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sábado, 31 de octubre de 2009

Corazón partío

Las cosas, cuando se hacen entre dos, son infinitamente mejores.



Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 30 de octubre de 2009

Mala semana con posible final feliz

Casi con toda seguridad, ni te habrás enterado. Si has compartido estos días conmigo, me habrás visto, más o menos como siempre. Algún momento bajo, pero sin grandes explicaciones del por qué.

Esta ha sido, con diferencia, la peor de mis semanas desde enero. La coincidencia ha sido la llegada a Madrid, aunque puedo asegurar sin ningún tipo de duda, que no ha tenido nada que ver.

No he dormido. Me he dejado, sin saber cómo, cerca de dos kilos allí. Otra vez. Los nervios. La tensión. Y esta vez nada profesional.

Pero si la semana ha sido el momento de las ponencias, en que mi mente ha expuesto al jurado todas valoraciones y balances sobre aquello que me atormentaba, ayer viernes fue el día de las deliberaciones.

De momento, puedo decir que todo tiene un aspecto mejor. De hecho, si te sirve de algo, esta noche he dormido como un tronco. He dormido como hacía tiempo que no lo hacía. Sin ayudas. Sin... Bueno, ya me entiendes.

He tenido un par de amigos que me han soportado y han estado ahí, aún cuando estaba de lo más insoportable, cuando estaba perdido y no sabía a qué tabla agarrarme.

Por lo demás, la semana ha sido una más de trabajo, aunque me he reencontrado con compañeros que hacía tiempo que no veía. Reconozco que tampoco me he puesto a hacer relaciones públicas y me he mantenido fiel a los mismos compañeros/amigos que ya tenía desde Londres. No creo que en ese sentido mi círculo vaya a aumentar demasiado, creo que los que ya están, son los que son.

El mejor día, sin lugar a dudas, fue el jueves. Salí por Madrid. Me llevaron a cenar y luego a tomar unas copas. Algo totalmente desenfadado, sin responsabilidades, sin compromisos, sin que nadie esperara nada de nadie. Sencillamente, compartir un buen rato, reírse, alguna que otra confidencia. Algo fantástico. Reconozco que hacía mucho tiempo que no estaba tan bien y tan relajado como lo estuve esa noche. Desde aquí, gracias. Espero que repitamos...

Salimos a cenar a un lugar del que ni siquiera recuerdo el nombre. Lo único que sé es que está por el barrio de la Latina. Allí, una rosca de pan con jamón y unas cervezas. Después, tras intentar entrar en un local abarrotado, tuvimos que irnos a la calle Huertas. Piensa que en todo aquello era mi primera vez... No conocía nada. Allí fuimos a un local llamado "El imperfecto". Nos tomamos unos mojitos y unas caipiroskas que, por otro lado, nunca había probado.

Ahora, lo único que espero, es que todo vaya por el buen camino. Que cada uno de nosotros esté donde le toca estar, incluyéndome a mí.

Que pases un buen fin de semana. Yo espero hacerlo. Dicen que después de una gran tormenta, siempre viene una plácida calma...

Al final, lo más importante, lo que siempre queda, es la amistad... Hay que cuidarla.

Siempre a tu lado...

àlex Seguir leyendo...

jueves, 29 de octubre de 2009

No me dejan comprar cervezas después de las 22h en madrid

De momento no le he tomado el pulso a esta ciudad. No he podido hacer gran cosa. Sólo trabajar.

Acabo de llegar al hotel después de otra marathoniana jornada. Esto se va repitiendo ya desde finales de agosto y empiezo a pensar que no me merece la pena. La crisis. Vale. Pero es que llega un momento que no le veo demasiado sentido.

La suerte es que la ciudad sigue ahí. Creo que me está esperando. Pronto empezará a mostrarme sus encantos. No creo que tarde mucho en seducirme y mostrarme todos sus rincones en los cuales poder cenar o tomar unas copas con la buena compañía de los amigos.

Mi anécdota hoy ha sido cuando hemos ido a buscar la cena. Eran más o menos las diez de la noche y nos hemos bajado a esperar al de las pizzas. Al ser unas oficinas, no nos queda otra que esperarlo en la calle porque no puede entrar. Hemos decidido ir a comprar unas cervezas. Cuando hemos llegado a la tienda (una de estas que cierran de madrugada), el compañero con el que iba me ha hecho una mueca y me ha dicho que igual no nos vendían las latas. ¿Te lo puedes creer? A partir de las 10 de la noche no se puede comprar alcohol en esta ciudad. Yo juraría que, en Barcelona, podemos comprar unas cervezas en las tiendas de las gasolineras, aunque incluso empiezo a dudarlo.

Menos mal que nos en un restaurante chino de la zona no le han hecho asco a un euro y medio por lata de cerveza y nos las ha vendido (sí, sí, un euro y medio... nos ha engañado como a chinos).

Tengo la esperanza de poder salir mañana... por primera vez, aunque ya he pedido que no me prometan nada... que luego no se cumple y uno se queda... cómo te diría yo... plof.

Ahora me voy a dormir. Si mañana salgo, te cuento, de todas formas tengo que contarte la segunda parte del tío de la sanwitchera y algo muy divertido que ocurre cuando cambias una a por una o... Pero eso ya será otro día.

Que vaya bonito,

àlex

PS: Xavi, vens o què??? Seguir leyendo...

martes, 27 de octubre de 2009

Primer día en Madrid

Por fin... Ya estoy en España. No estoy en Barcelona, pero al menos ya he dejado aquella isla.

No sé por cuanto tiempo va a ser, para ser sincero, no tengo excesiva confianza, pero me he propuesto aprovechar al máximo el tiempo que esté aquí.

El primer día no estuvo mal.

Ayer madrugué. A las 5 de la mañana ya estaba de pie. Cogí un taxi y me llevó a la estación de Sants. Allí me encontré con X. Nos fuimos a la sala club, ya que hemos viajado en esa clase, una diferencia de 20 EUR por web hizo que no pudiéramos resistir la tentación.

Allí, un zumo de naranja y un cortado. Nada del otro mundo. Ya nada tiene demasiado glamour.

En el tren las cosas fueron algo mejor. El desayuno estuvo muy bien. Unos huevos revueltos con jamón y un poco de fruta, bueno, había algo más, pero no puedo recordarlo ahora mismo.

El AVE es muy cómodo. No puedo quejarme. En dos horas y media estábamos en la estación de Atocha y en media hora más, en la oficina.

Allí, me ubicaron con los mismos compañeros con los que he estado en Horsham, entre los que ya se encuentra algún amigo.

Bajamos a comer a una terraza. Que lujazo. Que sol hacía. Una temperatura magnífica. Una ensalada de primero. Impresionante. Pero me manché el pantalón y la camisa. Creo que hacía mucho tiempo que no me manchaba comiendo. Pedí el cebralín, pero no hice más que empeorarlo. Los compañeros de mesa me decían que debía dejarlo secar durante mucho rato... el camarero que cinco minutos. Si eres tío, imagina tener que cepillarte después... en la entrepierna. No quedaron bien. Pero la lavandería del hotel y 8 EUR han obrado milagros.

Por la tarde me fui con Xavi a comprar ropa. Necesitaba algo para ponerme al día siguiente. Fuimos a una conocida marca. Allí elegí un pantalón y una camisa. Nos reímos un rato, fuimos cómplices con las dependientas, hasta el punto que incluso me plancharon la camisa para que me la pudiera poner hoy. Unos encantos. Nos reímos con ellas.

Cenamos en el VIPs. Una ensalada. Me voy a aprovechar aquí de las ensaladas otra vez. Algo que he echado bastante menos en Londres.

Me fui a dormir temprano. El hotel es perfecto. He dormido ocho horas seguidas del tirón. Impresionante. Lo necesitaba.

Mañana te cuento más. De momento, estoy encantado de estar de nuevo en este país.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 26 de octubre de 2009

La No-Boda de mi mejor amigo (y la novia, claro)

Seguramente ya te había comentado que el sábado había boda... bien, no-boda, porque allí, a parte de lo que sin lugar a dudas era la pareja más feliz del momento, había algo más de 100 personas asistiendo al evento. ¿Había un ceremoniante? Pues no.

