez te acostumbras.

A lo que iba, cayeron unas tres botellas de vino. Contábamos chistes y alguna que otra anécdota relacionada con las reacciones de la gente… Harina de otro costal.

Entre esos chistes, empezamos a hablar de cocina, ya que, en este caso, los hombres compartimos el hobby de los grandes chefs, recordé la receta del “Pavo al Whisky”. Resultó que unos de mis amigos no la conocía. Jo, no me lo podía ni creer. Pero cómo es posible que alguien no se sepa esa receta a esas alturas… Bueno, es igual, nadie es perfecto… Todos tenemos algún defectillo, aunque sea no conocer una receta como esa.

Precisamente por ese motivo, hoy me he decidido a publicar aquí la receta del Pavo al Whisky. Para él. Para que pueda invitarnos un día a comer con tan maravillosa forma de preparar un pajarraco enorme como ese. Así, él también podrá compartir esa receta con los suyos, y podrá pasársela a sus hijos, para que estos, a su vez, lo hagan con los suyos y, así, no se pierdan estas geniales costumbres de mezclar alcohol con comida.

Primero, vamos a por los ingredientes:
* 1 Pavo de unos 3Kgs.
* 1 Botella de Whisky
* 150 grs. de Panceta (panceta, tocino, bacón...)
* Aceite de oliva
* Pimienta negra
* Sal
* Muy buen humor
Yo te he puesto los ingredientes originales, aunque creo que, dependiendo un poco de los gustos de cada uno, quizás habría que añadir alguna botella más de whisky.

Pasemos a la receta, está descrita por pasos, para que sea más sencilla:

1. Tomarse un buen vaso de Whisky para entrar en calor.
2. Rellenar el pavo con la panceta, salpimentarlo y echarle un chorreón de aceite de oliva.
3. Precalentar el horno a 180º durante 10 minutos.
4. Mientras, servirse un pelotazo de Whisky
5. Meter el pavo en el horno
6. Tomarse otro pelotazo y cantarle una mijita al pavo.
7. Sublir el horno a 220º, darle caña al derbostato y esberar veinte binutos.
8. Servirse otro belotasso.
9. Al cabo de un drato, hornir el abro para gondrolar y echar un chodreton de güisqui al babo y otro a uno bismo.
10. Darle la güerta al babo y cogerse la mano al cedrar el honno.
11. Cantarle un fandango al babo mientras se sicharra.
12. Redirar el babo del honno, que se te dresbale y bruscarlo por el suelo.
13. Odro pelotazo pa inicia dra busqureda.
14. Darse un jardasso al resfalar con la grassa del suelo.
15. Plobar la sarsa del ssuelo que ya estradá fleshquita.
16. Tromarse otra copita e inblitar al babo questa tumbao al lao.
17. Indendar levandarse y desidir que en el suelo se esta de gojones.
18. Abarese la barienta, engüendra el babo en el basillo, lo tira a la bassura y te forma la de dió.
19. Tomarse odro gúisqui.
20. Y adrora a comé.... ¿y el babo?... ¿dronde eshta el babo?..... ¡¡ el hioputa sa bebio el wishhky y se a io !!.
Espero que puedas disfrutar de este famoso plato, ya sea solo o en compañía.

Bon appétit..
àlex
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sábado, 20 de marzo de 2010

Venimos a divertirnos

El partido ha empezadö con unos minutos de retraso. Los locales calentaban en el campo en el que se iba a disputar el encuentro. Los visitantes, nuestro equipo, estaban fuera. No querían hacerse ver ni oír. Humildemente calentaban lejos de las miradas de la multitud.

Minutos antes de las once de la mañana, el árbitro, con un pitido, ha dado comienzo al encuentro.

Ya se veía que hoy iba a ser algo difernte. Se les veía bien colocados en el campo. Se ayudaban. Corrían. Defendían bien. Sin miedo. Al mejor estilo de la primera división, se lanzaban a por el balón, directamente, unas veces derribando al contrario, en otras no, pero sin cometer falta.

Hemos marcado en una primera parte en la que han habido varias ocasiones claras de gol. Hemos sitiado la portería contraria. Utilizando toda la maquinaria que teníamos. Nadie se ha quedado sin jugar. El equipo local no sabía como defender sus murallas. Al final, cayó el primero.

El inicio del segundo tiempo, sabiéndose por delante en el marcador, los nuestros han salido un tanto más relajados. Lo ha aprovechado el equipo local. En un despiste de la defensa, que se lo miraba desde lejos, como intentando analizar a su delantera, nos han marcado. Cuatro jugadores contra el portero. No ha podido hacer nada. Hoy ha sido su mejor partido.

El jarro de agua fría del empate, lejos de hacer caer a los nuestros en el pozo de la desesperación, los ha espoleado. Se han organizado, y con una coordinación digna de un ejército se han vuelto a lanzar al sitio del a portería contraria. Lo han intentado una, dos, tres... Lo han intentado innumerables ocasiones, hasta que al final, han recogido el fruto del trabajo bien hecho. Hemos maracado el segundo tanto, el tanto que dejaba el marcador en el definitivo dos a uno. El tanto que nos daba la primera victoria en la temporada.

Hemos sido felices, como en cada partido. Nos hemos sentido bien. Los nuestros, que en su mayoría tienen cinco años de edad, se lo han vuelto a pasar bien. Han vuelto a disfrutar de una mañana de sábado jugando con sus amigos. Pensábamos que no se daban cuenta, pero hoy han sido un poquito más felices. Han ganado su primer partido, y ellos lo saben.

Nosotros lo tenemos claro, y así lo cantamos en todos los partidos...

"Hemos venido a divertirnos, el resultado nos da igual"... Pero hoy, hemos ganado.

