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lunes, 26 de octubre de 2009

La No-Boda de mi mejor amigo (y la novia, claro)

Seguramente ya te había comentado que el sábado había boda... bien, no-boda, porque allí, a parte de lo que sin lugar a dudas era la pareja más feliz del momento, había algo más de 100 personas asistiendo al evento. ¿Había un ceremoniante? Pues no.

Ellos fueron los ceremoniantes. Fue algo muy original. El padre de la novia entró solo. Dió un abrazo al novio y, éste, fue a buscar a una novia radiante fuera de la sala. Ni que decir tiene, que la sala se hallaba en un monasterio.

A lo que voy. Todo fue según lo planeado. Incluidos los tequilas que nos tomamos antes de la ceremonia.

El lugar era magnífico. Un pueblecito en el término municipal de "Sant Fruitós de Bages". El lugar se llamaba "Món Sant Benet". El hotel era genial.

Pero hoy no quiero hablar de lo maravilloso que fue todo, que lo fue. Ni de lo guapa que iba ella, que lo iba. Ni de lo emocionado que estaba él, que lo estaba. Ni... Bah, dejémoslo. Aquí he venido a "hablar de mi libro"

Cómo sabrás, me pidieron que dijera unas palabras. Los muy... amigos. Y así lo hice. Desde el principio sabía lo que no se esperaba de mí. Tenía claro que ninguno de los que me conocía esperaba el típico discurso que se suele hacer. Un texto de algún libro famoso. Resaltar las virtudes de los novios. Hablar de lo maravilloso del matrimonio y dar algún consejo para llevarlo mejor.

Creo que, una de las pocas gracias que tengo es, precisamente, que no soy una persona convencional. Creo que, afortunadamente para mí, me salgo en algunos aspectos de lo que viene siendo el estándar socialmente aceptado. En otros, pues estaré por debajo... Bueno, que seguro que dices que no tengo abuela (que, por otro lado, es cierto).

Como lo prometido es deuda, y dejándome ya de mi particular egocentrismo (como diría X.: "Egocéntrico yo???? Y una mierda pa mi"), quiero publicar hoy, aquí, el guión de lo que después fue lo que algunas personas llamaron "monólogo". Yo lo llevé como "discurso de boda", pero no coló.

Estoy contento, al menos conseguí arrancar alguna sonrisa, y yo, con eso, sabes que tengo suficiente, por una sonrisa soy capaz de mover el mundo. Después me sentí algo avergonzado. Algunas personas se acercaban a mí para decirme cosas chulas. Siempre te hace sentir bien.

El texto fue un guión, pero el vídeo contiene alguna otra cosa que se me ocurrió en aquel momento. Por cierto, antes de empezar, pregunté por los que conocían a la novia, los que conocían al novio, y los que no conocían a ninguno... Salió una mujer... Mira el vídeo.

Primero voy a poner el vídeo, más que nada, para no destriparlo. Después puedes leer el texto, pero eso ya lo dejo a tu elección... Tendrás que perdonarme, pero la distancia desde la que se grabó, no permite más. El audio no es muy bueno y, claro, el que habla, pues tampoco... Espero que seas bueno conmigo...


Para verlo completo, "pincha" sobre el vídeo. Desgraciadamente, aquí no me cabe de ancho.

El texto:

Siempre he sido un admirador del gran Pepe Rubianes. Me he sentido y me siento muy identificado con su estilo de vida, con su manera de hablar sin decir nada y en su forma de afrontar cualquier tipo de conversación con el mayor sentido del humor posible.

Me quedo con eso. Evito entrar en la polémica que se generó a su alrededor.

Como sabréis, y el que no, ya lo sabe y le he contado el final de un chiste, nos abandonó recientemente. Andreu Buenafuente le dedicó una noche uno de sus monólogos. En él, además de hablar sobre sus virtudes, también dijo algo que me gustó… a medias.

Una frase: “La vida es un mal guión, en el que al final, te mueres”.

Jo-der. Creo que es una forma muy simplista de resumir miles de años de historia. Prefiero pensar en positivo. Prefiero pensar que la vida sí es un buen guión. No quiero pensar en cómo empieza y como acaba. Quiero centrarme en el contenido, en todo el tiempo que pasamos en este garito.

Hace aproximadamente tres meses, aquí, el amigo, me envió un correo electrónico con un powerpoint (para el que no sepa qué es un correo electrónico o un powerpoint, en la sala de arriba se imparte un curso de iniciación a la informática, es gratis y creo que los canapés son mejores. Además me han dicho que el profesor es el ex de la Obregón). A lo que iba. En ese correo me explicaba de una forma un tanto romanticona y, por qué no, ñoña, que habían decidido celebrar que están juntos. Bueno, pues eso… ¡¡Visto!! Me lo tomé un poco a broma, claro, pensé, esta chica no conoce bien a este tío, ¿no? A ver, que tiene un currículum que da miedo. Que todo el mundo lo conoce en Badalona, que allí dónde va, le saludan… por decirlo de alguna manera y entendiendo que saludo es cualquier cosa o gesto que te hagan con las manos (joder que vergüenza)… bueno… no sigo por ahí, supongo que os habéis dado cuenta de que es más alto y más fuerte que yo… más feo, pero más fuerte.

