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domingo, 30 de mayo de 2010

Dos días de sexo

Tener críos en casa llena tu vida de una forma total y absoluta. Anécdotas, sorpresas, costumbres...

Una de las cosas a destacar es que, en muchas cosas, te hacen volver a tu niñez. Las colecciones de cromos, el fútbol (aunque yo era de baloncesto)... Todavía tienen que llegar muchas historias, pero de momento, me voy a quedar con una: Los gusanos de seda.

Supongo que tú también tuviste gusanos de seda cuando eras pequeño. Jo. Yo recuerdo perfectamente las cajas de zapatos llenas de gusanos. Cómo lo pasábamos de mal para conseguirles la morera. Lamentablemente, en mi barrio no había, pero en una rambla que había en la parte trasera de mi colegio, el de la EGB, había un montón de arbolitos pequeños con el codiciado alimento de los gusanillos.

No corrimos veces ni nada con nuestras bolsas de plástico llenas de hojas. ¿Que por qué? La policía nos perseguía, resulta que decían que rompíamos los árboles. ¿Te lo puedes creer? Vamos, parecía que estuviera prohibido coger la morera. Exagerados. Tenía su gracia. Venga a correr. Además, cuando la ibas a buscar, era toda una aventura. Ya ibas pensando en lo que iba a ocurrir. Si nos van a pillar... Si no... Uno que vigilara mientras los otros se encaramaban a los árboles... El que vigilaba gastaba la típica broma: "¡¡Que vienen, que vienen!!" Y luego se partía la caja a tu costa.

Afortunadamente, aquí tenemos un árbol enorme que además está en la montaña, y sabemos coger la morera. Reconozco que en aquella época nos cargábamos los árboles, no teníamos ni idea. Ahora le explico a los niños cómo recolectar las hojas. De dónde cogerlas, de dónde no, no romper las puntas de las ramas...

Los gusanos de seda no hacen otra cosa que comer. Cada día a ponerles hojas de morera... Y luego sus cagaditas, que son como las pastillas juanola, negras, duras... Por suerte no huelen...

Cuando ya están gordos, se hacen el capullo. Sí, podrás pensar que hay más de uno cerca que hace el capullo a todas horas, pero en este caso es un capullo diferente. Yo no sé por qué se le llama a lo que hacen algunos "hacer el capullo", de verdad, no le veo la analogía, aunque reconozco que hay un montón de capullos a nuestro alrededor, incluso hay un frase que siempre me ha encantado: "El capullo de hoy, puede ser tu jefe de mañana". Cuanta sabiduría contenida en una frase tan sencilla...

Del capullo salen unas mariposas... Bueno, parecen gusanos con alas, porque no es la imagen que tenemos de las mariposas tan bonitas que revolotean por ahí. Estas, por no hacer, ni vuelan. Salen del capullo y lo único que hacen es buscar a otra para aparearse. Juntan los traseros (ni siquiera se miran) y luego a poner huevos para acabar muriendo. Tienen su parte práctica, no tienes que darles de comer, a fin de cuentas, en la metamorfosis que ocurre en el capullo, pierden el aparato digestivo... Maravillas de la naturaleza.

Su único objetivo es aparearse. Han eliminado cualquier otro vestigio físico que pueda distraerles de su función básica. Viven un par de días y sólo para eso... ¡Qué triste!

Joder, luego nos quejamos de la vida que llevamos. Sí, de acuerdo, la suya es más simple, y se dedica única y exclusivamente a lo que otros muchos quisieran: Dos días de sexo. Pero no sé, me parece la simplificación más absoluta de un ser complejo. Sí, vale, que sí... Pero sigo pensando que es simplificar a saco.

Ahora que han puesto huevos, guardaremos la caja hasta la primavera que viene, en la que empezarán a salir los gusanos, y volver a empezar...

Al final, la vida que llevamos, no es tan jodida, ¿no?

Que vaya bonito,

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miércoles, 26 de mayo de 2010

Futuro incierto

Crees que todo está bien. Has hecho una apuesta de futuro. Lo planificas. Lo visualizas...

Yo necesito visualizar las cosas, necesito tener esa visión abstracta que te permite hacer una composición de lugar. A posteriori, le añades la línea del tiempo, y colocas tus hitos, aquellas marcas que creen que harán de tu pausado caminar, un sendero hacia la gloria.