Fuerza y honor,
àlex Seguir leyendo...

viernes, 19 de marzo de 2010

19 de marzo

Lejos del espíritu comercial que suele ir asociado a días como el de hoy, quiero quedarme con la parte no comercial, la parte en la que damos importancia a la que acostumbra a ser uno de los pilares de nuestra vida.

Sí, lo has notado, he dicho "acostumbra". Desgraciadamente, no todo el mundo tiene la misma suerte y, a algunas personas, les reparten malas cartas desde su mismo nacimiento y el que tenía que ser un pilar, se convierte en un peso que soportar sobre las espaldas durante toda la vida.

Amigos que me cuentan que no se hablan con él. Amigos que lo perdieron cuando apenas eran unos adolescentes. Amigos que han vivido una situación en la que ese pilar ha dejado de sustentar la casa de su vida. A veces, por mucho que queramos y aunque pensemos que los cimientos son buenos, dos ladrillos no llegan a encajar nunca y hay que poner cada uno de ellos en un lugar diferente.

Me considero una persona afortunada. Ese pilar me sustentó durante mucho tiempo. Ese pilar hizo que me convirtiera en lo que soy hoy. Sí, vale, hay muchas más personas y circunstancias que nos van puliendo con el tiempo, pero está claro que me dio todo aquello que yo podía necesitar. Según su punto de vista. Según su manera de pensar. No fue perfecto, pero no podría haber sido mejor. Me considero una persona afortunada. Creo que tengo todo aquello que puedo desear. Quizás no los grandes sueños tipo yate, casa en la mejor zona, cochazo... Pero tengo el resto, aquello que ni el dinero puede pagar.

Habiendo crecido en el barrio en el que crecí, creo... no, estoy seguro de que lo hicieron bien.

A buen seguro a veces puedo ser una persona irascible, incluso contigo. Otras veces puede parecer que no quiero escuchar. Otras que yo siempre tengo la razón, pero no te dejes engañar... No es así.

Triunfar en la vida es sacar a tu familia hacia delante. Trabajar duro. Querer a los tuyos. Compartir el máximo de tiempo que puedas con ellos. Preocuparte por su educación. Que sean buenas personas que hagan de éste, un lugar mejor.

Él, junto a mi madre, lo consiguió. Es digno de admiración.

Te quiero, papá. Feliz día del padre.

"Solo un padre lo da todo para allanar el camino de sus hijos, haciendo con coraje inquebrantable las cosas que su padre hizo por él. Y esta línea quiero dedicarle: Solo un padre, pero el mejor hombre." Edgar Guest (1881-1959, Poeta inglés)

Que vaya bonito,
àlex

PS: Yo he tenido un día del padre genial, gracias a mi mujer y a mis hijos. Seguir leyendo...

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los abuelos, la ONG más importante de nuestra era

Nuestra sociedad ha cambiado en sinfín de detalles desde que yo tengo recuerdos. Estás totalmente de acuerdo conmigo, no lo niegues.

Cuando yo era un niño, recuerdo que mi madre, renunciando a cualquier crecimiento profesional, dedicó el cien por cien de su tiempo, a estar por nosotros. Mi padre trabajaba fuera de casa. Era el cabeza de familia. Traía el dinero. Para que lo entiendas, mi madre era un centro de coste (mamá, te lo explico un día de estos).

Cuando nos poníamos enfermos, ella siempre estaba ahí. No había que pensar en nada más. Ella se quedaba con nosotros. Como mucho, llamaba a la vecina, que también era un centro de coste, para que nos echara un ojo mientras bajaba la tienda pequeñita de barrio que había abajo a comprar el pan y algo que le faltara para la comida. En aquella época, recuerdo que no existían las grandes superficies, como mucho, algún supermercado grande.

Hoy día, eso es casi imposible. Es cierto que conozco a personas que pueden y quieren tener ese estilo de vida. Se quedan en casa cuidando de la descendencia, aunque creo que las puedo contar con los dedos de la mano. En la mayoría de los casos, todos los gastos que soportamos las familias, obligan a que trabajen los dos en casa. También conozco a parejas que ponen a sus hijos a trabajar de modelos en la tele, pero eso es harina de otro costal y no tengo suficiente información para opinar.

Claro, si nuestros hijos caen enfermos, tenemos un problema. Si los profesores deciden ejercer su derecho a la huelga, sea cual sea el motivo, pues tenemos un problema. Si los niños tienen las aulas en barracones porque el colegio no está terminado, entonces el problema lo tenemos el día en que acaban la construcción, porque el traslado tienen que hacerlo los empleados del centro docente, y los niños no van al colegio. Que el gobierno decide cambiar el calendario escolar, pues tenemos otro problema.

Esos problemas son difíciles de solucionar para los pobres padres y madres de familia. En la mayoría de los casos, por no decir todos, siempre le puedes decir a tu jefe amablemente que al día siguiente no puedes venir porque tu hijo no puede ir al colegio. Él lo entenderá perfectamente y te dirá que te tomes el día… a cargo de tus vacaciones en el mejor de los casos.

Debo reconocer que yo no sufro ese hándicap, pero si leíste ayer el artículo de “El País” sobre la explotación remunerada, entonces entenderás por qué no tengo ESE PROBLEMA.

Voy a ir acabando, porque el final de todo esto ya lo tienes claro. La solución a nuestros problemas está en los abuelos.

Yo recuerdo a mi abuelo siempre mayor. Es más. Creo que antes se hacían mayores con menos edad. Llámame lo que quieras, pero lo tengo clarísimo. Piensa si no. ¿Recuerdas a tu abuelo joven? Vamos, si me dices que sí, pensaré que tu relación con el fútbol te vino desde el momento en que ten engendraron.

