Total de páginas vistas

viernes, 12 de junio de 2009

El Trote Cochinero

Cuando tenemos la oportunidad, procuramos llegar sobre las ocho de la tarde al hotel, en Crawley. Justo al lado, cruzando una carretera, hay una zona como con tres campos de futbol de césped. Allí no les cuesta mucho mantenerlos. Mucha agua siempre. Nunca veo aspersores con los que regar. Creo que realmente no existen, o los tienen muy bien camuflados.

Ahora hace más o menos buen tiempo. Aquí siempre tenemos el mismo clima. Haciendo el símil con Forrest Gump, aquí los días son como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar. De cualquier forma, a no ser que nos caiga una tormenta de agárrate y no te menees, salimos fuera a correr. Es agradable. Sobre todo si hace sol. Correr sobre una extensión plana de hierba es muy cómodo. Si además puedes salir con un amigo, es mucho mejor.

Nosotros, por un motivo o por otro, miramos de correr a un ritmo al que conocemos como “el trote cochinero”. No vas dando zancadas muy largas, tampoco vas caminando. No sé. Fíjate algún día en cómo van las piaras de cochinos. Igual te haces una idea.

La cuestión es que realmente estamos cual guarro en una charca. Vamos corriendo a ese ritmo y también hablamos. Es un momento de aquellos en que tienes ciertamente intimidad con una persona. Nadie más te escucha. Puedes decir aquello que necesites decir. O sencillamente puedes decir aquello que se te ocurra en aquel preciso instante. Puedes comentar las cosas que te han ocurrido durante el día. Lo que habéis presenciado en algún momento. La indiscreción de algún compañero explicándote alguna historia que no debiera. Al final lo que intentas siempre es hacer un poquito de ejercicio y echarte unas risas. Es una buena forma de abrir la válvula de escape. Son demasiadas horas de convivencia con la misma gente. Demasiadas horas de trabajo lejos de casa. Al final, durante esos instantes, te haces a la idea que estás con lo más cercano a tu familia.

Aquí no tenemos más. Ya te lo he dicho en alguna ocasión. Nos tenemos a nosotros. Pasados ya casi 5 meses (el próximo viernes en mi caso) la selección natural ha organizado a las personas.

De cualquier forma, no quiero hablar ahora de eso. Ahora estoy en el avión. Volviendo a casa. Después de que un compañero de nacionalidad Iraní se haya despedido de mí diciéndome “Safe flight”. No se si te das cuenta, pero significa “Vuelo seguro”. Supongo que estamos demasiado cargados de tonterías. Hemos visto demasiada televisión. Hemos leído demasiadas historias y visto muchas barbaridades. El tío, hay que reconocer que es un chaval cojonudo. Pero no deja de tener cojones que nos diga exactamente eso. No podría haber dicho el tío algo tan manido y tan sencillo como un “have a nice trip”, “have a nice weekend” o algo así (por cierto, si te interesa, busca tú mismo la traducción en google, que a estas alturas ya da un poquito de vergüenza que en España hablemos tan poco inglés.

Y es así. En España se habla poco inglés. Por no decir que no se habla nada. Reconozco que este tiempo mi inglés ha mejorado una barbaridad. Supongo que ahora estás pensando:

“Joer, claro, después de casi 5 meses allí, el que no aprende inglés, es porque es tonto”.

Pues vale, piensa lo que quieras, pero haber estado tú aquí, guapo (o guapa). La cuestión es que me voy maravillando a mí mismo. Sí, es fácil maravillarme. Pero me siento totalmente integrado con el resto de compañeros ingleses.

De hecho, ahora me han cambiado de zona dentro del mismo edificio. Tengo otras tareas que desarrollar y estoy en otro equipo. Un equipo en el que creo que voy a estar muy bien. No es que estuviera mal antes. Todo lo contrario. Pero veo que aquí hay un poco más de comunicación entre la gente. Cuando estaba en el otro lado sólo hablaba con J. El resto son personas que hablan poco. Aquí no. Y creo que eso me irá bien para poder acabar de perfeccionar el idioma. Además, estoy con muy buena gente.

Porque esto de pasar tanto tiempo con compañeros de trabajo da para mucho. Ocurren muchas cosas buenas y muchas cosas malas. Bueno, no seamos exagerados, malas las justas, y no porque a mí me importe todo un huevo, no. Es porque los que acostumbramos a ir juntos siempre tenemos buen rollo, a excepción de X. que es un poco toca cojones cuando se pone serio. A veces ocurren cosas muy divertidas. Cómo te he dicho, en todo grupo siempre está el típico tío gracioso pero indiscreto (yo me considero gracioso, a veces, pero no indiscreto), que te cuenta unas cosas de lo más jugosas sobre el resto del equipo. Sin ir más lejos, esta semana, no sé qué día, mientras nos tomábamos unas cervezas en un bar cerca de la oficina, un compañero algo insensato e indiscreto, nos contaba algo que nos dejó a todos cara de tontos, pero entiendo que era un bulo para la diversión de los que estábamos allí.

De cualquier forma, que sería de la vida sin estos momentos y los que uno pasa en el lavabo…

Que vaya bonito,

àlex

2 comentarios:

  1. Hola Alex, la verdad que te he encontrado por pura casualidad buscando una caminata que hacer por Horsham, no se como me ha salido tu blog...Yo tambien vivo en Londres,al sur en Sutton, y me he sentido identificada con muchas de las cosas que escribes...la vida aqui se hace dura verdad??? sobre todo cuando eres un animal social (como yo) y resulta que el "pequeño impedimento del ingles" te hace la vida imposible...yo estoy pensando en volver a Canarias (que es de donde soy) porque todavia no he encontrado a nadie que me quiera dar la oportunidad, aqui te piden nivel de ministro en ingles para currar haciendo bocadillos...cosas raras que tienen estos ingleses....bueno un beso y animo no dejes de escribir

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que sí que se hace complicado. El estar lejos de casa es duro. Yo, al menos, comparto mi día a día con más españoles, lo que hace más llevadera la experiencia.

    ¿Llévas mucho tiempo por estas tierras?

    ResponderEliminar