No soy de generarme expectativas, aunque en muchas ocasiones pueda dar una sensación opuesta. Desde hace muchos años, prefiero poner esas marquitas antes de llegar al objetivo. Llegar al destino pasito a pasito. De esta manera, y llámame cobarde, las decepciones son menores y, por ende, duelen menos. De ese tema, si quieres, hablamos otro día.

En esa visualización de mi futuro, hace aproximadamente un par de años, lo veía más o menos claro y, además, ponía tres pilares importantes sobre los que crear mi "línea".

Desafortunadamente, esos tres pilares se diluyeron rápidamente en el devenir de una crisis que, aunque todos veíamos venir, nos hicimos los tontos y decidimos hacernos los sorprendidos. Como cuando alguien te pilla montando la fiesta sorpresa y tú le dices "Pon cara de sorprendida, ¿eh?".

Tras un año fuera, que he tenido la oportunidad de compartir contigo, y con los sucesos que se han precipitado durante este último mes, mi conclusión es nefasta... Ha sido un año perdido. Al menos, en algún plano de mi vida.

Sí, está claro, y ya lo he dicho por activa y por pasiva, han habido cosas buenas, pocas, muy pocas, pero las ha habido, y me siento muy orgulloso...

Hoy siento que estoy mirando a través de una vidriera de aquellas opacas, que ves claridad, pero no llegas a ver absolutamente nada más... Siento que alguno de mis planes de futuro se ha hundido, se ha ido al garete, y tengo que tomar una decisión. No alcanzo a ver más allá del cristal. Quizás puedo vislumbrar una silueta, un color, pero no estoy seguro... ¿rojo, verde, azul? El futuro es incierto…

Desconozco si voy a tener valor para hacerlo... Desconozco si esto lo escribo en un calentón... Desconozco incluso si será a corto, medio o largo plazo, pero lo que sí que puedo decir es aquello de:

"Señoritas, vuelvo a estar en el mercado, ¿alguna está interesada por mí?"

Buenas noches y buena suerte,

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Todos los botones

Hoy quiero hacer algo que había dejado en el rincón del olvido.

Supongo que recuerdas mi etapa en la isla, en la que, de vez en cuando, publicaba alguna canción que me traía algún recuerdo o me producía una sensación determinada.

El otro día, tirado en el sofá, enfermo, aburrido, estaba viendo un programa de televisión. Quizás "viendo" no es la palabra adecuada, posiblemente "escuchando" es el verbo que rellenaría el espacio vacío en la típica frase de un examen de idioma.

Tenía puesta la tele. De repente, una cantante de la que no puedo decir que me guste su trabajo, salió a cantar en directo. No esperaba nada. Tampoco tenía ganas de cambiar de canal. Estaba ahí, tirado, con los ojos cerrados, concentrándome inútilmente en encontrarme mejor...

Y, por un momento, creí escuchar a un ángel. No tiene nada que ver con el vídeo que voy a colgar ahora. Escucharla cantar en directo fue una gran experiencia en un momento tan malo como en el que yo me encontraba.



Es un vídeo que expresa de una forma súper romántica los sentimientos de una persona hacia otra. Sobre el amor se ha escrito mucho. Esta canción, es una más, pero a mí, debo reconocer que me ha encantado.

Y a ti, ¿te gusta?

Que vaya bonito,

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martes, 25 de mayo de 2010

Sobre tu tumba

Ayer se dio a conocer el fallo de un concurso de micro relatos que organizó la "Asociación de Escribores de Aragón". Yo, ni me considero escritor (ojalá) ni soy de Aragón, pero osé presentarme.

Como era de suponer, no gané. No albergaba esperanzas, pero me siento muy satisfecho por el mero hecho de haber escrito un relato sobre un tema complejo "Sobre tu tumba" en un único fólio.

Decidí que, pasado el concurso, lo publicaría aquí, así que, ahí va...
"Un gran silencio me ha sobresaltado mientras dormía. He abierto los ojos y he observado mi entorno. Sombras desconocidas me muestran figuras fugaces. El lugar me resulta extraño. Tranquilidad.

El día ha amanecido gris. Estoy tumbado, boca arriba. Una gélida sensación recorre todo mi cuerpo, desde la cabeza a los pies. Mi espalda está fría. Estoy cansado. Una brisa fría se levanta a mi alrededor. Un gran silencio continúa envolviéndome.