Mis abuelos no se hacían cargo de nosotros. Bueno, vale, sí. Pero lo hacían de vez en cuando. Como mucho, cuando mis padres se iban a ver a un señor enfermo. Jo, la de veces que se iban nuestros padres a ver a señores enfermos. Digo yo, que aquel señor lo pasaba mal. Venga a ir a ver a ese señor enfermo. Pero no era como ahora, que cada dos por tres los abuelos se quedan con los niños. Es más, si vas al parque una tarde, creo que hay más abuelos que padres. Y no, no es que ahora tengamos a los hijos cuando somos más mayores, que sí, que es cierto, pero creo que el tema no va por ahí.

Los profesores de las escuelas públicas, han decidido ejercer su derecho a huelga mañana. Creo que es sólo aquí en Catalunya. Al parecer es porque el ministerio de educación no les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones (aquí va una carcajada, y no por el hecho en sí, si no porque parece que ellos sean diferentes al resto de los mortales), pero no estoy seguro. De cualquier manera, de lo que sí que estoy seguro es de que esta huelga la hacen pensando única y exclusivamente en el futuro de nuestros hijos.

Pues por ese motivo, en días como el de mañana, los abuelos confirman que se han convertido en piezas claves e imprescindibles en la unidad familiar, la base de nuestra sociedad. Los abuelos se han convertido en la ONG más importante de nuestra era. Hacen trabajos voluntarios, por la sonrisa y el bienestar de otras personas, sin cobrar ni un duro y, en muchos casos, poniendo dinero de su bolsillo para, al menos, las comidas en casa.

No voy a cantar un viva o algo así. Sencillamente, decir que creo que, de acuerdo con el periodista que escribió ayer el artículo de “El País”, vivimos en la sociedad del malestar, y no en la del bienestar, porque nuestra vida se centra en nuestro trabajo y no en lo que realmente interesa, nuestra vida.

Que lo pases bien,
àlex Seguir leyendo...

martes, 16 de marzo de 2010

Lo importante es que hablen... aunque sea bien

Está claro, en esta vida lo importante es que hablen de uno... aunque sea bien.

Hoy, alguien a quien quiero muchísimo, me ha explicado algo que, lejos de sorprenderme, me ha hecho darme cuenta de hasta qué punto es capaz de llegar el ser humano. Dalai Lama dijo allá por el siglo XIV que la bondad es la esencia del ser humano, pero yo, sin ser religioso ni excesivamente espiritual, no tengo más remedio que cuestionarme dicha sentencia.

Hay personas que tienen tanta pobreza e infelicidad en su interior, que necesitan, cual parásito, de algo que pueda enriquecer sus insulsas vidas. Normalmente, este tipo de personas, practican el innoble deporte de poner a parir a las personas que tienen a su alrededor. Dedican su tiempo, y el de los demás, a insultar y ofender a otras personas por el simple hecho de existir. Una existencia que hace la de ellos triste. Viven sumidos en la más denigrante envidia. Una envidia que hace que no puedan afrontar la realidad en la que todos tenemos que vivir. Una envidia que hace que vean en los demás defectos que en ellos son superlativos y no saben ver.

Mi padre siempre me ha dicho que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y eso es algo que yo tengo claro, porque ya lo he visto. Produce sensaciones muy agradables, aunque me llames malo, el poder ver cómo una persona se pone totalmente en evidencia tras poco o mucho tiempo encabronando al resto del personal. Sé que no debería de haberlo dicho así, pero es que no puedo evitarlo, yo también soy humano, como tú, y seguro que eso lo tenemos en común. Estoy seguro que libera endorfinas a tutiplén, como para alicatar un cuarto de baño.

El problema muchas veces es que la persona objeto de estos patanes puede pasarlo mal. No hace honor al dicho aquel de que “No hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. Supongo que es complicado convivir con estas personas tanto tiempo día tras día. Cabrea ver gente así. Cabrea estar sentado detrás de ellos y ver cómo, con la más absoluta impunidad, escriben correos electrónicos insultándote. Cabrea ver cómo pierden su tiempo viendo webs sobre belleza o cosas tan divertidas y profesionales como brujería y conjuros.

Yo, desde aquí, quiero decirte algo si sufres temas parecidos. Piensa en las personas con las que te llevas bien. Piensa en lo positivo. Ellos, como en su vida tienen muchas carencias, tienen la necesidad de ocupar parte de su tiempo pensando en ti. Eso es un signo de que eres alguien que estás muy por encima de ellas. Tu vida es mucho más rica, no necesitas estar hablando ni pensando en personas que no aportan nada en tu vida. Acércate a ellos y dales las gracias por hablar de ti… aunque sea bien

No entres al trapo. Que les den. Tú eres mejor persona. Eres mejor profesional. Que sigan perdiendo el tiempo en esas cosas. A todo cerdo le llega su San Martín, no te preocupes por ello, eso es casi una certeza absoluta.

Una frase para ellos “Errar es humano, echar la culpa a otro es todavía más humano.”

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

viernes, 12 de marzo de 2010

Espíritu libre

Hace mucho tiempo que no comparto contigo una canción de las que a mí me gustan. Aquellas que yo siempre digo que forman parte de la banda sonora de mi vida.

Esta mañana tengo un dolor de cabeza horrible. Las ideas no fluyen excesivamente bien. Así que usar la muletilla del vídeo no me va a venir mal del todo.

Sí que quiero recordarte que por norma, intento decir algo cuando pongo un vídeo. En esta ocasión no va a ser una excepción.

Lo que expresa esta canción interpretada por Sting es un estilo de vida. Es el que a mí me gusta, de hecho, es el único que puedo tener. Si eres espíritu libre, entenderás a la perfección lo que quiero decir.

