Total de páginas vistas

martes, 30 de junio de 2009

Pomada

Estoy aquí. Sentado en este maravilloso sofá de cuero negro. Tomándome una pomada.

Te preguntarás qué es una pomada. Nos la ha preparado J. Está de miedo. Limonada con ginebra autóctona de Menorca, Gin Xoriguer. Hay que probarlo. A mí, personalmente, me gusta más con limonada sin gas. De hecho, una en particular, Minute Maid "Limon y nada". Hoy la hemos tomado con fanta de limón, y no es lo mismo, demasiado dulce... pero es lo que hay.

Sigo algo fastidiado de salud. Con un resfriado interesante. No estoy llevando bien los cambios de tiempo entre Barcelona y Horsham. Aunque hay que reconocer que esta semana hace aquí un calor que no tiene nada que envidiarle al de allí. Me duele bastante la cabeza. Aunque San Ibuprofeno me ha echado una manita hoy y me ha ayudado a pasar la tarde.

A eso de las 6 de la tarde me he tenido que venir al apartamento. Ya no aguantaba más allí. Me he tumbado un rato y me ha sentado bastante bien.

Hoy, para comer, hemos preparado unos tagliatelle al pesto. Estos lo han flipado. Sobre todo por lo fácil que es hacer la salsa. Unos frutos secos (lo suyo son piñones, pero no había), albahaca fresca, tenemos nuestra macetita, aceite de oliva virgen y sal. Lo machacas todo bien, aunque sea con la batidora, y luego lo mezclas con la pasta. Impresionante.

Para cenar, chuletas de cerdo con patatas. Fritas con aceite de girasol. Aquí el de oliva es prohibitivo. Han salido horribles. Entre lo malas que son (me ha dado que estaban dulces) y a que no se doran como con el de oliva... fatal. Por cierto, otra impresión, la sal de aquí no es igual que la que consumimos en España. Muy fina y hay que echar un montón.

Otro tema, la cerveza. Nadie me cree. Un quinto sabe mejor que una mediana (un tercio). Helada. Del congelador. Brutal.

Ahora estamos pasando calor. Quien me lo iba a decir. Tenemos el ventilador del techo a toda leche. Pero nada.

Esto de estar en el piso es infinitamente mejor que el hotel. Ahora, eso sí, estamos más bien solos. No compartimos mucho tiempo con el resto, pero no se puede tener todo. Además, cada vez vamos viendo cosas más raras. Personas que al principio te habían parecido una cosa, vas viendo, por experiencias ajenas, que no tienen nada que ver con lo que tú pensabas. Y sí, he dicho por experiencias ajenas. Experiencias que parecen calcadas a las tuyas. Hay personas que no aprenden.

Bueno, no hay mucho más. A parte de que ahora estamos escuchando RAC1, el "Tu diràs". Florentino departiendo sobre Kaká. Parecía que estuviera presentando a Jesucristo. A ver que tal les va esta próxima temporada.

Ahora voy a ver un rato la TV. En inglés. A ver si aprendo algo. Mañana veremos cómo va el día. Si hay suerte y sigue el buen tiempo (parece que el jueves se tuerce) iremos a hacer unos tiritos a la pista de básquet. Te cuento.

"A quien te engañó una vez, jamás le has de creer." Anónimo

Buenas noches, y buena suerte,

àlex
Seguir leyendo...

lunes, 29 de junio de 2009

Semana en blanco.

Supongo que te preguntarás por qué no escribí la semana pasada. ¿Verdad? Pues la realidad es que fue una semana complicada.

Verás.

El lunes nos dieron el apartamento (por fin). Quedamos con el de la agencia justo al llegar a Londres. Al aterrizar y encender el móvil, tenía un mensaje suyo. Nos esperaba en el piso. Llegamos a Horsham y nos fuimos directamente hacia allí (está a 5 minutos de la oficina). Al llegar nos enseñó el piso. En un primer golpe de vista nos pareció perfecto. Muebles nuevos. Distribución muy buena. Balcón. Perfecto.

Nos fuimos enseguida a la oficina. La otra complicación ha sido que tuvimos mucho trabajo esta semana. Hecho que nos ha obligado ha salir tarde casi todos los días.

Te cuento.

El lunes, entre pitos y flautas, salimos cerca de las 9 de la noche de la oficina. Nos fuimos corriendo a comprar al súper que tenemos justo delante del piso. Varias cosas, no teníamos de nada. Como queríamos hacer gazpacho, compramos una batidora (4 libras) que nos funcionó de maravilla. El problema es que la materia prima, sale bastante más cara que aquí. (un pimiento verde pequeño... 1 Euro). A las 11 estábamos cenando. Carne con una acompañamiento de champiñones y cebolla que había preparado J. y el gazpacho. Bueno, primer día no muy bueno. El gazpacho no estaba todavía frío, además, no me quedó muy bueno. La carne llena de nervios. Que vamos a hacerle.

Acabamos tumbados cada uno en un sofá viendo la TV. Ideal antes de irte a dormir.

El martes volvimos a salir tarde. Había una fiesta a la que no pudimos ni ir. Ya empezábamos a encontrar pegas al piso. Las cortinas de las habitaciones dejan pasar la luz, y en este país, le da por salir a las 4:30 de la mañana. Encantador. A parte de eso, la tostadora no funciona, los cubiertos son como los de juguete que le compramos a los niños, hay pocos platos, tres ollas pequeñitas, una sartén que se abolló el primer día... vamos, un desastre... Ah, y la mesa nos la tienen que cambiar.

No teníamos Internet (a diferencia de hoy, que ya tenemos)...

El resto de la semana fue más o menos igual. Con pocas ganas de escribir por la noche. A ver si esta semana me animo y cuento algo.

Por cierto, hoy nos hemos currado una tortilla de patata y una ensalada de tomate rallado con huevo duro, cebolla, ajo y atún brutal. Acompañado de cerveza helada, pan, fuet y chorizo de cantimpalo (el de toda la vida). Nos vamos a volver a engordar.

Hoy hace un calor de la leche aquí. No sé con qué compararlo, pero es horrible.

Por cierto, que no he ido ni a trabajar. Me encuentro fatal. Casi echo hasta la primera papilla en el avión esta mañana y llevo un dolor de cabeza horrible. A ver si durmiendo se me pasa.

Mañana más.

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

sábado, 20 de junio de 2009

Miércoles de copas

Cada quince días nos reunimos todos los compañeros que estamos trabajando en el proyecto. Lo hacemos fuera de la oficina. En un Pub. El Bar Vin. Allí, la empresa reserva una planta superior que tiene este pub. Es para nosotros. Y nos sirven bebida y comida a cuenta de la empresa. Allí aprovechamos para tomarnos unas cervezas y charlar un rato. Allí nos mezclamos. No estamos los españoles por un lado, los indios por otro, los ingleses... Allí solemos mezclarnos.

Ya sabes que la cerveza ayuda también a "abrir" un poco la mente.