Ellos fueron los ceremoniantes. Fue algo muy original. El padre de la novia entró solo. Dió un abrazo al novio y, éste, fue a buscar a una novia radiante fuera de la sala. Ni que decir tiene, que la sala se hallaba en un monasterio.

A lo que voy. Todo fue según lo planeado. Incluidos los tequilas que nos tomamos antes de la ceremonia.

El lugar era magnífico. Un pueblecito en el término municipal de "Sant Fruitós de Bages". El lugar se llamaba "Món Sant Benet". El hotel era genial.

Pero hoy no quiero hablar de lo maravilloso que fue todo, que lo fue. Ni de lo guapa que iba ella, que lo iba. Ni de lo emocionado que estaba él, que lo estaba. Ni... Bah, dejémoslo. Aquí he venido a "hablar de mi libro"

Cómo sabrás, me pidieron que dijera unas palabras. Los muy... amigos. Y así lo hice. Desde el principio sabía lo que no se esperaba de mí. Tenía claro que ninguno de los que me conocía esperaba el típico discurso que se suele hacer. Un texto de algún libro famoso. Resaltar las virtudes de los novios. Hablar de lo maravilloso del matrimonio y dar algún consejo para llevarlo mejor.

Creo que, una de las pocas gracias que tengo es, precisamente, que no soy una persona convencional. Creo que, afortunadamente para mí, me salgo en algunos aspectos de lo que viene siendo el estándar socialmente aceptado. En otros, pues estaré por debajo... Bueno, que seguro que dices que no tengo abuela (que, por otro lado, es cierto).

Como lo prometido es deuda, y dejándome ya de mi particular egocentrismo (como diría X.: "Egocéntrico yo???? Y una mierda pa mi"), quiero publicar hoy, aquí, el guión de lo que después fue lo que algunas personas llamaron "monólogo". Yo lo llevé como "discurso de boda", pero no coló.

Estoy contento, al menos conseguí arrancar alguna sonrisa, y yo, con eso, sabes que tengo suficiente, por una sonrisa soy capaz de mover el mundo. Después me sentí algo avergonzado. Algunas personas se acercaban a mí para decirme cosas chulas. Siempre te hace sentir bien.

El texto fue un guión, pero el vídeo contiene alguna otra cosa que se me ocurrió en aquel momento. Por cierto, antes de empezar, pregunté por los que conocían a la novia, los que conocían al novio, y los que no conocían a ninguno... Salió una mujer... Mira el vídeo.

Primero voy a poner el vídeo, más que nada, para no destriparlo. Después puedes leer el texto, pero eso ya lo dejo a tu elección... Tendrás que perdonarme, pero la distancia desde la que se grabó, no permite más. El audio no es muy bueno y, claro, el que habla, pues tampoco... Espero que seas bueno conmigo...


Para verlo completo, "pincha" sobre el vídeo. Desgraciadamente, aquí no me cabe de ancho.

El texto:

Siempre he sido un admirador del gran Pepe Rubianes. Me he sentido y me siento muy identificado con su estilo de vida, con su manera de hablar sin decir nada y en su forma de afrontar cualquier tipo de conversación con el mayor sentido del humor posible.

Me quedo con eso. Evito entrar en la polémica que se generó a su alrededor.

Como sabréis, y el que no, ya lo sabe y le he contado el final de un chiste, nos abandonó recientemente. Andreu Buenafuente le dedicó una noche uno de sus monólogos. En él, además de hablar sobre sus virtudes, también dijo algo que me gustó… a medias.

Una frase: “La vida es un mal guión, en el que al final, te mueres”.

Jo-der. Creo que es una forma muy simplista de resumir miles de años de historia. Prefiero pensar en positivo. Prefiero pensar que la vida sí es un buen guión. No quiero pensar en cómo empieza y como acaba. Quiero centrarme en el contenido, en todo el tiempo que pasamos en este garito.

Hace aproximadamente tres meses, aquí, el amigo, me envió un correo electrónico con un powerpoint (para el que no sepa qué es un correo electrónico o un powerpoint, en la sala de arriba se imparte un curso de iniciación a la informática, es gratis y creo que los canapés son mejores. Además me han dicho que el profesor es el ex de la Obregón). A lo que iba. En ese correo me explicaba de una forma un tanto romanticona y, por qué no, ñoña, que habían decidido celebrar que están juntos. Bueno, pues eso… ¡¡Visto!! Me lo tomé un poco a broma, claro, pensé, esta chica no conoce bien a este tío, ¿no? A ver, que tiene un currículum que da miedo. Que todo el mundo lo conoce en Badalona, que allí dónde va, le saludan… por decirlo de alguna manera y entendiendo que saludo es cualquier cosa o gesto que te hagan con las manos (joder que vergüenza)… bueno… no sigo por ahí, supongo que os habéis dado cuenta de que es más alto y más fuerte que yo… más feo, pero más fuerte.

En aquel momento, lo único que me pasó por la mente fue el llamarle a casa. Imaginé que no estaría… Fallé. Estaba. Me hice el loco. Le hablé del tiempo. De mis niños. Sí, esos que he dejado en casa después e toda una semana sin poder estar con ellos, para estar aquí con él (bueno y con ella joder, que me la estoy olvidando). Cuando vi que el tío aguantaba y no se coscaba, decidí entrar a saco… “A ver, ¿qué coño estáis haciendo?”. Me explicó lo que imagino que ya os ha explicado a vosotros. Supongo que a mí me habrá explicado la versión número 132 de lo que están haciendo, porque sigo convencido de que nos esconden algo. Me lo tuve que creer. Al final va a ser verdad incluso que se quieren. La cuestión. En aquel momento se echa unas risas y me dice que le gustaría que dijera unas palabras en tan maravilloso día. Me quedé estupefacto. Soy un tío tímido. Me da un poco de vergüenza hablar en público. ¿Os creéis que le importó mucho? Para nada. Encima, para más INRI, me dice que hablaré el último. […] Tócate los cojones mariloli.

Jodeeeer, es que me van a comparar con los que hayan hablado antes. Que voy a hacer el ridículo más espantoso de la historia y les voy a fastidiar la fiesta. Pero bueno, mi mujer me dijo algo rotundo. Con una tranquilidad digna de los monjes tibetanos, habiéndolo pensado al menos 2 segundos, pronunció dos palabras que resumen en que va a acabar todo esto: “allá ellos”.

Y aquí estamos hoy. Hace apenas media hora nos hemos metido entre pecho y espalda tres tequilas en la suite que le han regalado a costa de las habitaciones que nosotros hemos reservado para pasar aquí la madrugada (la noche estaremos en el salón liándola de lo lindo y si desaparezco con mi mujer, que nadie se asuste, tenemos 3 hijos, yo casi nunca estoy en casa y… bueno, eso…)

Oye, me estoy liando. Me pasa… me lío, me lío… y se me va la pelota. Parece que venga aquí a poner a parir a alguien y, en realidad, vengo a intentar decir algo bonito sobre estos dos.

A ella la conocí hace mucho tiempo, lo menos dos semanas. Me pareció una chica guapa. Unos ojos preciosos… ¿¿¿Sabéis quién es la García Melero??? No, claro, aquí nadie ve la tele, sóooooolo los documentales de la dos. Vale, es igual. Lo dejamos en que es una chica guapa, simpática, comprensiva, inteligente, trabajadora, divertida, con unos ojos preciosos, una sonrisa capaz de iluminar un estadio de fútbol… Joder Laura, te lo estás creyendo…

Venga, vamos por más, que tengo aquí 24 folios por leer.

[pausa]

Qué susto eh?

No, me han dicho que no me líe demasiado, que ya es tarde y que todos quieren ir a dar rienda suelta con los canapés y, sobre todo, con el alcohol, que a eso hemos venido.

Vuelvo a lo de la vida, que en definitiva es de lo que yo quería hablar.

Otro que recientemente nos ha abandonado y que Carlos y yo conocíamos bien por nuestra común afición al baloncesto (el juega, yo lo veo, no vaya a ser que me rompa) decía en algún momento de los partidos aquello de “La vida puede ser maravillosa”.