No tengo quejas al respecto. Mi vida se ha movido casi siempre por este camino. Nunca nadie ha intentado cortar las alas, y si lo ha intentado, ya no viaja en el mismo barco que yo...

A veces no es fácil dar con un compañero o compañera de fatigas que comparta este "way of life". En mi caso la encontré, por fortuna. Eso de que los polos opuestos se atraen, creo que no tiene mucha confirmación en este tema, más bien creo que, en temas de relaciones, los polos apuestos son los que se atraen (recuerda House, el nueve con el nueve, el cinco con el cinco, no puede unirse un cinco y un nueve). Bromas aparte, no soportaría estar con alguien celoso que no me permitiera tener mi propio rinconcito de vida...



Espero que te guste y te anime un poco la mañana si acaso puedes escuchar la canción ahora.

Si no hablamos, que tengas un buen fin de semana...

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

jueves, 11 de marzo de 2010

Pecados capitales

Si una película me marcó en mayor o menor medida, esta fue la titulada "Seven". Supongo que la recuerdas, creo que casi todos la hemos visto.

Una película en la que el ambiente inicial, y por el cual discurre toda el metraje, ya te introduce en lo que va a ser un clima sobrecogedor que te empuja hacia la tensión por la cual vas navegando hasta el final. No voy a explicar aquí la película, pero sí que quiero incidir en el tema de la misma, los siete pecados capitales.

El cristianismo los menciona en sus inicios, y enumeran lo que denomina como los peores vicios del ser humano:

Lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia.

Analilzando cada uno de ellos, te das cuenta de que todos te llevan por caminos que te conducen hacia un futuro incierto, manchado por la soledad y el fracaso definitivo.

Como ya te he comentado alguna vez, no comparto las creencias eclesiásticas de la Iglesia romana, católica y apostólica, pero sí que veo gran contenido ético y moral en alguno de los pasajes de la Biblia, libro que tuve que leerme durante mi educación en colegios religiosos durante mi infancia y adolescencia. Es un libro cargado de enseñanzas que te pueden guiar hacia lo que sí que considero grandes valores éticos y morales.

Creo que todos y cada uno de nosotros lleva esos denominados pecados capitales grabados a fuego en su propia naturaleza humana. Los practicamos. Con mayor o menor vehemencia, pero los practicamos. Como se lee en otro pasaje del denominado nuevo testamento, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.

En muchos momentos de nuestra vida sentimos lujuria, y, a mi modo de ver, no es malo. Por mucho que algunas personas quieran demonizarla, sin ella, quizás ni siquiera estaríamos en este mundo.

¿A quien no le gusta comer bien? Compartir una buena comida (estamos hablando de la gula, no de la lujuria) es siempre un placer. Un placer que, en muchas ocasiones, nos arrastra hacia el resto de pecados capitales. Nos arrastra a una pereza posterior, quizás representada por nuestra famosa siesta. Si la siesta la haces en compañía, nos puede arrastrar hacia la lujuria más salvaje. Esa lujuria nos arrastra hacia la avaricia, cuando queremos más y más. La envidia, cuando nuestro compañero o compañera de alcoba disfruta mucho más que nosotros. La soberbia, cuando acabamos y vemos que lo hemos hecho a lo grande, o la ira, si no ha sido de nuestro agrado o bien nuestro hermano pequeño no ha estado a la altura. Si la ira no aparece, entonces volvemos a caer en los brazos de la pereza.

Dicho lo dicho, y perdóname por haber hilado el párrafo anterior, lo que sí que es cierto es lo del fracaso. Si nos centramos única y exclusivamente en cualquiera de esos pecados, llega un momento en que somos esclavos de ellos y olvidamos el resto de nuestras virtudes.

Quién no ha oído alguna vez que alguien está en una clínica de para adictos al sexo. Quién no ha oído hablar de alguien a quien han echado del trabajo por ser un vago. Vemos a personas cargadas de vanidad, normalmente con categorías superiores a nosotros, que fracasa estrepitosamente en las relaciones personales con sus compañeros, y está seguro de su posición, está seguro de que está en poder de la verdad, olvidando siempre lo más importante de la vida.

Pienso que todos esos pecados capitales están bien. Los sentimos. No podemos hacer nada por luchar contra ellos. Algunos, usan el castigo físico auto infligido. Otros, sencillamente se confiesan ante un señor que representa a una u otra religión. Otros, sencillamente, intentamos disfrutar del momento. Otros, le quitan importancia, llamando, por ejemplo, a esa envidia, sana.

Pequemos. Disfrutemos. La vida son cuatro días. Hay que pasarlo lo mejor posible. No hagamos daño a los demás, no les molestemos. Dejémonos arrastrar hacia el placer siempre que sea posible, siempre que sea consentido y de mutuo acuerdo. No luchemos contra nuestra propia naturaleza. Quizás, limitemos esa naturaleza para no caer en catástrofes que aparecen cada día en las noticias a nivel internacional. Nunca olvidemos que cualquier derecho siempre conlleva obligaciones. Respetemos a los demás. Respetemos su juicio. Respetemos sus valores. Pero que nadie, absolutamente nadie, nos juzgue por esos pecadillos.

Paz y amor a los hombres de buena voluntad… y que saben disfrutar de cualquier cosa que hagan.

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

miércoles, 10 de marzo de 2010

El tercer tiempo

Existe un deporte que, aunque todos hemos oído hablar de él, algunos desconocemos casi por completo.

Es un deporte que, a priori, destaca por su apariencia violenta. Un montón de tíos corriendo con un balón en forma de melón. A la mínima se tiran los unos encima de los otros. Tíos enormes. A buen seguro que uno de los golpes que se dan, acabarían con mis huesos en el hospital.