Hacía unos días había conocido a un compañero originario de la India. Diferente al resto. Normalmente suelen ser personas muy discretas. No estoy acostumbrado a verlos allí muy festivos.

Este compañero es un tipo peculiar. Siempre con una gran sonrisa en la boca. No le he visto una mala palabra (aunque eso también es habitual en ellos). Lo veo muy "occidental".

La cuestión es que el miércoles ya nos habíamos tomado alguna cerveza. Estábamos en la calle. Algunos compañeros querían fumarse un cigarro. Dentro de los pubs no se puede fumar. La cuestión es que este compañero, al que llamaré Pedro, de repente empezó a contarnos un chiste. Un chiste sobre un mejicano llamado Pedro (de ahí su nombre). Bueno, yo creía que me moría. No creas que entendíamos el 100% de sus palabras. Tienen un acento peculiar. Pero verlo "interpretar" aquel chiste. Contarlo de la forma que lo hacía. A mi, al final, me dolía la barriga de reír. Que tío más genial. Aunque repito que, seguramente, el habernos tomado alguna cerveza también ayuda.

Después de esas cervezas, nos fuimos a continuar la fiesta, esta vez sólo españoles, a un restaurante chino que hay allí. Nos pedimos lo de siempre, unas gambas gigantes y nuestro favorito, crispy duck. Servido con una salsa que creo que es de soja y una especie de creppes que igual son de arroz, con la que te haces una especie de "fajitas" mejicanas. Está muy, muy bueno. Aquí, en Barcelona, no lo he visto en ningún sitio.

Por supuesto seguimos riendo muchísimo.

Volvimos en Taxi a Crawley. A partir de las 23:30 ya no hay trenes. Las rotondas allí se toman hacia la izquierda, y no precisamente despacito. Marean. Marean de verdad. Que se lo pregunten a X.

Bueno, voy a dormir un rato la S.I.E.S.T.A., que es sábado y toca.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 18 de junio de 2009

Segundas oportunidades

El domingo pasado, en la sobremesa, pude ver en la TV una película protagonizada por Bill Murray y que comenté hace unos días. Su título en español es “Atrapado en el Tiempo”, aunque la traducción literal es “El día de la marmota”.

Supongo que recuerdas que comentaba que me sentía como su protagonista. Cada día era como volver a despertar y tener exactamente la misma rutina. Era como revivir todos los días lo mismo.

Recuerdo que la había visto hacía mucho tiempo. Hace muchos años. Reconozco que no soy un gran aficionado a la tele. Pero no recordaba más que la paranoia del protagonista. No recordaba que era una mala persona y qué, a fuerza de repetir y repetir, se convertía en una buena.

Sinceramente, no creo que sea mi caso. No creo que sea mala persona. Todo lo contrario. Sé que puedo llegar a ser insoportable. Sé que los que me conocen piensan que a mí casi todo “me importa un huevo”, pero me considero una persona afable. Es fácil llevarse bien conmigo. Aunque no es difícil llevarse mal, eso también es cierto, aunque no suele depender de mí. Así pues, no creo que lo que me está sucediendo tenga que ver con nada de eso. Sencillamente he estado en un momento dado y en un lugar concreto que han hecho que me toque vivir esta experiencia.

Volviendo a la película. No recordaba tampoco el final. Es una historia de amor. Una historia entre un tío insoportable y una mujer a la que no le cae nada bien. Pero al final él se da cuenta de que no puede ir así por la vida. Ells se da cuenta de que él es una persona genial. A veces la vida nos da estas lecciones. A veces tenemos segundas oportunidades en ella. Algunos las aprovechan, y otros no lo hacen. Yo creo que todavía estoy en mi primera oportunidad, aunque puedo estar equivocado. También he de reconocer que no soy persona de segundas oportunidades, es decir, no suelo pensar en ellas.

Normalmente creo que una persona tiene que ser coherente con lo que hace. Todos nos equivocamos, pero tenemos que ser consecuentes y aceptar precisamente eso, las consecuencias de nuestras acciones. No creo que sea necesario darle una segunda oportunidad a nadie que se equivoca. Sencillamente hay que ayudarle en la medida de lo posible a salir de su error y que continúe su camino.

Para mí, una segunda oportunidad es aquello que se da a las personas que han hecho algo mal aún siendo conscientes de que lo estaban haciendo. Cuando alguien, y volviendo a aquello que más me molesta a mí, te hace el vacío porque tú has cometido un error. Creo que quizás es el que necesita una segunda oportunidad. Reconozco que yo, llegado ese caso, es raro que de esa segunda oportunidad. No soy rencoroso. Pero ya no permito que alguien me pu**e dos veces. Que me haga daño dos veces. Sobre todo si pienso que lo ha hecho con toda la intención.

Con esto no quiero decir que no las dé. Para nada. Las he dado, las doy y las seguiré dando. Pero siempre dentro de unos límites. Tampoco me hago el loco. No dejo las cosas a medias. No intento pasar el trago como “si no hubiera pasado nada”. Creo que en estos casos hay que discutir lo sucedido y poner bases. Bases que permitan que no vuelva a suceder y llevar un barco hacia buen puerto.

De cualquier forma, la rutina seguirá siendo la rutina. Aunque igual todo cambia la semana que viene, en que, posiblemente, ya tengamos piso y podamos ir haciendo una vida “más o menos” normal dentro de todo. Seguro que la convivencia nos traerá ratos buenos y ratos malos. Habrá que superar ambos. Una buena conversación y una cerveza siempre hace que las personas nos entendamos. ¿O no?

Si la vida o una persona a la que quieres te da una segunda oportunidad, aprovéchala, es algo que no acostumbra a pasar todos los días.

àlex Seguir leyendo...

martes, 16 de junio de 2009

Lobos entre corderos

Vivimos en el siglo 21. Al menos eso es lo que decimos. Y estamos en el primer mundo. Esa también es una verdad de la que nos sentimos orgullosos. Yo, además, estoy pasando ahora una temporadita en una de las máquinas de Europa. Un lugar en el que han puesto el grito en el cielo con algún grito del sabio de Hortaleza y con algún grupo de personas en un circuito de Fórmula 1 que emitían sonidos extraños y gritos en contra de algún piloto inglés.

Te preguntarás a qué viene todo esto. Yo lo entiendo. Pero es que si empiezo directamente contándotelo, no te lo vas a creer. Yo, pasadas casi 24 horas, todavía no puedo creérmelo.

Debían ser las siete y cuarto de la tarde (recuerda, una hora más en nuestro amado país). Estábamos X. y yo solos en una sala enorme, en la que desarrollamos nuestro trabajo. Hacía unos minutos que uno de nuestros responsables españoles nos había preguntado si estábamos guardando el fuerte. Era una finalización apacible a un día de trabajo.

De pronto, nuestro responsable inglés dentro del proyecto en el que trabajamos, se nos acercó por la retaguardia con un simpático “Gentlemen”. Ahí miré a X. y puse cara como diciendo… Ay! En principio, me daba que nos iba a liar con alguna historia de última hora. Ya sabes, ese típico marrón que te intentan soltar a veces encima de la mesa justo cuando vas a salir.