Me encuentro desorientado. Intento incorporarme, y millones de agujas se clavan en mi cabeza. El dolor es tan intenso que, por un momento, dudo que vaya a poder levantarme. Sigo sin ser capaz de identificar el lugar en el que me encuentro. Empiezo a escuchar los primeros sonidos a unos metros por encima de mi cabeza. La suave brisa mece las hojas de los árboles. Debo estar en un bosque.

Consigo incorporarme para examinar el lugar. A medida que mi cabeza va girando para verlo todo, empiezo a recordar…

Cierro los ojos y veo tu sonrisa. Tu cara limpia. Tus ojos verde esmeralda. Consigo escuchar tu risa mientras revivíamos la forma en que nos habíamos conocido, sobre lo caprichosa que es la vida.

Tantos años compartiendo el mismo camino, establecen una unión tan sólida, que no sabes respirar cuando tu otro yo no está a tu lado. Quizás esa persona es el aire que inhalas y que llena tus pulmones para darte vida. Se dibuja una sonrisa en mi cara cuando recuerdo las tardes de invierno en las que estamos sentados en el sofá, acurrucados, abrazados, mientras vemos un clásico del cine que emiten por enésima vez en la televisión.

Ahora, aquí sentado, calado hasta los huesos, con un dolor de cabeza tan intenso que me hace sentir que todos los árboles que me rodean van cayendo uno a uno sobre mí, pienso en ti. Ha sido una noche muy larga. Una noche de amarga soledad. He bebido demasiado. Mi ropa huele a alcohol, tabaco, sudor… Percibo otros olores que soy incapaz de identificar. Me pregunto por qué la vida nos lleva por caminos tan insospechados. Una vida que nos lo da todo. Una vida que nos juega malas pasadas.

¿Por qué hay personas que insisten en coger los coches cuando han bebido más de la cuenta? No entiendo nuestro egoísmo. No entiendo que pasa por nuestras cabezas en momentos en los que, en teoría, deberíamos pasarlo simplemente bien. Nos vestimos con nuestras mejores galas, usamos nuestros mejores perfumes, dibujamos la mejor de nuestras sonrisas y nos reunimos con los amigos. Cenamos. Nos tomamos unas copas. Ella, en un alarde de responsabilidad, decide que nos llevará a casa cuando la fiesta termine… Nos lo pasamos bien… Muy bien…

A medio camino, una luz.

Ha pasado un año. He dormido sobre tu tumba. Maldita la vida. Malditos los que nos roban nuestro futuro.
"
Igual, a partir de ahora, me animo y me lío a escribir pequeños relatos... Quién sabe... A fin de cuentas, aquí puedo escribir lo que quiera... ¿o no?

Que vaya bonito,

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lunes, 24 de mayo de 2010

No toquéis a los funcionarios

Este país es la rehostia.

Llevamos ya no sé cuánto tiempo con la puñetera crisis dando por saco. No sé ni cuantos millones de personas que viven y pagan sus impuestos aquí, se han quedado en el paro. Las empresas cierran, se deslocalizan (una forma elegante de decir que se piran a sitios dónde la mano de obra es más barata) o presentan los tan famosos Expedientes de Regulación de Empleo, otrora conocidos como ERES (sí, el del verbo).

Pues aquí, mientras nuestros vecinos, amigos, familiares o no, se han ido quedando en el paro, nadie decía nada. Los telediarios daban cifras y en los corrillos de los bares, las peluquerías y las puertas de los colegios, ibas escuchando que si fulanito o menganita se habían quedado sin curro.

Recuerdo que en el caso de la SEAT, sí que se metió el des-gobierno autonómico para mediar. Joder qué grandes. Ahí se escuchaba a los sindicatos vociferar y alarmar a la gente con la situación. Punto. Vino la Nissan. Vinieron las ayudas al sector del automóvil.

A los demás, que les parta un rayo.

Ahora le ha tocado a los funcionarios. Y entonces se lía. Sólo ahora he escuchado la palabra huelga general. Sólo ahora he escuchado a la gente gritar y maldecir por la tele. Otra vez los jerifaltes de los sindicatos están hablando de ruptura social y no sé cuántas palabras más que estoy seguro que ni siquiera conocen su significado.