Pero si te fijas, no es un deporte eminentemente físico, que también lo es. Es un deporte en el que hay que ser inteligente. Como en casi todos los de equipo. Hay tácticas. Tiene unas reglas complejas. No es fácil de entender. Afortunadamente tampoco es como el llamado fútbol americano, un pelín más violento y comercial, si cabe.

El rugby es uno de los deportes olvidados. No es mayoritario, aunque lo juega más gente de la que tú y yo pensamos. Tiene grandes torneos a nivel europeo. Hay países en que es uno de los deportes rey.

Pero mi entrada de hoy no quiere ensalzar tan maravilloso deporte. Sobre todo, porque igual la cago. Lo que intento explicarte hoy es el "tercer tiempo". Si buscas por internet, seguro que lo encuentras. En ese tercer tiempo, todos los jugadores de ambos equipos se van juntos a compartir unas cervezas (o lo que sea) sin importar nada más que el poder charlar y limar las asperezas que hayan podido ocurrir durante el partido. Creo que es un claro ejemplo de algo que deberíamos poner en práctica en la vida real.

Por mi trabajo, en el que voy de un cliente a otro, a veces parece que estemos en continua competencia contra alguien. Ya sea personal del cliente u otras empresas que hacen más o menos lo mismo que nosotros. Hay veces que no puedes hablar porque pueden estar espiándote. No queremos compartir mesas con alguien del "enemigo". A mí eso me desgasta. Yo intento siempre llevarme más o menos bien con todo el mundo. Creo que lo consigo. No hago muchas diferencias cuando comparto espacio con otras personas de otras empresas. Creo que mucha gente puede corroborar eso. Hay algunos con los que no me llevo tan bien, pero te aseguro que eso me sucede con compañeros de mi propia compañía.

Creo que deberíamos instaurar ese tercer tiempo en nuestra vida cotidiana. Salir del trabajo a horas normales e ir a tomarnos unas cervezas por el mero hecho de estar compartiendo un tercio del día bajo el mismo techo. A menudo estamos delante de una persona meses y meses y lo único que sabemos de ella es la empresa para la que trabaja... a veces no sabemos ni cómo se llama. No nos paramos a pensar que igual hay una persona estupenda con la que podríamos compartir una buena conversación o unas risas.

Apliquemos el tercer tiempo al resto de cosas que hacemos durante el día. Dedica cinco minutos a conocer a las personas con las que compartes tu día a día. Olvida todas las tonterías que tenemos todos en la cabeza. No somos enemigos por naturaleza.

Yo estoy seguro de que me estoy perdiendo el poder disfrutar de la amistad de alguien que convive conmigo y que ni siquiera conozco.

Cuando estuve en Horsham tuve el placer de conoce a una persona durante un par de semanas. Sólo dos. Diez días laborables, quizás menos. Te puedo decir que R. es un tío grande, un crack, una de aquellas personas que igual no hubiera conocido en otro lugar o de otra forma y de las que hoy me siento orgulloso de poder contar con él entre mis amigos.

Como diría Russel Crowe en Gladiator:

Fuerza y Honor

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martes, 9 de marzo de 2010

Amigos... ¿Dónde están hoy?

Estoy en casa. Voy de la cama al sofá y del sofá a la cama. Llevo desde ayer fastidiado. Pensaba que hoy estaba mejor, pero a estas horas debo reconocer que no me encuentro muy para allá. Tengo un dolor en la zona lumbar que empieza a ser engorroso. Al final, he tenido que echar mano del proyecto Ibuprofeno. No preguntes por la palabra proyecto, cosas mías... y de mi estancia en UK.

La cuestión es que me cuesta caminar, me duele la cabeza, me duelen los tobillos, las rodillas, las muñecas... me duelen las puntas de los dedos cuando escribo.

He estado retrasando la visita al médico pensando que se me pasaría en dos días, pero esta gripe está claro que no me va a soltar así como así. Desde Julio del dos mil ocho no recordaba haberme encontrado tan mal.

Encima estoy solo en casa. Y en estos momentos te das cuenta de que por muchos amigos que tengas, estás realmente solo. Creo que me han llamado un par de ellos. Con alguno he hablado a través del messenger y alguno me ha enviado un correo electrónico, aunque de eso no estoy seguro.

Todos nos echamos mucho de menos, pero a la hora de la verdad, cuando realmente te encuentras mal, es cuando te llevas alguna pequeña decepción. Crees que hay personas que son amigas tuyas, que se preocupan por ti, que te quieren, pero cuando llega un momento en el que te encuentras mal, te aburres y no tienes con quien hablar, el teléfono no suena y el timbre de la puerta tampoco.

Supongo que me lo debo merecer por algún motivo, ¿no? Incluso la familia más directa ha dejado de llamarme. Aunque ahí sí que sé que existe un motivo. Un motivo, por otra parte, aparentemente carente de cualquier tipo de lógica, pero un motivo...

A mí nunca se me ha permitido ni estar serio ni estar enfermo. No me preguntes el por qué. Siempre he visto que la gente quiere estar conmigo cuando estoy bien, pero cuando estoy mal, tienen la tendencia a mantener las distancias. Seguramente será porque me pongo imposible o porque sencillamente los demás piensan que quiero estar solo y que nadie se me acerque. Quién sabe.

La única realidad es que me encuentro mal y, en algunos momentos del día, me siento solo.