Afortunadamente no era eso. Y que conste que lo de Afortunadamente lo digo de forma totalmente irónica.

Se nos acercó y soltó algo muy rápido. Tan rápido que ninguno de los dos fuimos capaces de entender. Siguió hablando y en un segundo entendimos las palabras que nos decía. Quiero hacer hincapié en las palabras, porque no entendíamos exactamente lo que nos estaba diciendo, o sencillamente, no queríamos hacerlo. Nos estaba diciendo que una persona del cliente, sí, una, le había dicho que no quería escuchar español dentro de la sala. En un principio nos lo tomamos a broma. Le dijimos que no se preocupara, que nosotros hablábamos en catalán. Ahí nos dijo que lo que no quería era escuchar ningún idioma que no fuera inglés. Ahí empezamos a darnos cuenta de lo que nos estaba diciendo.

Continuó pidiéndonos que habláramos inglés en nuestras conversaciones privadas. Increíble no. Ahí ya nos enfadamos, como puedes entender, y se sucedieron algunas palabras que no quiero recordar aquí.

Finalmente nos espetó un, “hacerlo feliz a él, y me haréis feliz a mí”.

Impresionante.

Por supuesto, quiero dejar claro que esto nos ha pasado con una persona. Una persona no hace un país. Quizás nosotros, por nuestro origen catalán, estamos un poco más susceptibles con ese tema. No estoy diciendo que todos los ingleses piensen lo mismo. De hecho, te aseguro que todos los que se han enterado de lo sucedido han puesto el grito en el cielo. Hoy, supongo que en un intento de mostrar respeto y complicidad, nos han saludado todos en español. Incluso más de uno se ha lanzado a decir algo más que un saludo, Este hecho ha sido bastante clarificador.

Seguramente, si se hubieran quejado de que gritábamos mucho, o algo parecido, lo hubiéramos aceptado, pero algo con ese tono que no quiero clasificar, está siempre fuera de lugar.

Esto es una muestra más que personas así, que te pueden llegar a avergonzar, están en cualquier parte a la que vayas, independientemente de su nacionalidad, raza o religión. No podemos hacer nada más que no hacerles caso. Y eso es lo que hemos hecho. Arropados por el resto de compañeros, independientemente de dónde sean.

De cualquier forma, para intentar quitar hierro al asunto, hoy ha circulado un correo electrónico muy divertido y que reproduzco aquí. Está en su mayoría en inglés, si no, no tendría gracia, así que si no sabes inglés, que alguien te ayude:

FROM: Office London
TO: All Spanish Staff
SUBJECT: Improper Language Usage

It's been brought to our attention by several officials visiting our headquarters that the Spanish staff commonly uses offensive language.
Such behaviour, in addition to violating our group's policy, is highly unprofessional and offensive to both visitors and the staff itself.

Therefore it is requested to our Spanish staff to adhere immediately to the following rules:

1. Foreign colleagues or visitors should not be referred to as "ese guiri de mierda".

2. Words like "coño", "hostia", and other such expressions will not be used for emphasis, no matter how heated the discussion is.

3. You will not say "la ha cagao" when someone makes a mistake, or "la está cagando" if you see somebody being reprimanded, or "¡qué cagada!" when a major mistake has been made. All direct or derived forms of the verb "cagar" are inappropriate in our environment.

4. No Project Manager, Section Supervisor Department Head or "boss" of any kind, will be referred to, under any circumstances, as "el hijo de la gran pvta", or "el muy cabrón" or even "el comemierda".

5. Lack of determination will not be referred as to "falta de huevos" or "mariconería" nor will persons with a lack of initiative be ever referred
to as "capullo" or "acojonado"

6. Unusual and/or creative ideas shall not be referred to as "pajas mentales" in particular when they stem from your manager.

7. You will not say "como me jode" if a person is persistent, or "está jodido" or "se lo van a follar" if a colleague is going through a difficult situation. Furthermore, when matters become complicated the words "qué jodienda" should not be used.

8. When asking someone to leave you alone, you must not say "vete a tomar por culo", nor should you ever substitute the most educated "may I help you?" with "¿qué coño quieres ahora?"

9. If things get tough, an acceptable expression such as we are going through a difficult time should be used rather than "esto está jodido" or "nos van a follar a todos". Additionally, if you make a mistake, just say so and do not say "qué pvtada" or any expressions composed with the root "pvta".

10. No salary increase shall ever be referred to as "subida de mierda".

11. Last, but not least, after reading this note please do not say "me voy a limpiar el culo con ella" or "me la paso por el forro de los cojones". Just keep it clean and odorless and dispose of it properly.

Thanks
Bueno, eso es todo. Tenía que escribirlo. Lo necesitaba. Una desafortunada experiencia. Por suerte, no abundan y los españoles podemos decir que nos reímos de estas cosas.

"No debemos perder la fe en la humanidad, que es como un océano; no se mancha poque algunas de sus gotas estén sucias." Mahatma Gandhi (1869-1948)

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 15 de junio de 2009

Viva la vida

Mi cabeza viene siendo más productiva mientras vuelo. Quizás es el aburrimiento. Estos dos van, uno jugando a la Nintendo, como siempre, y el otro peleándose con unas cuantas líneas de código. Lo de la Nintendo es un vicio como otro cualquiera, no nos engañemos, a mí me da por ponerme mi música y escribir. Varias de las entradas que ya he compartido contigo han salido de estos momentos.

Cómo te decía, para no cambiar de tema y que X. me llame la atención, soy más productivo en el avión. Yo creo que es más una motivación. Cuando vuelo a UK tengo una motivación más triste. Esta mañana, sin ir más lejos, se me ha hecho más cuesta arriba la despedida. Una de las niñas, justo en el momento en que abría la puerta, se me ha cogido a la pierna y a apoyado la cabeza firmemente contra ella, para posteriormente mirarme. Esa mirada inocente y triste desde abajo. Me ha vuelto a romper el corazón. En ese momento tienes que luchar para que las lágrimas no hagan acto de aparición en tus ojos.

El día de vuelta la motivación es diferente. Es una motivación que viene desde la alegría. La alegría del que se sabe volviendo a casa. Sabes que en pocas horas estarás con los tuyos. Con los que hacen que tu vida tenga un sentido y por lo que merece la pena luchar.

La lucha es lo que nos hace conseguir superar cualquier escollo que nos aparece en la vida. Ahora estoy escuchando “Viva la vida” de Coldplay. Recientemente esta canción ha tenido un poco más de renombre por el triplete del Barça. Al parecer esta canción ha acompañado a Guardiola y a los suyos durante toda la temporada. Entiendo que ellos, a partir de ahora, van a asociar esta canción al éxito.