En aquel momento, lo único que me pasó por la mente fue el llamarle a casa. Imaginé que no estaría… Fallé. Estaba. Me hice el loco. Le hablé del tiempo. De mis niños. Sí, esos que he dejado en casa después e toda una semana sin poder estar con ellos, para estar aquí con él (bueno y con ella joder, que me la estoy olvidando). Cuando vi que el tío aguantaba y no se coscaba, decidí entrar a saco… “A ver, ¿qué coño estáis haciendo?”. Me explicó lo que imagino que ya os ha explicado a vosotros. Supongo que a mí me habrá explicado la versión número 132 de lo que están haciendo, porque sigo convencido de que nos esconden algo. Me lo tuve que creer. Al final va a ser verdad incluso que se quieren. La cuestión. En aquel momento se echa unas risas y me dice que le gustaría que dijera unas palabras en tan maravilloso día. Me quedé estupefacto. Soy un tío tímido. Me da un poco de vergüenza hablar en público. ¿Os creéis que le importó mucho? Para nada. Encima, para más INRI, me dice que hablaré el último. […] Tócate los cojones mariloli.

Jodeeeer, es que me van a comparar con los que hayan hablado antes. Que voy a hacer el ridículo más espantoso de la historia y les voy a fastidiar la fiesta. Pero bueno, mi mujer me dijo algo rotundo. Con una tranquilidad digna de los monjes tibetanos, habiéndolo pensado al menos 2 segundos, pronunció dos palabras que resumen en que va a acabar todo esto: “allá ellos”.

Y aquí estamos hoy. Hace apenas media hora nos hemos metido entre pecho y espalda tres tequilas en la suite que le han regalado a costa de las habitaciones que nosotros hemos reservado para pasar aquí la madrugada (la noche estaremos en el salón liándola de lo lindo y si desaparezco con mi mujer, que nadie se asuste, tenemos 3 hijos, yo casi nunca estoy en casa y… bueno, eso…)

Oye, me estoy liando. Me pasa… me lío, me lío… y se me va la pelota. Parece que venga aquí a poner a parir a alguien y, en realidad, vengo a intentar decir algo bonito sobre estos dos.

A ella la conocí hace mucho tiempo, lo menos dos semanas. Me pareció una chica guapa. Unos ojos preciosos… ¿¿¿Sabéis quién es la García Melero??? No, claro, aquí nadie ve la tele, sóooooolo los documentales de la dos. Vale, es igual. Lo dejamos en que es una chica guapa, simpática, comprensiva, inteligente, trabajadora, divertida, con unos ojos preciosos, una sonrisa capaz de iluminar un estadio de fútbol… Joder Laura, te lo estás creyendo…

Venga, vamos por más, que tengo aquí 24 folios por leer.

[pausa]

Qué susto eh?

No, me han dicho que no me líe demasiado, que ya es tarde y que todos quieren ir a dar rienda suelta con los canapés y, sobre todo, con el alcohol, que a eso hemos venido.

Vuelvo a lo de la vida, que en definitiva es de lo que yo quería hablar.

Otro que recientemente nos ha abandonado y que Carlos y yo conocíamos bien por nuestra común afición al baloncesto (el juega, yo lo veo, no vaya a ser que me rompa) decía en algún momento de los partidos aquello de “La vida puede ser maravillosa”.

Pues sí, la vida es maravillosa. Incluso con todo lo que tenemos que sufrir. Porque hay que joderse, se sufre, algunos más, otros menos, pero se sufre. Yo quiero pensar que la disfruto. Aunque sea a pequeños sorbitos, pero la disfruto. Por mi profesión y mi situación personal, he aprendido a disfrutar aquellos pequeños momentos, aquellos pequeños detalles que convierten un día de furia, en el que todo parece salirte al revés y en el que parece que todos estén en contra tuya, en un día maravilloso. Una sonrisa de esa persona a la que quieres. Una mirada. Uno de tus hijos. Un amigo. Lo que sea. Al final, hay que quedarse con eso.

Por eso, hoy, quiero quedarme con este detalle. Carlos y Laura han decidido compartir con todos nosotros, incluso con aquellos de los que estáis aquí y a los que no conocen… perdón… broma… Eso, que han decidido compartir con nosotros este pequeño gran detalle que es lo que viene siendo el amor. Esa sensación que a todos nos invade aunque sea un ratito cada día. Esa sensación en que nos damos cuenta de que no necesitamos nada más. Sólo estar con esa persona… Hay que currárselo. Hay que estar ahí. No es fácil. Pero creo que es algo maravilloso. Yo sólo deseo qué, como mínimo, sean la mitad de felices de lo que me siento yo. Porque os aseguro que serán felices y comerán perdices… (Madre mía, creo que veo demasiados dibujos de princesas).

Voy terminando. Si algún día, la oscuridad invade vuestra vida. Creéis que nada puede salir bien. Os quedáis como aletargados, sintiendo frío, sin ver nada… En serio, aunque veáis una luz blanca al fondo, no vayáis hacia ella. Miraros a los ojos, hablarlo, y solucionarlo. Parejas como vosotros son las que hacen falta para hacer de este mundo un lugar mejor para vivir. Y… bueno, Carlos, seguro que tu madre debe tener ganas de ser abuela de una puñetera vez, así que vamos a tomarnos unas copas y unos canapés, nos pegamos unos bailoteos y os vais al lío…
Espero que te haya gustado, aunque sea un poquito y a mis amigos, los que "no-se-casaron", pero confirmaron su relación, que les vaya muy bonito.

Buenas noches y buena suerte,

àlex

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