Dicen que para comprender la vida hay que mirar hacia atrás y para vivirla hacia delante. Como te decía ayer, ahora ya miro en esa dirección. Ya no voy a intentar comprender cosas del pasado, me dedico a vivirla. El que quiera estar conmigo, ya sabe que soy amigo de mis amigos, el que, sea cual sea el motivo, decida no estar conmigo, será su decisión. Las decisiones de los demás hay que respetarlas. Sólo preguntaré una vez. A partir de aquí, quizás se separen caminos que quizás iban relativamente en el mismo sentido. A partir de aquí, quizás esos caminos vuelvan a encontrarse en algún momento, yo siempre estoy ahí, abierto a una buena conversación, abierto a reencontrarme con amigos que a veces se van de viaje para luego regresar a casa.

“¿Quieres un amigo fiel? Cómprate un perro.” (No me la creo, pero prefiero reírme que echarme a llorar)

I want to believe,
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lunes, 8 de marzo de 2010

La vida es bella

Me pierdo en los detalles.

El otro día le decía eso mismo a un buen amigo. Pero se lo reprochaba a él. No hablaba de mí. Claro. Es más fácil decirle algo así a otra persona que reconocerlo.

Pero hoy, tumbado en la cama, con un gripazo que hace que me duela hasta el último pelo de la cabeza, me doy cuenta y reconozco que me pierdo en los detalles.

Me explico.

Siempre he pensado que los pequeños detalles son aquellos que hacen que la vida se pueda ver desde un ángulo que la convierta en algo un poquito más maravillosa, algo más llevadera. No te equivoques, sigo pensándolo. Pero a veces me pierdo tanto en los detalles, que descuido mi felicidad, mi paz interior, mi yo...

La vida es maravillosa. Estos últimos meses, quizás este último año, aunque he podido disfrutar de muchas cosas, me he perdido en tantos detalles, que a veces me he olvidado de lo más importante.

Por desgracia, eso no me pasa sólo a mí. Nos perdemos demasiado en cosas que no tienen importancia. Miramos nuestro ombligo. Esperamos de los demás… Al final, tanto detalle, tanto esperar, tanta generación de expectativas, hacen que nos arriesguemos en caer en el más profundo de los fracasos. Nos dejamos abrazar por la decepción más vehemente.

Mi padre siempre hace mucho hincapié en enseñarme algo. Lo repite una y otra vez. Creo que hasta el momento en que estoy escribiendo estas líneas, no había entendido la globalidad de lo que él ha querido decirme durante tantos años.

Dice que "es más importante dar que recibir"….

Vale. Lo puedo ver. Ya estás con las bromitas. Dar… Recibir… Mi padre también me hace bromas a veces con eso… Acaba la frase con aquello de “Pero apunte, Sr. Juez, que el que daba era yo…”

Bromas aparte, entiendo ahora que es mejor dar que recibir, porque así no creas expectativas. Sencillamente eres más feliz. Estás más por lo que debes estar y no te pierdes en tonterías que te hacen ser más infeliz.

Yo, hoy, soy un poquito más feliz. Me he dado cuenta de que tengo casi todo lo necesario para que mi vida sea bella. Hay cosas que mejorar, seguro, pero son detalles, detalles en los que ya no voy a perderme, detalles que no van a hacer que no sea feliz. Detalles que no desviarán mi rumbo de la senda de la paz interior, el primer paso para esa felicidad.

Hoy nieva en Barcelona, pero se ven los rayos del sol iluminando el horizonte. Si miro con un ápice de atención, seguro que seré capaz de distinguir el Arcoíris, el “Arc de Sant Martí”, cómo lo llamamos aquí. Hoy stoy más cerca de esa paz que buscaba el sábado pasado.



Disfruta de la vida. Disfruta de aquello que es capaz de hacerte feliz. Aprende a mejorar todo lo que es susceptible de ensombrecer tu camino, y si no puedes, descártalo.

Recuerda el proverbio chino “Si un problema no tiene solución, ¿por qué te preocupas?, y si la tiene ¿por qué te preocupas?”.

Que vaya bonito,
àlex Seguir leyendo...

sábado, 6 de marzo de 2010

PAZ

Si buscas esa bonita palabra en Internet, aparecen infinidad de resultados. Por supuesto, como no... También aparece Paz Vega.

Pero no me quiero desviar. La historia del hombre siempre ha estado rodeada por la violencia, las guerras, la destrucción... Todo lo contrario a la paz.

Hoy, vas por la calle, en coche, caminando, es igual, y cualquier pequeño detalle puede desencadenar en una discusión con alguien. Hay personas con cierta facilidad para la violencia. Desgraciadamente, yo he conocido a muchas así, demasiado cerca a veces. Esa violencia no es siempre física. En muchas ocasiones es violencia verbal, que puede hacer incluso más daño que la física, y dejar más secuelas.

Sobre la paz de ha escrito mucho. Muchas frases. Se pueden encontrar en Internet con facilidad...

La primera frase que incluye la palabra paz y que yo recuerdo es una que dice algo así como “Luchar por la paz es como follar por la virginidad”. Que frase más grande. Tanto significado en tan pocas palabras. Lo malo es la palabra malsonante, pero es que aquí no la podía quitar. Hoy día, decimos que tenemos los ejércitos para asegurar la paz. Suena fuerte. Pero al parecer es así. Si no, fíjate en Irán. Nadie tiene pelotas a entrar allí como hicieran en Irak o Afganistán. Ellos tienen un ejército y un potencial bélico que les asegura la paz. Bueno. Es una forma de verlo.

Mahatma Gandhi dijo que “No hay camino para la paz, la paz es un camino”. Entiendo que es la paz, entonces, es una filosofía de vida. No puedes trabajar para llegar a la paz. Aunque, claro, que se lo digan a Israel y Palestina… Ellos, junto con otros, parecen estar toda la vida trabajando para llegar a la paz. Mientras, se van matando entre ellos. Mueren niños inocentes. Gente que, en circunstancias normales, vivirían tranquilamente o, al menos, en esta tranquilidad relativa en la que vivimos nosotros.