Esta canción también ha sido parte importante de mi banda sonora en UK. Todavía recuerdo con algo de amargura los malos momentos que pasé en Londres y, al principio, en el hotel de Crawley. Recuerdo esas noches en las que me iba a la cama y no podía dormir. Me ponía los auriculares y escuchaba música. Recuerdo una selección de música en la cual esta canción hacía acto de presencia. A mí también es una canción que me hace despertar. Me hace levantarme si me he caído, para continuar caminando.

Afortunadamente ahora la escucho con una sonrisa en la cara. He borrado muchas de las canciones que escuchaba por entonces. Reconozco que ahora me parecen un auténtico “pastel”, pero una de las cosas que más nos gusta es revolcarnos en nuestra propia desesperación. A mí, personalmente, me gusta disfrutar tanto de los malos momentos, como de los buenos.

Recuerdo que en aquella época, al cerrar los ojos, veía muchos fantasmas. Fantasmas de personas. De personas que ya no estaban. De personas que sí que estaban. Incluso de personas que habían entrado en mi vida hacía poco tiempo, o no lo habían hecho, sencillamente habían pasado por delante de mí.

Ahora cierro los ojos y la veo a ella. La veo con la sonrisa que me enamoró. La veo dándome paz y tranquilidad. Me relaja. Y también los veo a ellos. Ya no hay fantasmas.

¿Tú que ves cuando apagas la luz y cierras los ojos? ¿También ves a tus fantasmas?

àlex Seguir leyendo...

domingo, 14 de junio de 2009

Gervasio Sánchez: Fotógrafo premiado

Hace aproximadamente un mes, uno de mis mejores amigos, quizás el mejor, me envió un correo electrónico a mi cuenta personal, con el siguiente asunto:

Gervasio Sánchez: fotógrafo premiado

En la actualidad, tengo aproximadamente pendientes de leer unos 180 correos electrónicos personales. Desgraciadamente, recibo demasiadas cadenas de familiares y amigos, con lo cual, dependiendo de el título, hay veces que incluso los borro sin leerlos. En este caso no lo borré porque, como aficionado a la fotografía, seguramente algún día lo iba a ver.

Hoy lo he hecho, y me he encontrado con algo que no tengo ni idea de si es cierto o no. No se si este señor es o no es. No se si este discurso tuvo lugar en algún momento del año 2008. Pero reconozco que, junto con las fotografías, es digno de escuchar y de lanzarlo como una piedra hacia los que nos gobiernan:

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo. ….

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

Gervasio Sánchez

Si quieres, puedes visitar su blog, aunque yo no he encontrado este discurso entre sus entradas.

Nada más,

àlex Seguir leyendo...

80 millones del libras por un hombre

Corriendo los tiempos que nos están tocando, en que cada día más amigos o conocidos se quedan sin trabajo, en que hay mucha gente que en menos de un año dejarán de cobrar un subsidio de desempleo. Unos tiempos en que más de ochocientos millones de personas en el mundo pasan hambre. Unos tiempos en que todavía hay pueblos que se matan entre ellos por un pedazo de tierra... Existe un desgraciado que paga ochenta millones de libras por un hombre que lo único que sabe hacer en la vida es darle patadas a un balón.

Ya está, como siempre, llegó la demagogia. Pues llámalo cómo quieras, pero me parece patético.

Sí, hay personas que dicen que lo vale. Que si alguien, el Sr. Florentino, ha pagado ese dinero por él, es porque va a generar todavía más.

¿Y por qué? Porque muchísimos millones de descerebrados, entre los que me cuento yo, perdemos el culo por un partido de fútbol. Pero me parece patético. Pienso todo lo bueno que se podría hacer con esos 80 millones de libras.

Yo no es que haya sido un estudiante brillante. Pero me he esforzado mucho por llegar hasta dónde estoy (que tampoco es mucho). Tengo amigos que aún con 30 años, siguen estudiando, mejorando. Trabajan, mantienen una familia con el sueldo de ambos. Luchan por pagar una hipoteca. Y luego llega un tío que se ha tirado toda su vida dándole patadas a un balón, o conduciendo un coche porque papá se lo pudo permitir y le pagan más de lo que tú nunca pudieras imaginar. Con lo que ellos ganan en un mes, tú lanzas tus ilusiones de dejar de trabajar. Otras personas, con lo que tú ganas en un mes, viven todo un año.

¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué somos realmente? ¿Dónde está la ética y la moral? Miro a C. Ronaldo y veo un gran jugador de fútbol, que también llora. Veo, con lo poco que puedo ver y con posibilidades de equivocarme, un tío muy pagado de sí mismo. Cree que está por encima de todo el mundo. ¿Se lo merece más que tú? ¿Merece más un deportista de élite que un padre de familia que trabaja 10 horas diarias en un andamio? Seguro que te da lástima cuando lo ves llorar, como en la foto de la izquierda.

Creo que somos borregos. Las multinacionales los pastores. Los gobiernos los perros de los pastores...

Al final, lo importante no es ganar... sino hacer perder al otro...

Sigue luchando cada día. Sigue trabajando. No veas a tu familia durante toda la semana. Piérdete lo mejor de tus hijos. Seguro que te pagarán 80 millones de libras por ello...

Ahora sí... Buena suerte, creo que la vas a necesitar...

àlex Seguir leyendo...

viernes, 12 de junio de 2009

El Trote Cochinero

Cuando tenemos la oportunidad, procuramos llegar sobre las ocho de la tarde al hotel, en Crawley. Justo al lado, cruzando una carretera, hay una zona como con tres campos de futbol de césped. Allí no les cuesta mucho mantenerlos. Mucha agua siempre. Nunca veo aspersores con los que regar. Creo que realmente no existen, o los tienen muy bien camuflados.

Ahora hace más o menos buen tiempo. Aquí siempre tenemos el mismo clima. Haciendo el símil con Forrest Gump, aquí los días son como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar. De cualquier forma, a no ser que nos caiga una tormenta de agárrate y no te menees, salimos fuera a correr. Es agradable. Sobre todo si hace sol. Correr sobre una extensión plana de hierba es muy cómodo. Si además puedes salir con un amigo, es mucho mejor.

Nosotros, por un motivo o por otro, miramos de correr a un ritmo al que conocemos como “el trote cochinero”. No vas dando zancadas muy largas, tampoco vas caminando. No sé. Fíjate algún día en cómo van las piaras de cochinos. Igual te haces una idea.

La cuestión es que realmente estamos cual guarro en una charca. Vamos corriendo a ese ritmo y también hablamos. Es un momento de aquellos en que tienes ciertamente intimidad con una persona. Nadie más te escucha. Puedes decir aquello que necesites decir. O sencillamente puedes decir aquello que se te ocurra en aquel preciso instante. Puedes comentar las cosas que te han ocurrido durante el día. Lo que habéis presenciado en algún momento. La indiscreción de algún compañero explicándote alguna historia que no debiera. Al final lo que intentas siempre es hacer un poquito de ejercicio y echarte unas risas. Es una buena forma de abrir la válvula de escape. Son demasiadas horas de convivencia con la misma gente. Demasiadas horas de trabajo lejos de casa. Al final, durante esos instantes, te haces a la idea que estás con lo más cercano a tu familia.