Vaya por delante, que no tengo nada en contra del colectivo, sólo hablo de gestión y de algunos elementos que manchan su buen nombre.

Claro, ahora me paro yo. Pienso. “¡QUÉ COJONES LOS VUESTROS!” Resulta que, mientras la gente de a pie que trabaja en empresas privadas se ha quedado privada de forma ABSOLUTA de su puesto de trabajo y, por ende, de su salario, aquí nadie hacía nada. Ahora, a los funcionarios, esa raza en la que hay gente buena y no tan buena, como en todas partes, les tocan UN PEQUEÑO PORCENTAJE DE SU SUELDO y nos rasgamos las vestiduras.

Cuantas personas que ahora están en el paro, se hubieran dado literalmente con un canto en los dientes porque sólo les hubieran privado de un cinco por ciento de su salario, en vez del cien por cien. Al parecer, los funcionarios, aquí, son intocables. Los buenos, y los malos. Es igual, pueden estar de baja eternamente, pedir excedencias remuneradas, ir a la oficina treinta y cinco horas a la semana, sentirse sabedores de que nunca se quedarán sin trabajo, Y SON INTOCABLES.

Pero bueno, los que no somos funcionarios, somos gilipollas ¿o qué? ¿Por qué esta tendencia a insultar a la inteligencia del español medio?

A mí, personalmente, me parece que el caso de los funcionarios es como el de los monopolios. Deberían estar sometidos exactamente a las mismas reglas que estamos sometidos los demás. Y si los demás nos tenemos que someter a alguna regla para equiparar, pues hacerlo, pero, por favor, que se deje de dar por saco a este país con tanta mierda.

Me importa un huevo que les rebajen un 5% a los funcionarios. Que ECHEN A LA CALLE por baja productividad a aquellos que se lo merezcan. Que se dejen de cantinelas. No se puede pedir solidaridad cuando a uno le interesa. Hay que ser solidario para con todo el mundo por igual.

¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde nos llevan?

Suerte,

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viernes, 21 de mayo de 2010

Una de médicos...

En las últimas tres semanas, entre hospitales y ambulatorios, debo haber visitado algo más de seis veces a los médicos. Esa es una de las razones por las cuales no he escrito mucho este mes, de hecho, creo que escribí la primera semana de mayo y hasta este momento.

Hoy he vuelto a ir al médico. Esta vez al de cabecera. El pasado lunes regresé de París. Nada de trabajo, ¿eh? Por la tarde ya tenía fiebre. El martes por la mañana, me tomé un ibuprofeno y me fui a la oficina. A ver, no es que sea un súper héroe, pero con la racha que llevaba, a ver si me iban a dar una patada en el culo por volver a faltar…

Joer, fui todo el día como un puto zombie. Mareado. No sabía ni por dónde me venían. Intentaba disimular todo lo que podía, pero creo que la gente lo notaba. Estaba lento, muy lento. Se me hizo el día larguísimo.

Pero el miércoles, mi cuerpo dijo que ni de coña. Me levanté con treinta y ocho de fiebre. Un dolor de cabeza como si todos los contertulios de los programas estos de la tele en los que ponen a parir a alguien, estuvieran hablando a la vez en la misma habitación en la que yo estaba. Me dolía todo. Hasta las uñas de los pies. El jueves, más de lo mismo, pero el dolor de cabeza fue superior. Podrás imaginar que no me levanté de la cama para mucho. Ir al lavabo y comer algo… Poco más. Y sí, a diferencia de lo que dice X., para darme una ducha. Digo lo de diferencia, porque según él, eso es de mmmmmmmmuy maricón, que un tío nunca se quiere duchar… Será cerdote el tío…

Esta mañana, aunque no estaba en mi temperatura normal (la corporal, no la mental), seguía encontrándome francamente. (Francamente, ahí acaba la frase, no es ningún error... Joer, tiene gracia). Dolor de cabeza brutal, debilidad… Vamos, lo típico de un gripazo. Mi mujer ha llamado al ambulatorio. No vienen a casa si no te estás muriendo, y menos para darte el parte de baja.

Pues vale, no discutamos, ¿a qué hora son las urgencias? A la una, perfecto, son las ocho y media de la mañana, podemos esperar un rato.