A mí, la que más me gusta es una que atribuyen a la Madre Teresa de Calcuta: “La paz empieza con una sonrisa”. Imagino que ya sabes por qué me gusta tanto… La sonrisa es algo tan… increíble. Yo me enamoro de una sonrisa. Así, sin necesitar nada más. Creo que una sonrisa es un buen principio, en ocasiones también es el mejor final, pero sobre todo, es el mejor canal en el que podemos sintonizar con el resto de la gente que nos rodea.

A veces, ni siquiera estoy en paz conmigo mismo, ya lo sabes, te lo he dicho durante estos casi catorce meses en más de una ocasión. Si uno no está en paz consigo, es difícil que esté en paz con los demás. En mi caso, nunca estoy en paz porque siempre quiero algo más, nunca me conformo con nada. Cuando consigo llegar al tres, entonces quiero llegar al cuatro. Siempre es lo mismo.

Leía el otro día una entrevista a un hombre del pueblo Tuareg. Explicaba que en su vida cotidiana sólo se dedicaban a pastorear. Nada más. No necesitan nada más. Eso hacía que tuvieran mucho tiempo para poder disfrutar de cosas tan sencillas como mirar las estrellas por la noche. Recuerdo que finalizaba la entrevista con una frase que me dió la esencia para conseguir esa paz. Decía "Vosotros tenéis relojes, nosotros tenemos el tiempo".

Ellos no corren, no buscan, no necesitan más. Las necesidades que nosotros tenemos son las que hacen que se tambaleen los cimientos de la paz. Nuestras necesidades mundanas son las que hacen que luchemos y nos matemos entre nosotros.

Si me encontrara cara a cara con la paz, no tengo excesivamente claro qué le diría. Supongo que lo primero sería decirle que la echo mucho de menos. Quedarme en el tres sin querer llegar al cuatro, estaría bien. Que me gustaría que me rodeara con sus brazos y me transmitiera tranquilidad, esa tranquilidad que busco y no encuentro. Esa tranquilidad que supongo que todos buscamos. Tranquilidad y relax, en definitiva, paz. ¿Tú lo dejarías todo por tan ansiada paz?

Espero que tú también encuentres tu lugar en esa paz. Espero que consigas llegar a un equilibrio que se contagie a todos los que te rodeen. De ese modo, uno por uno, igual conseguiríamos el sueño al que cantaba John Lennon en su canción Imagine.

¿Te lo imaginas?

Paz... y una sonrisa,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 4 de marzo de 2010

Esto es una declaración de buenas intenciones

Mi amigo X., sin quererlo, me ha puesto a huevo un ejemplo sobre el tema de las declaraciones de buenas intenciones.

Esta noche ha colgado el enlace a un vídeo de youtube. Un vídeo que tal y como él bien dice, es espectacular. Reconozco que a mí me ha parecido también muy bueno. A nivel de organización es perfecto. Me ha recordado un poco a los de "Playing for Change", aquellos del maravilloso "Stand by me" cantado alrededor del mundo, espero que lo recuerdes tú también, si no, búscalo si quieres, creo que lo publiqué la última semana de enero.

Lo que te decía, que siempre me lío. El vídeo es chulo. Salen 57 artistas cantando aquella canción de “We are the World” que hace tantísimos años cantó un montón de gente liderada por Michael Jackson. En aquel vídeo, salían un montón de artistas híper conocidos. Ahora no lo recuerdo muy bien, pero juraría que lo hicieron para ayudar a África, un continente que aún hoy día sigue padeciendo lo indecible.

En esta ocasión, la canción es por Haití. Por esa desgracia tan enorme que ha sacudido nuestro planeta.

Hay otras ocasiones en que un grupo de gente se reúne por ayudar a alguien. Y no está nada mal.

Mi problema es que yo pienso que esto es como las declaraciones de buenos principios de las que te hablaba ayer. Las hacemos, y nos cuesta muchísimo mantenerlas. Pienso que estos actos son exactamente lo mismo. Son un momento. Un segundo. Durante un corto espacio de tiempo, esas personas por las que se monta todo ese tinglado, abandonan un anonimato, como grupo, país o continente, para que todos pensemos aquello de… pobrecitos, que mal lo están pasando, que injusto es el mundo. Los cantantes se marcan un detalle impresionante. Sacan un dinero que, sobre el papel, va a aquellos por los que han montado tan maravilloso acto. Ellos se hacen un poquito de publicidad, que tampoco está mal, y…

Detrás de ese “y” es dónde yo veo lo malo de todo esto. Me parece una intención cojonuda. Me parece que hay que felicitarles. Me parece que todos nos sensibilizamos por el tema pero… ¿Realmente crees que a esa madre que ha perdido a sus hijos le importa mucho que un cantante que igual ni conoce, esté cantando una canción que se la suda por un dinero que sabe que con casi toda seguridad se lo va a quedar un funcionario corrupto de su país? ¿Cómo crees que se sentirá cuatro días después del acto, en el que todo el mundo mire hacia otro lado?

Eso son exactamente las declaraciones de buenas intenciones… Al menos, en mi humilde opinión.

El vídeo de marras:



X. el video es cojonudo, estoy totalmente de acuerdo contigo en que es espectacular.

Buenas noches y buena suerte.
àlex Seguir leyendo...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Declaraciones de buenas intenciones

Hace unos días leía en Facebook una frase que había escrito una amiga. Ella parece tener las mismas tendencias que yo, es decir, las de escribir cosas aparentemente sencillas que encierran grandes significados o grandes enigmas.