Pues sí, la vida es maravillosa. Incluso con todo lo que tenemos que sufrir. Porque hay que joderse, se sufre, algunos más, otros menos, pero se sufre. Yo quiero pensar que la disfruto. Aunque sea a pequeños sorbitos, pero la disfruto. Por mi profesión y mi situación personal, he aprendido a disfrutar aquellos pequeños momentos, aquellos pequeños detalles que convierten un día de furia, en el que todo parece salirte al revés y en el que parece que todos estén en contra tuya, en un día maravilloso. Una sonrisa de esa persona a la que quieres. Una mirada. Uno de tus hijos. Un amigo. Lo que sea. Al final, hay que quedarse con eso.

Por eso, hoy, quiero quedarme con este detalle. Carlos y Laura han decidido compartir con todos nosotros, incluso con aquellos de los que estáis aquí y a los que no conocen… perdón… broma… Eso, que han decidido compartir con nosotros este pequeño gran detalle que es lo que viene siendo el amor. Esa sensación que a todos nos invade aunque sea un ratito cada día. Esa sensación en que nos damos cuenta de que no necesitamos nada más. Sólo estar con esa persona… Hay que currárselo. Hay que estar ahí. No es fácil. Pero creo que es algo maravilloso. Yo sólo deseo qué, como mínimo, sean la mitad de felices de lo que me siento yo. Porque os aseguro que serán felices y comerán perdices… (Madre mía, creo que veo demasiados dibujos de princesas).

Voy terminando. Si algún día, la oscuridad invade vuestra vida. Creéis que nada puede salir bien. Os quedáis como aletargados, sintiendo frío, sin ver nada… En serio, aunque veáis una luz blanca al fondo, no vayáis hacia ella. Miraros a los ojos, hablarlo, y solucionarlo. Parejas como vosotros son las que hacen falta para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir. Y… bueno, Carlos, seguro que tu madre debe tener ganas de ser abuela de una puñetera vez, así que vamos a tomarnos unas copas y unos canapés, nos pegamos unos bailoteos y os vais al lío…
Espero que te haya gustado, aunque sea un poquito y a mis amigos, los que "no-se-casaron", pero confirmaron su relación, que les vaya muy bonito.

Buenas noches y buena suerte,

àlex
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domingo, 25 de octubre de 2009

Vamos por sensaciones...

Estoy preparándome la maleta. Al final, me voy a llevar la grande. He metido la ropa de deporte. Mis bambas (o deportivas) para correr. Quiero aprovechar el gimnasio del hotel, ya que esta semana espero poder salir a horas razonables. Creo que mi cuerpo ya no aguanta más.

La semana pasada fue una auténtica descarga de sensaciones. Todas personales. Creo que llega un momento que es totalmente estúpido separar entre lo profesional y lo personal, porque lo uno se convierte en lo otro sin que puedas hacer nada para evitarlo.

Las sensaciones me están diciendo cosas muy dispares. La más clara, me está enviando una señal inequívoca. Tengo que parar. Tengo que respirar. Tengo que mirar hacia todos lados. Hacia la izquierda y hacia la derecha. Incluso arriba y abajo. Tengo que sentir mi respiración otra vez. Tengo que recuperar mi idiosincrasia. Esa que he perdido en los últimos dos meses.

Otras sensaciones repetidas. Esta vez no soy capaz de identificarlas correctamente. Cuando ya te ha pasado una vez, procuras no repetir, tienes claro que es mejor no moverte. Cuando el peligro acecha, lo mejor, en algunos casos, es quedarte quieto y no hacer nada. Esperar que pase de largo. Esperar que no te ataque otra vez. Silencio.

Esta semana empiezo un nuevo capítulo en este blog. Me voy a Madrid. Te lo había dicho. No lo tenía claro del todo. Creo que sigo esperando a estas horas la llamada del gobernador con el cambio de planes, el indulto en las películas americanas sobre la pena de muerte. En cualquier momento me envían de nuevo a Horsham.

Sigo sin ver claro el futuro. Sigo sin estar muy seguro de lo que me va a pasar ahí fuera. Me gustaría poder quedarme aquí en casa. Sin salir. En la seguridad que te da estar con los tuyos.

Sé que no es posible. Sé que tendré que lidiar con los riesgos del día a día. Sé perfectamente que las cosas hay que afrontarlas tal y como vienen. De frente. Sin temor.

Necesito dormir. Otra vez no lo hago. Ahora por motivos distintos a los que me abocaron a una situación similar hace unos meses. Al menos, esta vez, mi cabeza sigue en su sitio.

Seguro que te estás preguntando por la boda. Por cómo habrán ido las palabras que tuve que pronunciar. Tranquilo. Esta semana lo cuelgo todo aquí.

Buenas noches, y buena suerte...

àlex Seguir leyendo...

viernes, 23 de octubre de 2009

Madrid... allá voy!!!!

Tras una semana de lo más dispar, en cuanto a sensaciones, he vuelto de nuevo a casa. La semana que viene, inicio el camino por Madrid, no con demasiada seguridad de que vaya a ser por mucho tiempo. Ya veremos.

Por un lado, te cuento lo de esta semana. Creo que he dormido, desde el lunes que llegué, hasta el mismo momento en que estoy escribiendo esta entrada, unas 20 horas. Así, juntas, parecen unas cuantas, el problema es que he dormido 2 horas el lunes, 7 el martes, 4 el miércoles y 7 anoche... despertándome cada hora.

El ritmo ha sido infernal, de nuevo. Me he enfrentado con más de uno por un sencillo problema de excesiva tensión. Lo afortunado del tema es que todos estamos igual y creo que somos capaces de hacernos a la idea de que es mejor no hacer demasiado caso.

Ayer nos dieron el día libre a los de mi equipo, bueno, somos 4, tampoco te pienses, y nos fuimos a Londres. No estuvo nada mal. Nos lo pasamos muy bien. Caminamos lo que no está escrito, pero al menos cambiamos el chip. Me compré unos zapatos, comimos un menú en un chino que era imposible acabárselo y nos tomamos un café en un Starbucks. Todo muy típico, pero todo muy divertido.

A eso de las 7 de la tarde nos volvimos a Horsham y nos juntamos 5 en el piso para tomarnos una tortillita de patata y unas gambas al ajillo. Reconozco que no me quedaron muy bien, pero a mí ya me había empezado mi pájara. Empecé a eso de las 8 y a las once y media ya no sabía como mantenerme en pie. Me supo mal, pero hice el comentario de que me estaba quedando frito y nuestras invitadas reaccionaron rápidamente levantándose para irse. No era mi intención, pero al final, el cuerpo supongo que te pasa factura.

Después de 9 meses y una semana, hoy me he despedido. Tampoco me he atrevido a dar un adiós muy definitivo, porque tal y como están las cosas... Lo que si que puedo decirte es que, posiblemente, haya sido una de las mejores despedidas que he tenido en mi vida. Me he ido súper feliz de allí, con una sonrisa de oreja a oreja.

El lunes no hay avión. Me iré en el AVE a Madrid. Me llevará de la estación de Sants a la estación de Atocha en aproximadamente dos horas y media. Allí, teóricamente iban a ir a esperarme, pero al parecer llegamos demasiado tarde y me han dicho que tururú, así que cogeré un taxi.

Por un lado tengo unas ganas enormes de quedarme en España, en Madrid, pero tengo un cierto temor, creo que las cosas van a cambiar más de lo que a mí me gustaría, y que aquellos compañeros con los que tantos buenos ratos he compartido, ya no van a estar mucho por la labor. Ellos me dicen que no me preocupe, que no ponga el parche antes de la herida, pero creo que no voy a equivocarme demasiado.

De cualquier forma, estaré en España, más cerca de mi Barcelona, que es donde está mi familia...

Mañana voy a la no-boda de mi mejor amigo. Como sabes, me pidió que dijera unas palabras ese día, y ya las tengo más o menos escritas. Con su permiso (y el de ella, por supuesto) las colgaré el lunes, a ver que te parece.

Que tengas un fin de semana excelente... y prepárate para la semana que viene.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Mi vuelo se retrasa más de la cuenta

Cuando te subes en un avión, máxime si lo haces tantas veces como lo hacemos los que nos dedicamos a esto, sabes que estás seguro. No en vano, las estadísticas dicen que es el medio de transporte más seguro que existe, aunque éste haya sido el peor año para la aviación en cuanto a accidentes.

De cualquier forma, los retrasos existen y son horribles.

