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jueves, 8 de octubre de 2009

Beetle juice

Hoy puedo decir que hacía tiempo que no disfrutaba tanto en el trabajo.

A mí, lo que hago, me gusta. Eso no es ningún secreto. Creo que, a parte de mi vocación frustrada de biólogo, no sabría hacer otra cosa. Eso es muy importante. Trabajar de algo que no te gusta no debe ser nada bonito.

A parte de disfrutar profesionalmente, reconozco que también he podido disfrutar a nivel personal. Me he reído como nunca, aunque siga trabajando más horas que un reloj.

Durante la tarde quizás ha sido el mejor momento. Los ingleses ya nos miran cada vez con más descaro preguntándose, supongo, si somos normales... en UK. Creo que ya hemos perdido cualquier atisbo de vergüenza que pudiéramos tener. Intentamos pasarlo lo mejor posible dentro de lo que cabe. Ellos también se van uniendo a nuestro sistema de trabajo. También bromean (aunque a veces no les entendamos) y entran al trapo en nuestras paranoias.

Quizás lo más divertido de esta noche ha sido cuando se han decidido a pagarnos unas pizzas en la oficina. Uno de ellos, quiero entender que de broma, ha dicho de nosotros que lo único que estábamos haciendo era esperar a la cena para irnos. Quizás no le encuentres la gracia, pero te aseguro que la tiene.

Los españoles, cuando tomamos la decisión de cenar en la oficina, es porque nos espera una noche más o menos larga allí, es decir, vamos a estar hasta media noche o más. Sin embargo, ellos, lo hacen de otra manera. A eso de las nueve de la noche, tarde para ellos, es cierto, piden la cena. Se la comen... y se van. Y no es que te lo diga porque lo hayan hecho esta noche... es que lo hacen siempre.

Nos hemos venido hace un rato de la oficina. Hoy me han llamado, todavía no se si por lo feo o por mi carácter bromista, Beetle Juice, sí, el de la película. Yo quiero tomármelo como algo cariñoso, no vaya a ser que la liemos.

Bueno. Creo que voy a cerrar el portátil y me voy a poner a dormir. Mañana hay que seguir con esto. Parece que el camino a Madrid está muy cerca, aunque no me hago ilusiones. Y eso es lo que sé hasta ahora de mi futuro... profesional.

Que vaya bonito,

àlex

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