Aquí no tenemos más. Ya te lo he dicho en alguna ocasión. Nos tenemos a nosotros. Pasados ya casi 5 meses (el próximo viernes en mi caso) la selección natural ha organizado a las personas.

De cualquier forma, no quiero hablar ahora de eso. Ahora estoy en el avión. Volviendo a casa. Después de que un compañero de nacionalidad Iraní se haya despedido de mí diciéndome “Safe flight”. No se si te das cuenta, pero significa “Vuelo seguro”. Supongo que estamos demasiado cargados de tonterías. Hemos visto demasiada televisión. Hemos leído demasiadas historias y visto muchas barbaridades. El tío, hay que reconocer que es un chaval cojonudo. Pero no deja de tener cojones que nos diga exactamente eso. No podría haber dicho el tío algo tan manido y tan sencillo como un “have a nice trip”, “have a nice weekend” o algo así (por cierto, si te interesa, busca tú mismo la traducción en google, que a estas alturas ya da un poquito de vergüenza que en España hablemos tan poco inglés.

Y es así. En España se habla poco inglés. Por no decir que no se habla nada. Reconozco que este tiempo mi inglés ha mejorado una barbaridad. Supongo que ahora estás pensando:

“Joer, claro, después de casi 5 meses allí, el que no aprende inglés, es porque es tonto”.

Pues vale, piensa lo que quieras, pero haber estado tú aquí, guapo (o guapa). La cuestión es que me voy maravillando a mí mismo. Sí, es fácil maravillarme. Pero me siento totalmente integrado con el resto de compañeros ingleses.

De hecho, ahora me han cambiado de zona dentro del mismo edificio. Tengo otras tareas que desarrollar y estoy en otro equipo. Un equipo en el que creo que voy a estar muy bien. No es que estuviera mal antes. Todo lo contrario. Pero veo que aquí hay un poco más de comunicación entre la gente. Cuando estaba en el otro lado sólo hablaba con J. El resto son personas que hablan poco. Aquí no. Y creo que eso me irá bien para poder acabar de perfeccionar el idioma. Además, estoy con muy buena gente.

Porque esto de pasar tanto tiempo con compañeros de trabajo da para mucho. Ocurren muchas cosas buenas y muchas cosas malas. Bueno, no seamos exagerados, malas las justas, y no porque a mí me importe todo un huevo, no. Es porque los que acostumbramos a ir juntos siempre tenemos buen rollo, a excepción de X. que es un poco toca cojones cuando se pone serio. A veces ocurren cosas muy divertidas. Cómo te he dicho, en todo grupo siempre está el típico tío gracioso pero indiscreto (yo me considero gracioso, a veces, pero no indiscreto), que te cuenta unas cosas de lo más jugosas sobre el resto del equipo. Sin ir más lejos, esta semana, no sé qué día, mientras nos tomábamos unas cervezas en un bar cerca de la oficina, un compañero algo insensato e indiscreto, nos contaba algo que nos dejó a todos cara de tontos, pero entiendo que era un bulo para la diversión de los que estábamos allí.

De cualquier forma, que sería de la vida sin estos momentos y los que uno pasa en el lavabo…

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 11 de junio de 2009

Noche del martes

Hace unas semanas, compañeros ingleses nos comentaban que la noche del martes era, exactamente, la noche de la semana. La noche de la fiesta. Aquí en Crawley es la noche de las azafatas.

No teníamos muy claro que significaba eso, pero tras mucha insistencia por parte de estos compañeros, este martes decidimos acompañarles a dicha fiesta. Nos invitaban a ir al bar “Med”. Sí, un bar, al menos eso es lo que dice el nombre.

Por la tarde jugamos un rato a básquet. En mi equipo jugó un compañero al que yo me voy a permitir el llamarlo Cannavaro, por su parecido, en mi opinión, al ya ex-jugador del Real Madrid. Un tío bajito. Fuerte. Simpático. Con ninguna idea de jugar a este deporte. Con ninguna idea sobre el juego en equipo. Acabamos hasta las mismísimas narices. Un aburrimiento total. Está claro que éste no es el deporte de los ingleses.

Después de ducharnos, nos fuimos a un mejicano. Joer que sitio. Allí nos esperaban algunos de los compañeros españoles. No estaban todos. Cuando llegamos allí, nos tomamos unas cervezas mientras esperábamos que un servicio de lo más penoso, tardara más de lo que cualquier persona con sentido común pueda aguantar. Encima, la música era a base de rancheras y paso dobles. Horrible. Estuvimos allí un buen rato. Hasta las 11:30. Pagamos 180 Libras por la cena. 90 en cervezas. Brutal.

Llegamos al “Bar Med”. Aquello era una discoteca. Nada de un bar. Típica estampa americana. Cola en la entrada. Dos gorilas en la puerta. Tú sí. Tú no. Tú llevas bambas (playeras, deportivas, Tenis), no entras. A J. le iluminaron con una linterna el calzado. Se miraron. Uno le preguntó al otro qué pensaba. Le hicieron levantarse un poco la pernera del pantalón mientras seguían iluminándolo con la linterna. Mientras, fuera, dos chicas. Una rubia y una morena. Bastante “agraciadas”. Con un pantalón brillante. Ajustadísimo al cuerpo. De aquellos que te preguntas “cómo se ha metido ahí dentro”. La parte superior, un biquini fosforito. Llamaban la atención de todos los tíos. Aquello prometía.

Una vez dentro, una copa. Un tequila. Mucha gente. Un gran bullicio. Al parecer es cierto que ellos salen a esas horas. Ellas visten bastante provocativas. Ellos rozan el ridículo intentando cazar. Nosotros nos reíamos. Nos reíamos muchos. Mirábamos allí. Mirábamos allá. No nos creíamos lo que veíamos. Poca ropa. Poca ropa interior. Roce. Mucho roce. Al final tenías que quitarte de en medio. La música era la típica chumba chumba. Acabas loco. Aquella que, cuando te acuestas, sigues escuchando un pitido.

Yo llevaba una chaqueta con capucha. Negra. Está claro que no la llevaba puesta, la capucha. Se me acercó un segurata y me pidió amablemente que me la quitara. Lo hice. Si no, seguramente estaríamos fuera antes de tiempo.

Por cierto, fuimos sólo 4 de nosotros. Pero éramos suficientes. Un buen número para reírte mucho. Además, la copa te ayuda a reírte más.

Cierran a las 2. Nosotros nos íbamos a la una y cuarto. Riendo por el camino. Mucho. Reconozco que me lo pasé muy bien.

Divertidos bares los de este pueblo. Al parecer, en breve tendremos piso por fin, por lo que abandonaremos por fin esta vida de hotel. 5 meses de hotel son una barbaridad. Son un hastío. Pero ya te contaré.

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

miércoles, 10 de junio de 2009

Tus silencios

Reconozco que siempre me quejo de que hablo yo. De que pocas veces me dices nada. De que no contestas cuando te digo algo. Me quedo esperando….