Estos retrasos se pueden dar por infinidad de variables de las que seguramente yo conoceré un mínimo porcentaje. Lo malo es cuando algunas de esas variables se dan en un mismo día. Te hace perder la fe en cualquier tipo de organización habida o por haber.

Ayer, lunes, el de los 9 meses. Llegué al aeropuerto a eso de las 9 de la mañana. Sin problemas en el trayecto del taxista. Me dirigí a la cola de Speedy Boarding de Easycrap, ya sabes que uso esa línea aérea en mis viajes a UK. Todo sin problemas.

Estuvimos esperando a estar los 3. Justo antes de que X. facturara, un tío sacó una mochila que pesaba más de los 20KG permitidos y empezó a sacar cosas de ella. Bueno, a esperar, aunque eso no retrasaba el vuelo.

Subimos a pasar por el arco de seguridad. Allí, esta vez le tocó a J. Una mujer llevaba infinidad de objetitos punzantes en su neceser. La señora que está sentada al final de la cinta en que te miran el equipaje de mano por Rayos X, con toda la parsimonia del mundo, paró la cola y fue mirando todo lo que aquella mujer tenía en el bolso. Increíble. Pasando de todo. Es impresionante. Al final J. le tuvo que increpar de forma diplomática para poder desencallar su equipaje de la cinta.

Nos fuimos al módulo 5. Los vuelos internacionales salen de allí. Nuestra puerta era la 50, aunque allí había otro avión. De repente, el mensaje fatídico, nuestro vuelo se retrasaba una hora.

Nos armamos de paciencia y nos sentamos en el bar a tomar un café. Esperamos un rato y vimos que el pasaje empezaba a hacer cola en la puerta 50. Nos fuimos para allá y nos quedamos de pie un buen rato. Somos tontos. Tenemos SB y subimos los primeros. Qué vamos a hacerle, no somos tan listos como pensamos. Llegó el avión y embarcamos. Sin problemas.

Cuando llevábamos sentados aproximadamente 30 minutos sin saber qué demonios sucedía, al piloto le dio por explicarnos que se había colado un pasajero que no debía ir en ese vuelo y que su maleta también estaba dentro. Jodeeeeeer. O sea, algún elemento de tierra había cogido a este señor, lo había buscado en el ordenador, le había dado tarjeta de embarque EN UN VUELO EN EL QUE NO DEBÍA IR y le había facturado la maleta. Vamos, me pinchan y no me sale sangre.

Tras unos 20 minutos más, en los que además tenía que aguantar a dos tías que se habían sentado a mi lado y que sabían demasiado de ingeniería aeronáutica, empezamos a movernos. Bueeeeeno, ya estamos. Ya nos vamos. Zasssss. Pues no, resulta que estábamos en cola y habían 3 aviones por delante nuestro (la explicación de la colega de mi lado era que se nos había saltado el turno y ahora debíamos esperarnos a que nos dejaran colar... toma ya!!!).

El viaje fue fino. Con estas dos al lado. Menos mal que tengo mis auriculares "Noise Cancelling" y conseguí ver mi serie favorita de estos días sin que nadie me molestara.

Al final, llegamos más de dos horas tarde. Mi jefe me dijo "Viva Easyjet". Es lo que tiene volar hoy día. Aunque debo decir que el personal de cabina de esta compañía suele ser de lo más profesional que te puedes encontrar hoy día. Que conste.

Lo demás del día ya lo sabes. Currando hasta casi las 5 de la mañana. Pero eso es harina de otro costal.

Mañana más...

àlex Seguir leyendo...

martes, 20 de octubre de 2009

9 meses

Esta mañana enviaba un SMS con el siguiente texto:

"Un lunes como hoy, hace 9 meses... Habrá que buscar el lado positivo. ¿Felicidades?"

El mensaje lo enviaba a alguien que, como yo, hoy hacía 9 meses en esta puñetera isla.

Nueve meses.

Se dice rápido. Inténtalo. A la carrerilla: "nuevemeses"

Nueve meses viajando todas las semanas (bueno, menos alguna de vacaciones). Nueve meses en los que hemos visto nevar en Londres. Hemos visto un zorro paseándose por la ciudad (sí, sí, un zorro, no hagas ahora el chiste fácil).

Nueve meses en los que he podido conocer a diferentes tipos de personas. Con algunos he hecho una gran amistad, con otros, quizás no hemos tenido la oportunidad de hacerlo o, simplemente, se ha quedado en una amistad dentro del entorno laboral. No voy ahora a entrar en eso. Seguramente sería feo, muy feo. Sé desde hace mucho tiempo que no puedo ni caer bien a todo el mundo, ni a mí me va a caer bien el resto de la humanidad.

He visitado Londres, Crawley (con su discoteca), Horsham. Los aeropuertos de Heathrow y Gatwick. He subido en tren y en taxi. He bajado al metro. He compartido piso en Londres y en Horsham. He estado en dos hoteles diferentes... durante mucho tiempo.

Me he dejado unos cuantos kilos (me ha venido de perlas).

También he podido disfrutar de la cocina internacional, tan bien apañada en este país. He tenido la oportunidad de comer el súper picante Chicken Vindaloo en un restaurante indio. Compartir unos tallarines raros, pero raros de verdad, en un vietnamita (mientras hablábamos de depilación masculina). He comido, totalmente engañado, en un restaurante Japonés en el centro de Londres. Crispy Duck en un chino en Horsham, que por cierto, pude compartir también con mi mujer. He obviado un libanés, probado cerveza hasta de cerezas. He degustado comida típica inglesa. Cenado kebab turco... Disfrutado en un Argentino (me compararon con el ex de la Duval). Quien me lo iba a decir.

He vivido la gran nevada de este año, en el que no se podía ni caminar por las calles de Londres. He visto las cuatro estaciones del año. He disfrutado del verano más corto de mi vida. He visto niños disfrutando con el agua de las fuentes. He corrido por los jardines más grandes que yo había visto (después de Central Park, claro).

He conocido personas de diferentes países: Irán, Paquistán, India, Canadá, Reino Unido, Alemania, Polonia, Italia...

He vivido días horribles, los cuales miro hoy desde la lejanía y ni siquiera me reconozco.

He vivido días memorables, en los que, afortunadamente, me reconozco.

Me he reído de los demás... Se han reído de mí. Me he reído con los demás... Se han reído conmigo.

He compartido los divertidos horarios ingleses para las comidas y las cenas. He compartido sus buenas costumbres... y las que nosotros no hemos sabido apreciar en la medida en que ellos hubieran querido.

He disfrutado de alguna fiesta en la que he acabado bastante mal.

He odiado.

Hoy no voy a hablar de los malos momentos. Sólo quiero pensar, y además mucho, en que esta es mi última semana aquí. No es la primera vez que me lo dicen, pero espero que esta sea la buena.

Igual debería poner un punto final a este blog en el momento en que viaje a Madrid. No lo sé. Realmente me gusta mucho esto de escribir. Es otra de las cosas que he podido descubrir aquí. Me gusta escribir. Escribo aquello que me apetece. Tal y como lo pienso. Y al que no le guste, pues que no lo lea. Lo decidiré sobre la marcha, aunque estoy seguro de que seguiré escribiendo, aunque sea para mi propia felicidad.

Pero de todo ello, me quedo con algunas de las personas que he conocido. Personas que de buen seguro siempre llevaré en algún rinconcito de mi corazón. Yo quiero pensar que alguna de esas personas también me lleve en algún rinconcito, aunque no sea del corazón, y que, si no nos vamos a ver en un tiempo, recuerde mi lado divertido, el desenfadado, ese que creo que me caracteriza.

Y por si luego no me acuerdo de decírtelo... A pesar de todo lo que no me ha acompañado, me lo he pasado muy bien.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

domingo, 18 de octubre de 2009

Voy a ser malo

Ya estoy harto. Creo que, a partir de ahora, voy a dejar de preocuparme tanto por los demás y voy a empezar a preocuparme un poquito más por mí. Voy a ser malo. Porque seguro que, a partir de este momento, alguno me tachará precisamente de eso, de malo, por no decir algo mucho peor, que seguro que ya te lo imaginas.

Igual eres de los que está seguro de que yo sólo pienso en mi.. Que normalmente hablo yo y la sensación es que, sencillamente, lo que cuentan los demás no me interesa. Pero ese tema ya lo hemos comentado alguna vez. Me pasa como al gran Pepe, cuando no hablo yo... me aburro.