A la una me he ido al ambulatorio. Esperándome una cola de tres pares de cojones… Pero no, no había nadie. En la puerta siete una doctora a la que no había visto en mi vida. Le explico la situación y me dice, sin mirarme, que me va a dar la baja, pero desde hoy. Claro, yo, entre sorprendido y apático (no tenía muchas ganas de hablar, y menos con un desconocido), le he dicho que llevaba en casa desde el miércoles… Me ha dicho que eso ella no lo sabía, que tendría que haber llamado el miércoles al ambulatorio, para decirles que estaba en casa con fiebre. Que como no lo había hecho, no me daba la baja…

¿A que no te lo crees? Pues palabra de honor. Yo me he descojonado un poco. Vamos, un ja, tampoco tenía energías para mucho. Aunque te parezca mentira, le he dicho que no tenía humor para discutir. Que lo aceptaba, pero que no lo entendía, que nunca me habían dicho una cosa así (y mira que me han dicho cosas raras)… Que llame para decirles que estoy malito en casa. Claro, y la persona que está al teléfono, me atenderá, tomará nota, me dirá que me meta en la cama y que me cuide… No te jode.

Le he dicho que hiciera lo que tuviera que hacer. Le he preguntado si su nombre aparecería en el parte de baja. A su contestación afirmativa, le he dicho que yo luego ya haría lo que tuviera que hacer. Pero sin levantar el tono de voz, bueno, no podía levantar nada yo ahí… Ahí ella ha dado un paso atrás y me ha dicho aquello de “Dejémoslo estar” y se ha puesto a imprimir. “¿El alta para hoy?” Ahí me ha hecho gracia, pero no he querido decirle nada… Ni siquiera me había auscultado. Por cierto, no ha tendido desperdicio el momento en el que me ha dicho que volviera la semana que viene, que estaría mi doctora habitual y que me diera ella la baja… ¡¡¡PERO SI LA ESTÁS SUSTITUYENDO!!!

Me ha dado el parte de baja, desde el miércoles, y el parte de alta. Sin levantarse de la mesa. Entonces, le he preguntado si seguía con el ibuprofeno y el jarabe que me estoy tomando para la tos. Entonces, oh madre misericordiosa, y solo entonces, se ha levantado, se ha puesto a mi espalda (me ha parecido una mujer mayor) y me ha levantado la camiseta… Menos mal, imagina que me baja los pantalones… Me ha auscultado un poquito, yo tosiendo como un camionero y buscando alpiste… Me dice, te veo bien… Jodeeeeeeer…. Hija de una hiena…

Se ha vuelto a sentar, me ha dicho que siguiera tomando lo mismo y me ha preguntado
“¿algo más?”…

Me vuelvo a la cama. He perdido tres días de curro, diez minutos de normalidad a manos de una doctora de la seguridad social y, para colmo, hemos anulado una reserva para estos próximos tres días… no es plan de irse en estas condiciones…

Que vaya bonito,

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miércoles, 5 de mayo de 2010

Everybody needs somebody

Sigo extrañándome al ver la sorpresa que genera en algunos amigos el hecho de que me preocupe por ellos.

Creo que es una máxima que debe existir en cualquier equipo. Los amigos a los que me refiero hoy son aquellos con los que llevo ya un tiempo compartiendo también la profesión. Nos fuimos de una empresa pequeñita a una grande. De hecho me fui yo, y les animé a venirse conmigo.

Cuando están metidos de lleno en algún marrón, procuro hacer cuanto está a mi alcance para poder echarles una mano y así, al menos, hacerles la vida un poquito más llevadera, en cuanto a la vida en el trabajo se trata. Pero, ¿quién no haría eso por sus compañeros / amigos? Yo quiero pensar que todos actuamos de la misma manera. Si podemos colaborar poniendo nuestro granito de arena para que alguien pueda tener una existencia algo mejor, lo hacemos, ¿verdad?

Creo que cualquiera de ellos haría lo mismo que hago yo. Quizás, por mi posición, que por casualidades de la vida está situada en un punto donde la visión es más amplia, tengo más oportunidades de demostrarlo, pero sin ser nada excepcional.