“¿Hasta cuándo duran las declaraciones de buenas intenciones?”

Como diría ella, de hecho, lo ha dicho, es una provocación.

A mí estas cosas, aunque veo que forman parte de nuestra vida cotidiana, no dejan de darme un poco de rabia.

Es como lo del “Día internacional de la mujer”… Mientras necesitemos ese día, es que algo no está funcionando correctamente.

Con de las declaraciones de buenas intenciones, me pasa lo mismo. Si son necesarias, es que algo está funcionando mal. No debería hacer falta hacer las mencionadas declaraciones. Deberíamos estar hasta arriba de buenas intenciones. Cuesta lo mismo una buena intención que una mala intención.

¿Por qué alguien llega a un punto en el que tiene que hacer esa declaración? Me llevo esto al ámbito de la pareja. No quiero pensar ni en guerras ni en política. Aunque llevar esto al terreno de la pareja pueda asemejarse a una guerra o, al menos, acabar con alguien durmiendo en el sofá.

La vida en pareja no es fácil. En ocasiones es imposible. Conozco a alguna persona fantástica que seguro que corrobora esto. Creo que muchas veces hemos tenido que hacer alguna declaración de buenas intenciones. Todos. Dudo que me puedas decir que tú no has tenido que hacerlo alguna vez con tu pareja. Puede ser por pequeños detalles, o por grandes detalles. Puede ser por doblar y guardar la ropa una vez limpia, o puede ser para evitar hacer daño físico o emocional a la otra parte.

Creo que el problema viene exactamente cuando alguien a quien quizás admires, suelta esa pregunta. Se cuestiona la duración de esta declaración. Eso puede llenarte de un profundo dolor. Eso puede hacerte pensar que algo no ha funcionado como debiera y, quizás, ahora está viviendo en una nube porque esa declaración de buenas intenciones da algún resultado…

Siempre he pensado que todos merecemos una segunda oportunidad. Alguna vez ya te he hablado de eso. Pero también debo reconocer que en esto de las buenas intenciones, me cuesta creer. Desgraciadamente pienso que no duran más de un mes. Ese es el tiempo en el que volvemos a ser lo que realmente somos. Una declaración de buenas intenciones es, en muchas ocasiones, una burda copia falsificada y modificada de nosotros.

Una declaración de buenas intenciones nos ilusiona y nos llena de felicidad, pero creo que al final suelen acabar como empezaron. Una declaración de buenas intenciones oculta lo que realmente es la persona que la hace. Durante un tiempo lucha contra su propia naturaleza, pero esa es una lucha en la que no tiene ninguna oportunidad, es una batalla que ya empieza con un claro resultado. Nunca ganará. Siempre volvemos a lo que realmente somos. Hay que cambiar muchas cosas de base para poder hacerlo.

Lamentablemente, algunas declaraciones de buenas intenciones acaban por convencer a alguien por retirar una denuncia en un juzgado… Acaban con alguien llorando sobre una caja de madera en la que hay un ser querido. Eso es lo que nos enseña la vida.

Afortunadamente, otras, salvan amistades y matrimonios.

Que te vaya bonito,
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lunes, 1 de marzo de 2010

Estos jodíos me quieren cobrar el desplazamiento...

Hoy he pillado un cabreo monumental. Quizás también acompañaba que no he tenido el mejor día de mi vida y cualquier cosa me podía afectar, pero reconozco que esto es algo que me lleva tocando lo que no suena desde hace mucho tiempo.

No sé si a ti te pasa. ¿Te has dado cuenta de que muchos de los técnicos que vienen a nuestras casas a hacer un mantenimiento o una reparación, nos cobran desplazamiento?

Vienen cuando quieren. Se lo pueden planificar. Te tienen esperando en casa intervalos de dos horas. Es decir, no vienen a las once de la mañana, te dicen que vienen entre diez y doce. Si tienes suerte, vienen antes de las doce.

Te cobran lo que quieren y, encima, te cobran el desplazamiento. Algunos te cobran entre veinte y treinta euros de desplazamiento. Que pastón se sacan por no hacer nada los jodíos.

Está claro que si vienen a hacerte una reparación urgente y sólo vienen a tu casa, podrías pensar que es razonable que te cobren ese tiempo que han perdido en la carretera. Está claro que, mientras vienen a tu casa, no están facturando a otro cliente.

Lo que no entiendo es que te lo cobren cuando se trata de un mantenimiento. Tienen un mes para venir a tu casa a hacerlo. Son pequeñas poblaciones. Se lo planifican. Igual van a ver en un radio de dos kilómetros a cinco o seis clientes, y los cabritos le cobran el desplazamiento a todos. Se sacan ciento cincuenta euros por la patilla. Jodeeeeeer.

Pues hoy me he cabreado con el tema del descalcificador. Me han anulado por dos veces consecutivas la revisión. Han aludido "problemas personales". Que me parece bien, que somos personas y tenemos problemas. Pero el tío me quiere cobrar desplazamiento por dos kilómetros de distancia que tenemos. Joder, que se lo mire y venga a ver a dos o tres clientes el mismo día. No me sale de las narices de pagar ese desplazamiento. Se lo he dicho. Si me vas a cobrar desplazamiento, ni te molestes en volver a llamarme ni a venir. Chorizos.

El de la caldera no me cobra desplazamiento por venir a hacerme la revisión. Hay un montón de cosas que compro que vienen a casa a montarlas y no me cobran desplazamiento, pero algunos... Tú haz números, no muy bestias, y piensa lo que facturan cada año en concepto de "desplazamiento". Brutal...

Bueno, me he desahogado un poco, a fin de cuentas, para esto es mi blog...

Que te vaya bonito,
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