Claro, si a estas alturas, digo eso de que ya no me voy a preocupar por los demás, es para echarse una carcajada. Seguro que en el primer párrafo ya has empezado a pensar que soy un jeta. Pero no, no me refiero a ser una hermanita de la caridad. No suelo serlo con los que me rodean. Pero sí que aguanto muchas cosas que, bajo mi punto de vista, no debería. En el trabajo, en mi vida personal, en Horsham, en Barcelona.

Veo que el resto de la gente que me rodea, no todos, afortunadamente, viven una vida diplomática. Yo, juro que lo intento, pero no hago más que tragar, tragar y tragar algo que no me va. Encima, al final, el tonto de la película soy yo.

Creo que la canción que habla sobre la simpatía hacia el diablo, por eso de empezar a ser malo, es de los Rolling Stones. Yo, voy a compartir contigo ese vídeo. Me quedo con la parte que dice "Pleased to meet you". Me encanta. Quizás es la parte buena de la canción. Lo de la cal y lo de la arena, que sigo sin saber cuál es el papel de cada cual. Si una es la buena, o es la mala.



De cualquier forma. Me preparo para la que puede ser mi última semana en Horsham. Mañana hago ya 9 meses. Espero celebrarlo como se merece, aunque casi con toda seguridad estaré currando hasta las tantas con mis compañeros.

The time is over.

àlex Seguir leyendo...

viernes, 16 de octubre de 2009

La refinitiva

Hoy, cuando ya había recogido todo mi equipo, nuestro responsable en el trabajo nos ha confirmado que la semana que viene debemos recoger todas nuestras pertenencias del piso en Horsham.

Bueno... Que alegrón... Me he arrodillado... Casi lloraba de alegría... He puesto mis brazos en cruz y he gritado "Me vuelvo a Barcelona".

Claro, te lo imaginas, alguien por allí ha reaccionado rápidamente recordándome que iría a Madrid, y no a Barcelona.

En cualquier caso, estaré en España. Estaré mucho más cerca de casa. Con nuestro clima. Nuestra comida. Nuestro ambiente. Después de tanto tiempo en Horsham...

¿Será esta la refinitiva?

No sé si leíste la entrada de ayer. Si pienso en lo que dice Jorge Drexler en su canción "Todo se transforma" veo las cosas tal y como son. Veo que es real. Que no soy ni el primero ni el último en darse cuenta de que, poco a poco, todo se transforma. Es cierto que, quizás, aquello que damos es lo que recibimos, y viceversa, aunque debo reconocer que no siempre es así.



Estoy contento.

La semana me ha dado varias de cal y varias de arena (yo nunca he tenido claro cuál es la buena ni por qué). Hemos trabajado mucho, obteniendo buenos resultados. Quizás no tan buenos como hubiéramos querido, pero tampoco han sido malos. Creo que la semana que viene las cosas mejorarán. Veo que tendremos un desenlace perfecto. Lo veo perfectamente y, además, lo creo.

Ahora estoy en casa. Los niños se han acostado y estoy viendo "Yo Robot" en la tele... en español y el canal 9. Mañana fútbol con el crío, disfrutar de la familia y, por la noche, despedida de soltero. Ya te contaré. Es la despedida de mi mejor amigo. No puedo faltar, aunque reconozco que voy con la reserva puesta.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 15 de octubre de 2009

Espacio vital

Me estoy dando cuenta de que algunas cosas no son tal y como yo había pensado hasta ahora. Ni siquiera yo soy de la forma de la que siempre me he sentido tan orgulloso.

La honestidad no se puede mantener a cualquier precio. Lo de "brutalmente honesto", tan bonito en las series de televisión, al final se vuelve en tu contra y llega el momento en que no puedes serlo.

Tus sentimientos te traicionan y eres incapaz de decir aquello por lo que siempre has abogado. No puedes mostrarte tal y como te gustaría porque sabes que vas a hacer daño a alguien a quien, de algún modo, aprecias.

No me malinterpretes. Puede que estés leyendo esto y estés pensando en ti. No lo sé, quizás eres tú, pero ahora mismo es difícil que lo sepas.

El otro día me enfrentaba al horroroso momento de tener que dar una noticia que no era buena, ahora me enfrento a algo mucho peor.

Estar aquí tanto tiempo está haciendo que lo peor de mi aflore. Fantasmas que creía haber dejado anclados en el pasado están volviendo a aparecer. Vuelvo otra vez a las andadas, y no puedo evitarlo. Es así.

Odio las obligaciones con las personas. Aquello que hago, es por devoción. No soporto los compromisos más allá de los que yo quiero. No me gusta que me impongan absolutamente nada... ni a nadie.

Se me vuelve a hacer complicado moverme con libertad. Parece que cualquier paso que dé, tengo que consultarlo, o bien debo invitar a otras personas que se sienten con el absoluto derecho a estar también ahí.

Aquí, en Horsham, ya no me apetece estar con tanta gente. Creo que las personas con las que realmente me apetece compartir una cena o una cerveza, se pueden contar con los dedos de la mano. Pero, al parecer, es imposible. Siempre tiene que haber alguien más con quien no me apetece estar. No hay que buscarle muchas explicaciones, sencillamente, no me apetece. Quizás, las personas con las que a mí si que me apetece estar, sí que quieren estar con el resto. Quizás es una simple cuestión de buenas formas.

Me vuelve a suceder. Vuelvo a cansarme de las personas. Quizás es demasiado tiempo aquí. La sensación de dependencia. La sensación de compromiso. La sensación de ahogo.

Debería sincerarme con la gente, pero no sé como le puedes decir a alguien una cosa así sin hacerle sentir mal. Como puedes decirle a alguien que, sin intención alguna, necesitas descansar, necesitas ausentarte durante un ratito, quizás demasiado largo, y encontrar un espacio que te pertenece.

Lo sabes. Creo en la amistad, en la honestidad y en la lealtad, pero me he dado cuenta de que incluso eso puede romperse. Los matrimonios se rompen. Algunos, tan solo necesitan darse un tiempo para volver a estar juntos con energías renovadas.

Yo sólo quiero poder recuperar mi libertad de hacer aquello que me apetezca, sin hacer daño a nadie, y de poder estar con aquellas personas con las que me apetece... si ellos quieren, sin tener la sensación de que estás haciendo algo mal cuando no es así.

Me gustaría poder pensar que me queda poco tiempo en esta isla, pero ya me he despedido tantas veces, que me da miedo pensar que igual, la próxima, es la última semana.

Si has leído esto, y te has visto claramente en mis letras, no te agobies, ni te enfades, ni me retires el saludo... Debemos quedarnos siempre con los buenos momentos. Otra cosa que he aprendido aquí es que existen las segundas oportunidades, algo en lo que yo no creía, y que aquello que muchas veces parece roto y sin solución, se arregla sencillamente con el tiempo.

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

miércoles, 14 de octubre de 2009

La sandwichera

El pasar tanto tiempo fuera de casa, viajando, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Está claro. No me he quedado calvo pensando, ¿verdad?

Hoy ha sido un día más aquí, en Horsham, pero al final del día ha habido un pequeño respiro a la vorágine de horas de trabajo que estamos teniendo desde ya no me acuerdo cuándo.

Tenemos por aquí a un compañero, del cual, como viene siendo habitual, no pondré su nombre, que ha hecho algo que me ha impactado como hacía tiempo no me impactaba nada.

Quizás yo me he pasado durante la cena, pero es que seguro que estarás de acuerdo conmigo que no hay para menos.

Resulta que el colega está en el hotel. Imagina. Una habitación triste e impersonal a la que vas cada noche. No sé si tienes la experiencia de pasarte largas temporadas fuera de casa viviendo en un hotel, pero si la tienes, seguro que lo vas a entender.

Pues no me he enterado que se ha comprado una sandwichera... ¿Te lo imaginas? Es el típico regalo cutre salchichero que te hace algún hortera el día de tu boda. Joder, un cacharro que lo único que hace es ocupar espacio en cualquier armario de la cocina hasta que reunes el suficiente valor para decir... Hasta aquí hemos llegado. A tomar por saco con este engendro eléctrico. Espero que a ti nadie te haya regalado ese "pequeño electrodoméstico". Bien es cierto que en los últimos años, te compras la nevera, la lavadora, la tele o cualquier otra cosa por el estilo, y zas!! te regalan el aparatillo. Metes pasta en un banco... pues venga, también te la regalan.