Han sido muchas las entradas en las que he escrito sobre este tema. Creo que ya lo estarás incluso aburriendo, pero yo sigo erre que erre. No hablar es como dejar las cosas sin terminar. A veces intentamos no hablar y dejar pasar el tiempo, a ver si las aguas vuelven a un cauce más o menos normal… Hacer como sin o hubiera pasado nada. Conmigo eso no es posible, lo sabes. Sabes que reincidiré. Sabes que te insistiré. Te insistiré mucho. No puedo. Es superior a mí.

Pero creo que ahora estoy aprendiendo algo. Sí. Las cosas parecen no siempre tener una explicación. Los silencios. Para mí son tan duros. Tú lo sabes. Para mí los silencios son, en muchas ocasiones, insoportables. No te hablo de los silencios en una cena entre varias personas. Te hablo de los silencios provocados por no saber qué decir. Te hablo de los silencios por no atreverte a decirlo.

Y sí, estoy aprendiendo. Después de tanto tiempo. De tanto tiempo a tu lado. Estoy aprendiendo que hay silencios maravillosos. Silencios que son mejores que aquello que dices. Una sonrisa. Un gesto. Una Mirada. No hace falta más para darme cuenta…

Dicen que el estado del enamoramiento no se puede mantener más de unas pocas semanas. Nuestro cuerpo no soportaría la química que se desata en nuestro organismo. Pero yo creo que, aun a pesar de que la vida no es un buen guión, hoy puedo decir que estoy más enamorado de ti que nunca. Nunca sabemos lo que tenemos hasta que no lo perdemos. Yo te pierdo todos los lunes y te recupero todos los viernes. No quiero estar lejos de ti.

He aprendido a vivir con algunos de tus silencios. Tú aprendiste hace mucho tiempo a vivir con mis ganas de hablar a cualquier hora del día y de la noche.


He modificado el vídeo por el que te gusta a tí...

Sigue iluminando mi camino como lo has hecho hasta ahora.

Con todos mis pensamientos y algo más…

àlex Seguir leyendo...

lunes, 8 de junio de 2009

Y tú... ¿has votado?

Ayer fue día de elecciones. Elecciones para el Parlamento Europeo. Es cierto que la gran mayoría de la población española, entre los que debo incluirme yo, tenemos una gran ignorancia sobre este tema. Una ignorancia que viene dada, en mi opinión, por dos factores diferenciados. El primero es nuestra falta de interés. Quizás esta falta de interés viene dada por el segundo factor, que es que la clase política no está por la labor de explicarnos para qué sirve realmente este órgano administrativo.

La clase política de este país no sirve de mucho. Para clasificarlos permíteme la licencia de desplazarme en el tiempo. Uno de los recuerdos de mi pre-adolescencia se localiza en las noches. Las noches en las que mi padre escuchaba a un señor bajito por la noche. Un señor bajito que siempre hablaba de un tal Pablo, Pablito, Pablete. Este señor siempre usaba palabras que yo no acaba de entender. Bueno, todavía no tenía esa capacidad para el segundo sentido de las cosas. Cuando este señor bajito se refería al tal Pablito, lo hacía con palabras tales como “abraza farolas”, “chiquilicuatre”, “mea pilas”, “tuerce botas”… Creo que hoy serían grandes palabras para definir a estos señores que lo único que hacen día tras día es robarnos. Y no es que yo me atreva a decir que nos estén robando dinero. No. No quiero decir eso. No quiero decir que estén cobrando un dineral inmenso entre pitos y flautas, y que se aprovechen de su posición para ganar dinero en otros negocios. Creo que no estaría bien decir eso y, por supuesto, no pienso decirlo. Creo que nos están robando nuestro presente y nuestro futuro. Nos están robando nuestras ilusiones. Nos están robando nuestros puestos de trabajo. Están hundiendo este país.

Esta mañana escuchaba las noticias. Los porcentajes de voto han sido espantosos. Creo que en el global de Europa, no se ha llegado al 50% de personas que han acudido a las urnas. En España creo que ha sido más o menos igual. En mi propia comunidad, en Catalunya, sólo han acudido a las urnas un 39% de la población. Correcto, he usado la palabra “han”.

Se pueden extraer muchas lecturas. Aunque veo que nadie saca una lectura con la que yo pueda estar de acuerdo.

La primera y más chocante es escuchar a los políticos. Estos personajillos son de lo más divertido. Por lo que dicen y, muchas veces, por lo que no dicen. Aquí tenemos a los dos señores (perdón) que más representación tienen en nuestra vida política. El Presidente del gobierno y líder del partido socialista y el líder de la oposición y del PP. Yo no me defino con el color ni la posición de ambos señores. No tengo claro este tema de derechas e izquierdas llevadas a la práctica. Pero veo muy triste que el señor con barba diga que han ganado las elecciones y que esto debe obligar al actual gobierno a cambiar su actitud. En la segunda parte de la frase estoy de acuerdo. Aquí todos deberían cambiar su actitud, pero lo de que el PP ha ganado…

En estas elecciones todos hemos perdido. Los políticos cada vez tienen menos credibilidad. Y nosotros estamos perdiendo nuestra moral y nuestra ética. Ellos deberían plantearse el retirarse de la carrera política y dedicarse a algo que puedan hacer mejor. No tengo muy claro el qué, seguramente ellos sí. Si la gente no ha ido a votar ha sido en gran parte por culpa de ellos. Por culpa de no ser capaces de llevar juntos al país hacia un beneficio global. Unos lo hacen fatal, no saben dónde tienen la mano derecha. Nos están abocando al desastre. No tienen ni una sola oportunidad de hacer algo por nosotros. Los otros, los de la oposición, sólo saben que criticar, machacar… pero no hacen nada tampoco por el país. Creen que por el mero hecho de decir que los otros no tienen ni idea, ya cumplen su papel. A ver, que eso lo sabe hacer cualquier español, no hace falta estar ahí. Lo que tienen que hacer es ayudar, que realmente lo que son es unos “tuerce botas”.

Ayer por la noche, alguien lanzó una afirmación seguida de una pregunta: “No he ido a votar. ¿He hecho bien o he hecho mal?”

Imagina por un momento que este señor es directivo de una empresa, con estudios universitarios. Un nivel socio-económico por encima de la media y padre de familia. Joven, no llega a los cuarenta.

Me tachó de “Osado” cuando contesté que nuestros abuelos lucharon e incluso algunos murieron por la democracia, por conseguirnos estos derechos. Me tachó de Osado por decir que habían sido todos. Me contestó que hablara por los míos, que los suyos no habían luchado por tal democracia (al menos eso fue lo que yo entendí). Entre otras muchas opiniones que me dio (no voy a ponerlas todas aquí) la que más me impactó fue la de “LOS DERECHOS NO TRAEN OBLIGACIONES”.

