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sábado, 20 de junio de 2009

Miércoles de copas

Cada quince días nos reunimos todos los compañeros que estamos trabajando en el proyecto. Lo hacemos fuera de la oficina. En un Pub. El Bar Vin. Allí, la empresa reserva una planta superior que tiene este pub. Es para nosotros. Y nos sirven bebida y comida a cuenta de la empresa. Allí aprovechamos para tomarnos unas cervezas y charlar un rato. Allí nos mezclamos. No estamos los españoles por un lado, los indios por otro, los ingleses... Allí solemos mezclarnos.

Ya sabes que la cerveza ayuda también a "abrir" un poco la mente.

Hacía unos días había conocido a un compañero originario de la India. Diferente al resto. Normalmente suelen ser personas muy discretas. No estoy acostumbrado a verlos allí muy festivos.

Este compañero es un tipo peculiar. Siempre con una gran sonrisa en la boca. No le he visto una mala palabra (aunque eso también es habitual en ellos). Lo veo muy "occidental".

La cuestión es que el miércoles ya nos habíamos tomado alguna cerveza. Estábamos en la calle. Algunos compañeros querían fumarse un cigarro. Dentro de los pubs no se puede fumar. La cuestión es que este compañero, al que llamaré Pedro, de repente empezó a contarnos un chiste. Un chiste sobre un mejicano llamado Pedro (de ahí su nombre). Bueno, yo creía que me moría. No creas que entendíamos el 100% de sus palabras. Tienen un acento peculiar. Pero verlo "interpretar" aquel chiste. Contarlo de la forma que lo hacía. A mi, al final, me dolía la barriga de reír. Que tío más genial. Aunque repito que, seguramente, el habernos tomado alguna cerveza también ayuda.

Después de esas cervezas, nos fuimos a continuar la fiesta, esta vez sólo españoles, a un restaurante chino que hay allí. Nos pedimos lo de siempre, unas gambas gigantes y nuestro favorito, crispy duck. Servido con una salsa que creo que es de soja y una especie de creppes que igual son de arroz, con la que te haces una especie de "fajitas" mejicanas. Está muy, muy bueno. Aquí, en Barcelona, no lo he visto en ningún sitio.

Por supuesto seguimos riendo muchísimo.

Volvimos en Taxi a Crawley. A partir de las 23:30 ya no hay trenes. Las rotondas allí se toman hacia la izquierda, y no precisamente despacito. Marean. Marean de verdad. Que se lo pregunten a X.

Bueno, voy a dormir un rato la S.I.E.S.T.A., que es sábado y toca.

Que vaya bonito,

àlex

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