Entiendo que sabes de lo que te hablo. Pues nada, que el tío va y se la compra... Claaaaro, estaba de oferta en el puñetero ASDA (supermercado de Crawley que abre las veinticuatro horas del día). ¿Se la compra para llevársela a casa? Pues no, el tío se la compra para calentarse en la habitación los sandwiches de jamón y queso que se compra en el supermercado. Jodeeeeer. Si es que no se puede ser más... (no sé que poner ahora mismo aquí).

Bueno, resulta que además, el puñetero invento es una excusa perfecta para invitar a una tía a la habitación. No quiero ni imaginármelo. ¿Hace un sandwich en mi habitación? Pero bueno, ¿dónde queda el macho español? Yo creo que le digo a mi mujer algo así y se ríe de mí el resto de la vida, vamos, hasta que el infierno se congele. A la mayoría de las mujeres que yo conozco, les suelto algo así, y no se lo creen. Seguro que hasta tú lo estás dudando ahora mismo.

Si Georgie Dan lee esto, seguro que nos monta otro éxito del verano después de la barbacoa... ¿Lo ves? "La sandwichera, la sandwicheeeera... Laaa sandwicheeeeera...."

Digo yo, quizás da mejor resultado una churrera, así, al menos, las puedes invitar a desayunar, aunque no sea en la habitación del hotel.

Lo mejor del tema es que nos ha dado a X. y a mí un buen argumento para estar riéndonos durante la cena. Una cena, por otro lado, de repetición en el chino. (Aquí había escrito algo que X. me ha criticado de forma violenta y desnuda).

Lo dicho, me lo he pasado bien. Hacía días que no salía a cenar por ahí y me tomaba tres cervecitas.

El problema es que, después de la cena, todo el mundo ha decidido retirarse a sus aposentos. Nos estamos amariconando o, sencilamente, algunos ya damos miedo. No lo sé. Lo que si que sé, es que siempre somos los mismos los que mantenemos viva la chispa de la vida en estas reuniones, aunque a algunos les pese. Al menos, a aquellos que nos llevamos bien, nos sigue dando motivos para reunirnos y echar unas risas.

Ahora no sé que hacer. Me siento como si me hubieran dejado a medias. La noche era joven, y así la hemos matado.

Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

martes, 13 de octubre de 2009

Unplugged

Este ha sido de los fines de semana para enmarcar.

Lo he llamado "Unplugged". Desenchufado para los "newbies" o "no iniciados".

Sin teléfono. Sin portátil. Sin iPod. Sin radio. Sin noticias.

Relax 100%. Montaña. Verde. Naturaleza.

He conseguido desconectar. Mi mente se ha abierto totalmente. Mi cerebro estaba totalmente contracturado. No sabía si iba o venía. No sabía exactamente hacia dónde moverme.

El jueves y el viernes de la semana pasada fueron los peores. El viernes por la mañana deambulaba por la oficina. No sabía lo que hacía.

Han sido tres días. La compañía ha sido inmejorable. Mi mujer y mis hijos... Unos amigos... Genial.

Alquilamos un par de casitas en un complejo situado en Font Rubí, a las afueras de Camprodón. Allí sólo se veían vacas, caballos, montaña y verde. Unos mosquitos tan grandes como jumbos, pero afortunadamente no picaban. El lugar es impresionante. El trato de Henry, su propietario, inmaculado. Perfecto. Si quieres información, puedes acceder a la página web. Se llama "Els ocells" y estoy seguro de que voy a repetir. Lo que ellos llaman apartamentos son unas casitas muy acojedoras, aunque he de reconocer que allí pasamos poco tiempo. La mejor zona es el jardín que tienen delante. La terracita del bar, junto con un parque infantil y una barbacoa que eliminan cualquier necesidad de salir de allí.

Llegamos allí el sábado por la mañana y, una vez allí, ya nos fuimos a comer a su restaurante. Un lugar perdido. Remoto. Pequeño. Posiblemente uno de los mejores restaurantes en los que yo he comido. Se ubica en la Roca. Si vas, sabrás por qué. El restaurante también lo regenta Henry. En el horario de comida, él está allí y su trato sigue siendo el mismo.

De primero, decidí lanzarme a una mousse de foie con jamón de pato. Continué con un rape a la plancha y acabé con unos profiteroles con chocolate caliente. Todo ello bañado con vino de la casa y acompañado de un pan tostado con aceite de romero que no se lo saltaba un galgo.

A nosotros nos salió la comida por unos 40 EUR por persona, pero se puede comer muy bien por menos dinero.

Por la tarde bajamos a los niños a montar en pony. Te puedes imaginar cómo lo pasaron.

El domingo por la mañana nos sentamos en la terraza a eso de las diez. Los niños no te dejan remolonear demasiado en la cama. Sobre las 12 nos invitaban a una botella de cava y alguna cosa para picar. A la una y media estábamos en la barbacoa preparando la comida que nos íbamos a meter entre pecho y espalda un rato después en el mismo jardín. Al solecito.

Por la tarde, sesión de buggies con los niños. Creo que tengo un Fernando Alonso en casa, aunque quizás sea pasión de padre. No había visto a un niño de cuatro años manejar así un vehículo de gasolina. Cerrando a otro niño bastante más mayor. Controlando su posición mirando hacia atrás. Levantando el pie del gas a la entrada de la curva para volver a pisar a la salida... (Aquí va un suspiro).

El lunes por la mañana, paseo por Camprodón, comer y de vuelta a casa.

Pasar estos días con los míos ha sido lo mejor que me ha pasado en los últimos meses, lo reconozco. Ahora sólo deseo repetirlo.

Del día de hoy, casi mejor te hablo mañana, aunque hay poco que contar. He tenido que "conectarme" de nuevo y tirar hacia adelante. Sigo sin ver claro mi futuro. Creo que voy a continuar todavía unas semanas en esta isla.

Que vaya bonito,

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viernes, 9 de octubre de 2009

Descanso merecido

El ritmo que llevo en las últimas semanas es endiablado. Demasiadas horas en muy poco tiempo. Las noticias, además, no han sido excesivamente buenas para mí. En algunos casos, nos estamos olvidando de la humanidad.

Voy a tomarme 3 días de descanso. No voy a tocar nada que tenga que ver con un teléfono o un ordenador hasta el próximo lunes por la noche... o el martes, no lo sé.

Hasta entonces, relax absoluto. Voy a hacer un "Unplugged".

Para la semana que viene quiero compartir contigo algunas reflexiones. Cosas que me suceden desde hace mucho tiempo. Los peliculeros, como yo, dirían aquello de que "Fantasmas del pasado vuelven a visitarme", pero nada que ver con fantasmas. Manías que tenemos, ya sabes, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Vuelvo entonces el martes. Se bueno (o buena) y no me seas infiel.

Buen fin de semana largo. Disfruta del día del Pilar.

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jueves, 8 de octubre de 2009

Beetle juice

Hoy puedo decir que hacía tiempo que no disfrutaba tanto en el trabajo.

A mí, lo que hago, me gusta. Eso no es ningún secreto. Creo que, a parte de mi vocación frustrada de biólogo, no sabría hacer otra cosa. Eso es muy importante. Trabajar de algo que no te gusta no debe ser nada bonito.

A parte de disfrutar profesionalmente, reconozco que también he podido disfrutar a nivel personal. Me he reído como nunca, aunque siga trabajando más horas que un reloj.

Durante la tarde quizás ha sido el mejor momento. Los ingleses ya nos miran cada vez con más descaro preguntándose, supongo, si somos normales... en UK. Creo que ya hemos perdido cualquier atisbo de vergüenza que pudiéramos tener. Intentamos pasarlo lo mejor posible dentro de lo que cabe. Ellos también se van uniendo a nuestro sistema de trabajo. También bromean (aunque a veces no les entendamos) y entran al trapo en nuestras paranoias.

Quizás lo más divertido de esta noche ha sido cuando se han decidido a pagarnos unas pizzas en la oficina. Uno de ellos, quiero entender que de broma, ha dicho de nosotros que lo único que estábamos haciendo era esperar a la cena para irnos. Quizás no le encuentres la gracia, pero te aseguro que la tiene.