A ver, vayamos por partes. A mí, el hecho de que no votemos me parece totalmente execrable. Tengo la sensación de que somos unos niños mimados que no sabemos lo que ha costado conseguir nuestros derechos. En algunos países la gente no tiene ni siquiera el derecho que estoy ejerciendo yo ahora mismo. El de escribir y publicar una opinión personal. En esos países, la gente es asesinada por escribir la mitad de lo que estoy haciendo yo. Hace 40 años, la gente “desaparecía” en este país por opinar en contra del régimen. La gente no podía reunirse. No se podían ejercer todas las opciones políticas que hay hoy día. Las mujeres no podían votar. Aunque hubiera un presidente, seguía mandando el mismo. En la guerra, murió mucha gente por la libertad, una libertad que no se conseguiría hasta 36 años después. Una libertad que, a día de hoy, sigue siendo una sensación…

Mi generación no ha vivido esos tiempos. El derecho al voto se nos dio en el justo momento en que cumplíamos 18. Es algo como el carné de conducir. Ya somos mayores de edad. El derecho a elegir quien nos gobierna es automático. No nos lo ganamos.

Pero lo más divertido, y río por no llorar, es que una persona como la que te he descrito antes, sea capaz de escribir en un lugar en el que mucha gente le va a leer, que los derechos no comportan obligaciones. ¿Te lo puedes creer? ¿Qué tipo de persona puede pensar así? ¿Una cuyos abuelos no lucharon por la democracia y te lo dice tranquilamente?

Desgraciadamente hay mucha gente en este país, y en el resto del mundo, que cree que sólo tiene derechos. Y sus derechos están por encima de los demás. Ya que sus derechos no les comporta ninguna obligación. Él tiene derecho a la intimidad, pero no tiene la obligación de preservar la de los demás. Él tiene derecho a que nadie le menosprecie por su sexo, raza, religión, situación social o creencias políticas, pero eso no le obliga a hacer lo mismo con los demás. Él tiene derecho a que todo el mundo le respete, pero él no tiene la obligación de respetar a los demás. Él tiene el derecho de elegir a quien va a gobernar, pero no tiene obligación a ejercerlo.

Me pregunto yo, ¿Qué sentido tiene un derecho que nadie usa? ¿Qué pasa cuando algo no se usa?

En el mundo ha muerto, muere y morirá mucha gente por defender derechos tan básicos como el del voto. Creo que cuando nosotros no acudimos a ejercer este derecho estamos faltando el respeto a todas esas personas. Creo que estamos haciendo que su lucha no sirva absolutamente de nada. Si nos negaran el voto, ¿qué diríamos?

Cuando no votamos, no castigamos a los políticos. Nos castigamos a nosotros mismos. Castigamos el futuro de nuestros hijos. Castigamos la memoria de nuestros abuelos (al menos de los míos).

En mi opinión, creo que hay demasiada gente que no valora estos pequeños detalles. Hay demasiada gente para la cual nuestros derechos inalienables escritos en la Constitución de 1978 no tienen ningún significado. Para ellos, lo único que cuenta es ganar dinero, fama y poder. No estaría mal que los enviaran un par de semanitas a países como Corea del Norte, Irán o China… A ver si pensaban igual a su vuelta.

Por favor, no perdamos los valores. No perdamos aquello que nos han dejado en herencia nuestros mayores. No perdamos la esencia básica...

"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo." Voltaire (1694-1778)

Ahora, más que nunca, buena suerte a todos...

àlex Seguir leyendo...

domingo, 7 de junio de 2009

Me estoy planteando dejar de escribir...

La semana pasada fue bastante mala. No, no es que me hubiera pasado nada, pero estoy harto. A nivel personal no me gusta nada. Creo que lo llevo bastante bien, es decir, no va a acabar conmigo. Dicen que lo que no te mata, te hace más fuerte. Pero no he dejado de echarlos de menos a los 4.

Creo que soy razonablemente feliz. Atrás han quedado los malos rollos que invadieron mi mundo hace unos meses. Mi problema no es el de estar deprimido. Mi problema es que me estoy planteando si todo esto merece realmente la pena. Si pasarme tantos días lejos de los míos es la vida que quiero tener.

Estar aquí es una imposición. Una imposición de la vida. Hay que currar para poder vivir. Sí, podría trabajar en otro sitio, ganar calidad de vida y renunciar a bienes materiales, pero eso pasa pocas veces en la vida, y siempre le pasa a los demás (Al menos así lo cuentan). Te cambias de trabajo y es más de lo mismo.

Aquí empiezo a sentirme totalmente fuera de lugar. No sé si es porque le llevo casi diez años a la mayoría de la gente o por mi forma de ser. No es ningún secreto que soy muy selectivo con la gente. Me canso enseguida de todo el mundo (o todo el mundo se cansa de mí). No puedo remediarlo. Me mata la rutina. Me mata sentirme como Bill Murray en “Atrapado en el tiempo” (bueno, la traducción del título original es El día de la marmota”). Aquí es exactamente esa la sensación que tengo. Me veo rodeado de gente que, salvo excepciones, están a un nivel diferente del mío. No digo ni que estén más arriba ni más abajo. No soy quién para juzgar a nadie. Sencillamente digo que nos movemos, en el terreno personal, en planos diferentes.

Supongo que no puedo hacer nada. Tengo que aguantarme. Al menos, en el plano profesional las cosas están mejorando, me voy sintiendo más en mi terreno, y eso ayuda.

El peor momento del día sigue siendo el que va justo después del mejor. Me explico. Hablar con los míos por la tarde es ese poquito de bueno que tengo. Cuando cuelgo, ahí viene el bajón, sobre todo si alguno de los críos me dice llorando que quiere que vuelva. No te puedes ni llegar a imaginar el dolor que te puede llegar a producir eso.

No sé lo que me depara esta próxima semana a parte de un montón de trabajo. No sé que pasará cuando salgamos. No sé si va a ser lo mismo de siempre. No sé si voy a conseguir de una vez por todas poder no pensar en los demás y pensar un poquito en mí. De cualquier forma debo decir, para que no te preocupes, que últimamente, lo que viene siendo reír, reímos bastante…

Esta semana supongo que nos asignarán un piso para los 3. Espero que sea así. Estoy más que harto de estar en un hotel. No sabes lo duro que se hace pasar tantos meses seguidos en una situación como ésta. Al final necesitas estar en algún sitio que puedas sentir un poquito tuyo. Con el hotel es diferente. El piso, pues bueno, dejas tus cosas, haces tus más, tus menos… Al final sabes que tienes un lugar al que volver cada tarde y cada semana y que el lunes no te cambiará… y que el viernes no tienes que vaciar tus cosas… puedes dejar muchas allí.

Creo que nos irá bien a todos.

Por cierto, me estoy planteando dejar de escribir el blog. Tengo la sensación que sólo hablo yo. Tú casi nunca me dices nada. En muchas ocasiones te he dicho que tenía siempre la sensación de que todas las personas con las que me cruzo no me hablaban, que siempre hablaba yo… pues en esta relación me está empezando a pasar lo mismo. Necesito que me digas algo de vez en cuando. Un ánimo, una opinión… De momento, el primer intento de abandonar esto lo ha desarmado mi mujer. Me ha pedido que no lo deje. Que siga escribiendo. Que siga usándolo como válvula de escape. A ver lo que aguanto.