La excepcionalidad de todo esto, ya sea porque yo echo una mano, o porque lo hace otra persona, es que los demás se sorprendan ante una acción como esta. Parece que en el mundo en el que vivimos, lo que debiera ser normal, se convierte en algo fuera de lo común. Nos extraña ver que otra persona hace algo por nosotros, o por los demás, de una forma totalmente desinteresada. Me parece del todo triste. Me parece totalmente inaceptable que nos encontremos con un mundo cómo este, en el que las individualidades imperan sobre las colectividades, dónde se valora más a un cabronazo que a una buena persona, por el mero hecho de vender más con esa fachada. Nos va la gente canalla. Cuanto más, mejor. Y el que es bueno y se preocupa, o es tonto o es una persona extraordinaria, cuando, sencillamente, hace lo que debe.

Al final, todos y cada uno de nosotros necesita a alguien. Alguien que nos ayude en un momento de necesidad. Alguien que nos de esperanza cuando todo lo demás no funcione. Alguien a quien dar esa esperanza. Y, por supuesto, como dirían Jake y Elwood, “Everybody needs somebody (to love)"...



Que vaya bonito,

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lunes, 3 de mayo de 2010

Vicio de pagar impuestos tenemos... Cooooooño

Hoy es el primer día hábil del mes de mayo, entendiendo por día hábil lo que a laboral se refiere. Para mí, el primer día hábil del mes fue el sábado, de hecho, estarás de acuerdo conmigo, que los fines de semana, festivos y vacaciones, son los días más hábiles de los que disponemos. No hay que ir a currar, pero cuidado, alguien puede ponerte “deberes” para esos días de fiesta y aguarte un poco la misma… Pero mejor no entro ahí, que seguro que salgo trasquilado.

Primer día hábil del mes de mayo, ¿no?... Hoy ya se puede entregar la declaración de Hacienda. Está claro que sólo lo harán aquellos a los que les devuelva pasta el estado. Y que quede clara la palabra “devolver”. Espero que a estas alturas, todos tengamos bien claro que nos devuelven pasta ya pagada, que no nos regalan nada. Aquellos que tienen que pagar, se esperarán al último día. Lógico y normal. La pasta la quiero tener yo en mi bolsillo hasta el último día.

Empieza mal la fiesta. Resulta que los mismos trabajadores de hacienda nos aconsejan que revisemos los borradores que han enviado, que están mal. Toma ya… Los que ejecutan las normas, resulta que hacen las declaraciones mal. Y eso va año tras año. Este año lo han reconocido, pero la llevan cagando desde que el borrador es borrador…

Ahora, lo cojonudo de todo esto, la gracia del chiste, la mantequilla de la tostada, es el puñetero “plan renove” del coche…

Resulta que los señores que venden coches se quejan. Son un gran colectivo. Se quejan en masa. Dicen que no venden. Como otros muchos, claro, otros a los que nadie ayuda y se van a la quiebra. Pasan de una temporada en la que venden a espuertas, a otra en la que se hunden… Coño, ¿y por qué no hacen como el ciudadano de a pie? Que ahorren para cuando vienen mal dadas…

Pero bueno, no voy por ahí. Vuelvo al plan renove. El gobierno les ayuda. Dice que va a dar nosecuantosmil euros por la compra del coche. Venga… Todos como burros a comprar coche. Bueno, todos no… pero las ventas parece que a mes de Abril del 2010 han subido un 48% y se jactan que ha sido gracias a eso…

Claro, la gente compra el coche por la pasta que se ahorra. No está mal. No sé si han sido dos mil eurillos. Peeeeeeeeeero, porque estas cosas tienen un pero… La cosa no es tan bonita. No sé si alguna vez te has preguntado por qué la letra de los anuncios de coches y que te pasan al final, esa pequeñita que va de derecha a izquierda, va a toda hostia y no puedes leer nada. Al parecer aquí había letra de esa pequeña. Los eurazos con los que ayudan para comprar un coche y los ricachones que mantienen esas empresas se gastan en sus yates y sus lujos, te imputan como ingresos en la declaración de hacienda. ¿Cómo, que no lo sabías? Yo tampoco.

En definitiva, que aquí, siempre hay unos que se aprovechan de otros, encima no te lo explican, y acabas pringando. Que sí, que el coche te ha costado más barato, pero espero que no te pase eso de que por esos eurillos que te has ahorrado, no te suba el tramo del IRPF y te toque pagar en vez de cobrar, que todo podría ser…

¡¡¡Hasta los webos de los que gobiernan (sean quienes sean) estoy ya!!!!

Hacienda somos todos… menos los que no lo son, ¡¡¡pringao!!!!

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