Los españoles, cuando tomamos la decisión de cenar en la oficina, es porque nos espera una noche más o menos larga allí, es decir, vamos a estar hasta media noche o más. Sin embargo, ellos, lo hacen de otra manera. A eso de las nueve de la noche, tarde para ellos, es cierto, piden la cena. Se la comen... y se van. Y no es que te lo diga porque lo hayan hecho esta noche... es que lo hacen siempre.

Nos hemos venido hace un rato de la oficina. Hoy me han llamado, todavía no se si por lo feo o por mi carácter bromista, Beetle Juice, sí, el de la película. Yo quiero tomármelo como algo cariñoso, no vaya a ser que la liemos.

Bueno. Creo que voy a cerrar el portátil y me voy a poner a dormir. Mañana hay que seguir con esto. Parece que el camino a Madrid está muy cerca, aunque no me hago ilusiones. Y eso es lo que sé hasta ahora de mi futuro... profesional.

Que vaya bonito,

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miércoles, 7 de octubre de 2009

Mentalmente extenuado

Estoy derrotado. Físicamente agotado. Mentalmente extenuado. He vuelto sobre mis pasos desde la oficina hasta el piso y creía que era un zombie. Mis ojos se cerraban. Mi mente no pensaba con claridad. Mi mirada se perdía.

Hoy no puedo. Tengo vértigo. Estoy en el bar de U2. La camarera no me hace caso. No puedo beber más. Mi cuerpo no se aguanta. Siento que todo el mundo que hay allí está clavando su mirada en mí. Se están riendo. Me hago mayor.

Por contra, mi ánimo y mi buen humor siguen intactos... ¿pero hasta cuando? Aquellos que confían en mí, aquellos que me aprecian, aquellos que me quieren... ¿hasta cuándo? Hacía tiempo que no me sentía como hoy. Es la sensación de caída después de subir hasta lo más alto. ¿Te suena? ¿La has vivido?

¿Tendrán razón mis compañeros y me estoy haciendo mayor?

Espero qué, cuando despierte, el día me reciba con una sonrisa y un baño de luz. Si no es así, será igualmente un día fantástico.



Me voy a dormir. Creo que me lo he ganado. Mañana... más.

Que vaya bonito,

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martes, 6 de octubre de 2009

No hablo de ti

En alguna ocasión creo que ya he hablado sobre el significado de este blog. Del por qué escribo.

Escribo como válvula de escape. Al principio de mi periplo por esta isla, lo hacía para ahuyentar a mis fantasmas. Necesitaba explicar qué era lo que me estaba pasando. Necesitaba sincerarme con alguien y, en aquel momento, mi blog era el único capaz de escucharme sin juzgarme. Era el único al que le podía contar todo aquello que me pasaba por la mente sin tener que esperar a que me diera una opinión sobre mi estado de ánimo.

En otros momentos, sencillamente, hago mis propias reflexiones sobre aquellas circunstancias que afloran ahora o en un pasado a mi alrededor. He usado la metáfora y la ironía. Me he referido a personas en algunas ocasiones, las menos, y en otras, tan solo escribía.

No quiero que te sientas aludido o aludida por aquello que pongo aquí. Si te apetece leerlo, porque te gusta, o porque te interesa aquello que pienso, me siento muy halagado, pero por favor, no pienses a la primera de cambio que me estoy refiriendo a ti en particular. Creo que cuando escribo, suelo generalizar, no intento decir que tú u otro amigo, conocido o desconocido, haya dicho, hecho o motivado nada. Simplemente, es así. Mi mente, como seguramente la tuya, tiene su propio laberinto.

Con esto no quiero decir que en algún momento no hayas sido objeto de mis líneas. Tú sabrás. Si compartes mucho tiempo conmigo. Si hablamos durante los largos días, ya sea en Horsham o en Barcelona, quizás te sientas representado en lo que aquí expongo, pero no tiene por qué.

Sé que siempre le buscas un sentido a lo que aquí escribo. Es fácil que pienses que, posiblemente, esté escribiendo algo sobre lo que nos ha pasado, pero tampoco le des excesiva importancia.

Mi blog es, básicamente, para mí. Lo he dicho. Es mi psicólogo. Pero no te preocupes ni le des vueltas a la cabeza, para eso, ya estoy yo. Disfruta, cuando así sea, de lo que comparto contigo, pero ya está. No le busques los tres pies al gato.

La vida es como es. Y yo la vivo tal cual. A mi manera. A la manera de un tío de treinta y tantos, con una vida más o menos complicada. No la compliquemos más. No nos disgustemos por algo que aquí haya puesto. Si eres mi amigo, seguro que lo vas a entender y aceptar en la medida en que debe ser.

Quizás formes parte de mis circunstancias. Esas sobre las que me gusta reflexionar. Quizás formes parte de mis momentos divertidos, o de los no tan divertidos, pero en el fondo, siempre estoy hablando de mi. Ya lo sabes. Soy egocentrista. Muy egocentrista. Y si no hablo yo... me aburro.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

lunes, 5 de octubre de 2009

Dar malas noticias

Cuando valoras por encima de todo la amistad, en los términos en la que yo la entiendo, y te encuentras ante una situación comprometida, todo se complica.

Creo en la lealtad. Creo en el honor. Creo que hay que ir siempre con la verdad por delante. Quizás tú eres de los que estás de acuerdo parcialmente conmigo. Quizás lo hemos hablado en alguna ocasión. No creo que sea posible mantener una relación, sea de la naturaleza que sea, sin esos valores inherentes a la amistad.

Estos días me encuentro ante una grave disyuntiva. Debo dar una mala noticia a un amigo (o amiga, siempre hablo en masculino). No debo comunicarle algo fatal, pero sí que es algo que de buen seguro le va a afectar en los próximos días y, dependiendo de cómo se lo tome, en su futuro. Pero, ¿cómo se hace algo así?

No tengo ni idea de cómo hacerlo. Sigo debatiéndome entre decir algo o callarme. Aunque también tengo claro que si me callo estaré faltando a la lealtad. Estaré dejando a una persona que tiene importancia para mí, se precipite hacia el vacío. Estaré viendo como se aproxima al precipicio y no le diré nada. No le avisaré.

No soy excesivamente sutil al decir las cosas. Es uno de mis grandes defectos. Intento no ser así, pero no puedo darme a los rodeos. Tengo la sensación de que estoy disfrazando una verdad que es la que es, no tiene más. Sé, además, que algunas personas valoran demasiado aquello que yo digo u opino. Afortunadamente son pocas. Afortunadamente son personas que me aprecian por lo que soy. Un amigo. Por eso, dar una noticia de esa índole me preocupa.

Pero realmente, lo que más me preocupa es la reacción de la otra persona. ¿Cómo se lo va a tomar? ¿Va a verlo como un ataque personal?

No acostumbramos a tomarnos bien las críticas. Hay quien dice que sí. Incluso yo, a veces, lo digo. Pero no nos engañemos, nos molesta demasiado que alguien pueda hacer una crítica sobre nosotros, sobre nuestras acciones.

No seré yo quien juzgue a nadie. No lo suelo hacer. Me importa un huevo lo que hagan los demás en el sentido que no pensaré si está bien o está mal. Creo que, mientras no hagan daño, no tengo porque juzgar sus acciones. Pero sí que debes decir lo que ves.

Otro ejemplo de malas noticias: Los rumores. Los hay fundados e infundados. Los hay que hacen más daño que otros. Los hay inocentes. Pero algunos… algunos tienen muy mala leche. ¿Qué haces? Imagina ver la cara de esa persona cada día, cuando sabes que alguien va difundiendo rumores sobre ella (sí, aquí uso el femenino, pero por que hablo de “esa persona” y es femenino, no saques conclusiones). ¿Se lo dices? ¿No se lo dices? ¿Estás faltando a la lealtad si no lo haces? ¿Le harás más daño si se lo dices?

Valorar el punto justo de dolor que le puede infligir a la otra persona decirle algo es materia imposible. Hay tantas variables que afectan al momento exacto en que lo haces.

El problema es que, al final, los rumores lleguen a esa persona y sepa que tú lo conocías. ¿En qué posición quedas tú?

Difícil de saber.