"Cada hombre debe inventar su camino." Jean Paul Sartre (1905-1980)

Que tengas una semana genial,

àlex Seguir leyendo...

martes, 2 de junio de 2009

Otro vuelo, otro colegio de viaje

Esta mañana todo ha sido de lo más surrealista. Ya en alguna otra entrada te había comentado lo “divertido” (permíteme la ironía) que es volar en compañías de las denominadas “Low Cost” (Bajo coste).

Tras la terrible noticia de ayer sobre la desaparición de un avión de Air France en el Atlántico, el volar se te hace un poquito más cuesta arriba. Demasiados vuelos. Cada semana cerca de 4 horas metidos en un avión. Mejor no pensar en ello.

Hoy hemos vuelto a volar con un grupo de adolescentes. Eran de dos colegios diferentes. A nosotros nos deben haber tocado los peores. Gritos. Insultos. Tacos. De lo más bonito, vamos. Yo no recuerdo cómo debía ser a los 17-18 años. Ya ha llovido un poco desde entonces. Aunque para serte sincero, dudo que fuera mucho mejor. Nos ha sido del todo imposible poder echar nuestra rutinaria cabezadita al inicio del vuelo. Cuando no daban un alarido, nos daban un golpe. Yo, viendo el percal, he decidido ponerme en el asiento central, con lo cual me evitaba los golpes que vienen siendo un habitual en estos casos si te sientas en el pasillo.

Delante nuestro, dos chicas y la profesora. Una profesora a la que los muchachos llamaban “rubia”. Espero que en tono cariñoso. Ella no parecía molesta. Tampoco se molestaba demasiado por mantenerlos tranquilitos en su sitio.

Una de las chicas era una experta en tráfico aéreo. Supongo que los nervios. Iba explicándole a la de su lado las velocidades y algún que otro tecnicismo más sobre su experiencia en vuelos. A mí me ha dejado acojonado tanta sabiduría. La experta en tráfico aéreo, en un inglés incluso peor que el mío, le ha preguntado a la asistente que dónde estaba la máscara. Los gestos eran de lo más divertidos. Se ponía la mano en la cara y preguntaba “dónde, dónde”. Veo que seguimos con los mismos problemas de idioma. En este país el inglés sigue siendo una asignatura pendiente. Así nos va luego. Para acabar de mejorar la situación, ella y su amiga se han decidido a coger las bolsas “para el mareo” e imitar a las películas americanas y los casos de híper-ventilación. Sorprendente.

A nuestro lado tres muchachotes. Las hormonas a tope. Poniendo a prueba al personal de cabina. Sacando el chaleco. Bajando la bandeja. Creo que X. en algún momento ha estado a un tris de perder los nervios, aunque finalmente ha conseguido aplacar su ira. Una de las niñas que iban sentadas delante de nosotros decidió sentarse sobre las piernas de otro. El tío no sabía dónde meterse. Tieso como un palo en el asiento. No sabía dónde poner las manos. Qué recuerdos. Qué nervios. ¿Tú te acuerdas? ¡¡¡Esos viajes son la pera!!!!

Vaya vuelo. Terrible. Con aplausos en el despegue y en el aterrizaje. A mí me sigue dando vergüenza ajena este gesto de nervios incontrolados. Pero, ¿quién no ha sido un niño? Yo, reconozco que me lo paso genial. Cansado. No puedo dormir. Pero genial.

Hemos llegado y, cómo no, a comer al italiano. Creo que pronto dominaré el idioma, aunque sea por ósmosis.

Seguimos en el hotel. Hoy hemos llegado tarde. El trabajo va en aumento y las fechas nos aprietan. He podido ir a correr un ratillo. Hemos tenido una tarde fantástica aquí. Sol y calor. Algo extraño. No el mismo que esta mañana en Barcelona, pero para estar dónde estamos, ha sido genial. Para cenar, sándwich y un poquito de fruta.

Espero tener piso pronto. A compartir entre 3. Pero al menos nos evitaremos tener que coger el tren todos los días y, total, como aquel que dice ya hacemos vida nosotros 3 con un contacto casi nulo con los demás fuera del horario laboral (conste que no es decisión nuestra).

Mañana intentaré escribir. Quiero explicarte mi última anécdota con un taxista. Esta vez en España. Sé que a alguno de los que me leen estaban encantados con mis anécdotas con los taxistas londinenses. Te aseguro que la del español no tiene desperdicio.

He nacido siendo un niño y moriré siendo tal. (Anónimo)

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 1 de junio de 2009

Cómo pasa el tiempo...

Reconozco que no soy de los que suele mirar hacia atrás. Sí, tengo mis momentos de melancolía, como todo el mundo, pero no es una característica dominante en mi caracter.

Desde que me lié con esto del Facebook, he ido reencontrándome con muchas personas que en un momento u otro de mi vida han tenido algo que ver. Antiguos compañeros de clase, amigos con los que compartía mis vacaciones de verano, compañeros de los equipos de baloncesto en los que he jugado, vecinos...

Te paras a pensar cómo va pasando el tiempo, y todo lo que vas viendo. Es como un gran viaje. Lo haces siempre hacia adelante. Nunca te paras. Nunca vuelves atrás. Pero es un gran viaje. Tienes fotos, vídeos, recuerdos...

Tú y yo ya lo hemos comentado en muchas ocasiones. Yo siempre valoro por encima de todo la amistad, la lealtad... Soy muy amigo de mis amigos. A veces me pregunto dónde estará éste o aquel. Cómo le habrá ido por la vida a A. Si me pongo a contar las personas con las que en un momento o en otro de mi vida he tenido una buena relación, me pierdo... Me siento afortunado.

A veces también me pregunto por qué se ha terminado alguna relación. Está claro que muchas han sido por movimientos geográficos. Otros por cambios en nuestras mismas vidas. Por ponerte un ejemplo, lo sabes, seguramente nos estamos viendo muy poco últimamente debido a mi ir y venir.

El tiempo y nuestras propias experiencias nos van cambiando. Llenan nuestro tiempo de tal manera, que poco queda para compartir otras historias.

Hoy quiero compartir contigo otro vídeo. Uno de Presuntos implicados. Habla precisamente sobre lo que te estoy contando. Viene al pelo.

Si en algún momento hemos compartido buenos momentos y, el tiempo nos ha jugado una mala pasada separándonos, quiero que sepas que sigo aquí. Soy el de siempre, bien, el que siempre te ha arrancado una sonrisa en el momento en que pensabas que era imposible... bueno, al menos eso me has dicho alguna vez. Puede que hayan pasado muchos años, pero ¿qué es el tiempo?



"Un hermano puede no ser un amigo; pero un amigo será siempre un hermano." Benjamin Franklin (1706-1790)

¿Nos vemos en un ratito?

àlex Seguir leyendo...