Las relaciones son muy difíciles. A veces creo que es mejor huir de todas las personas. Intentar vivir en un mundo en el que no te relaciones. Para mí es imposible. No puedo vivir sin lo maravilloso de todo eso. No puedo vivir sin las personas que me rodean. Quizás es por mi necesidad de sentirme querido. Quizás es por mi necesidad de sentirme vivo. Cuando estoy solo, no me siento así.

Si eres amigo mío, entenderás todo lo que he escrito hoy. Aunque quizás no lo entiendas del todo hasta dentro de unos días.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

sábado, 3 de octubre de 2009

I don't know enough about you

Si no estás disfrutando conmigo del maravilloso infierno en el que se ha convertido Horsham para mí... Si no sabes inglés... Si ni siquiera te vas a molestar en enterarte de qué demonios significa el título, te lo traduciré "No sé suficiente acerca de ti".

Ahora, dependiendo de quién seas, seguro que ya estás buscando a ver a quién le estoy diciendo eso. En quién estoy pensando... Como si lo estuviera viendo.

Pues nada más lejos de la realidad. Voy a pulsar la tecla de relax en mi ordenador y me voy a sentar a ver una película en el sofá de mi casa. Esa casa que tan poco puedo disfrutar. Los niños están durmiendo. Es el momento ideal para ese momento.

Antes de eso, quiero compartir contigo esta joya. Sé que muchos de los que me leen, sea cual sea el motivo, no acostumbran a ver los vídeos que cuelgo aquí. Por un lado pienso que sólo les interesa aquello que escribo aquí. Eso me puede incluso halagar.

Pero hoy, no desaproveches la oportunidad de escuchar y ver a Diana Krall. Su voz y su piano son ideales para compartir un sábado noche con tu pareja, en un ambiente romántico, o bien para disfrutar en soledad, a oscuras, de un momento de paz y tranquilidad...



Buenas noches y buena suerte,

àlex Seguir leyendo...

A por la tercera... es la vencida

Yo siempre había oído decir que unos juegos olímpicos no se hacían nunca dos veces en el mismo continente. Teniendo en cuenta que los de 2012 me parece que son en Londres, estaba cantado, siguiendo ese dicho, que los del 2016 no podrían ser en Madrid.

Desde Barcelona, ¡Ánimo Madrid! No desfallezcáis, ir a por el 2020, a la tercera, va la vencida.

El verano de los juegos olímpicos del 92, aquí en Barcelona, lo recuerdo como uno de los mejores de mi vida. Allí estuve, como voluntario, durante los 15 días. Una experiencia inolvidable.

Suerte,

àlex Seguir leyendo...

viernes, 2 de octubre de 2009

Trabajo

Ayer trabajé muchas horas. Un colofón a una semana en la que mi única vida ha sido la de la oficina y la de la cama de un apartamento que ya me parece tan impersonal como un hotel. Ni desayuno, ni como, ni ceno allí. Duermo entre 5 y 6 horas, el día que más puedo, y me ducho por las mañanas.

He vuelto con X. a casa. El ánimo está bajo. Demasiado trabajo. Demasiada tensión. Pocas horas de sueño. Me ha dicho algo que pienso cada día que vuelvo a casa. Me ha comentado las ganas que tenía de llegar a casa, acostarse al lado de la persona a la que quiere. Abrazados. No hace falta más.

Esa sensación te invade todos los días de la semana. La lejanía se hace todavía más patente cuando tu vida se reduce a trabajar. Estas últimas dos semanas ni si quiera hemos salido a tomar unas cervezas con los compañeros. Al menos yo. Más de un día he comido y cenado en la oficina, en la misma mesa en la que trabajo.

Afortunadamente ya estoy en casa. Con mi mujer y mis hijos. Aquellos con los que quiero estar. Intentaré descansar el fin de semana. No descanso físico, si no mental. Ese cambio de actividad. Ese poder compartir el cariño. Poder estar con ellos. El lunes vuelvo a Horsham.

No sé cuánto más durará esta situación. Espero que no más de dos semanas. El cuerpo tiene su límite. La mente también. Hay que disfrutar de los momentos. No sólo del trabajo. El trabajo, al final, sólo es eso.... trabajo. Nos pagan por ello. Pagamos nuestras facturas, nuestra hipoteca. No es nuestra vida. Somos profesionales. Necesitamos evadirnos.

Espero que la semana que viene podamos, si más no, disfrutar de algún momento divertido. No quiero enfadarme con nadie. No quiero volver a gritarle a un compañero. No quiero pensar mal de nadie. Quiero salir algún día, irme al Bar Vin, compartir una cerveza y unas tapas inglesas con los compañeros. Volver a reír un rato. Es lo más cerca que podemos estar de la normalidad.

Si trabajas este fin de semana, ánimo.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...

jueves, 1 de octubre de 2009

Escaqueo

En nuestro bonito país, el deporte nacional nadie lo pone en duda, es el fútbol. Es un deporte que nos da juego. Nos permite hablar incluso con personas con las que sabemos que no tenemos nada en común, y, además, no tenemos ningunas ganas de hablar.

Pero no es ese el deporte nacional que me viene a la cabeza ahora mismo.

Sobre el segundo, hay dudas. A estas alturas, ya debes estar pensando que para mí, el deporte que ocupa la segunda plaza en ese cuadro de honor es el Baloncesto. Pero no. Nada más lejos de la realidad.

El segundo deporte nacional, e incluso podría ser el primero, es el innoble arte del "escaqueo".

Hay personas con un don natural para practicarlo. Yo conozco a alguno que podría ser el "bota de oro" del escaqueo. No sé como lo hacen. De verdad. Creo que es algo con lo que se nace.

Personas que hacen lo que quieren. Entran cuando quieren. Salen sin que nadie se de cuenta. Consiguen que los marrones vayan a otras personas. Es impresionante. Y no, no es fácil, lo juro.

Yo, lo reconozco, puedo tener algo de jeta, y quizás en algunas ocasiones mucha. Seguro que si le preguntas mi madre o a mis hermanos te dirán que sí. Hace poco incluso, en comparación a Charlie Sheen en su papel en "Dos Hombres y Medio", una amiga dijo que era un "jeta simpático".

Igual... Perdona cariño, vamos a hacer honor a la verdad. Me escaqueo en muchas ocasiones de las labores del hogar. No quiero engañar a nadie. En ese sentido, pues también tengo lo mío.

Pero a mí, lo que de verdad me jode, es la gente que se escaquea en el trabajo.

En mi profesión, tenemos épocas muy jodidas, como la de ahora. Ayer estuve trabajando dieciséis horas. Comí y cené en mi mesa. Sí, lo se, soy ________________ (pon ahí lo que quieras). En esta época, la gente trabaja muchas horas. En esta época es cuando el escaqueitor (permíteme que le llame así) pone todos sus sentidos en su innoble arte. Es en estos momentos cuando se queda un equipo de gente trabajando para sacar algo hacia delante y alguien, un mando intermedio, por ejemplo, se va por la puerta de atrás a ver quizás un partido de la Champions. Le surgen reuniones de debajo de las piedras a las que no tienes ni idea de quien más asiste. Se quita los problemas de encima como quien se quita el polvo de la chaqueta. Además, no lo dudes, como sea en un sitio cerrado y el polvo, más que polvo, sea lo más parecido a lo que te queda en un camino de tierra... VA HACIA ABAJO.

Siempre se ha hablado en este país de los funcionarios. Pero te aseguro que para escaquearse no hace falta estar en ese respetable colectivo. Gente con morro en el trabajo y en la vida te la encuentras allá donde vas.

Ayer me tiré todo el día ayudando a la gente. Me quedé solo por la noche. Bueno, casi casi. Nadie me ayudó.

La suerte, te lo aseguro, ten paciencia, es que el tiempo nos pone a cada uno en el lugar que nos toca.

Si conoces a alguno así. Díselo a la cara. No arreglarás nada. Él o ella no cambiará. Seguro que tu relación empeora. Igual te hacen la vida imposible hasta que te vayas de dónde estés. Pero en ese momento, te vas a quedar de un a gustito.

Un consejo. No protejas al que se escaquea. Dale un toque. Si no hace caso. Sopla hacia arriba cuando se quite el polvo de encima.

Que vaya bonito,

àlex Seguir leyendo...