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viernes, 18 de diciembre de 2009

Semana dura, pero genial

Supongo que llega un momento en el que te cuesta creer en que los sueños se pueden llegar a cumplir. Piensas que las cosas van a continuar igual y que no vas a volver a casa para quedarte. Piensas que la vida no es del todo justa...

Pero cuando ya estás a punto de arrojar la toalla, entonces, y sólo entonces, llega una semana como esta.

En primer lugar, te voy a pedir disculpas por no haber escrito nada en toda la semana, pero no ha sido fácil encontrar el momento. Mucho trabajo y sin conexión en el hotel. De hecho, como tengo que coger el tren todos los días para ir al hotel y salgo tarde de la oficina, ni siquiera me llevo el portátil conmigo. Por eso no puedo escribir tanto como a mí me gustaría.

Del lunes, puedo destacar una sorpresa agradable. J.J. dio la campanada y se vino. Teníamos el miércoles la cena del proyecto. Una cena en la que personas de diferentes lugares y diferentes empresas nos íbamos a juntar para celebrar una fiesta de Navidad anticipada. Si él no hubiera venido, no hubiera sido lo mismo. De cualquier forma, también he de decir que eché mucho de menos a X. No pudo ser. Repetiremos.

El martes compartí con dos amigos una salida a tomar unas copas y echar unos bailoteos. Hacía mucho tiempo que no lo podíamos hacer, pero a las 11 de la noche nos fuimos a divertirnos un rato. Bebimos un poco y bailamos mucho. Fue divertido. El Bar Med. Gente de todo tipo y pelaje se juntan allí. Ya te lo he descrito anteriormente. Es muy divertido. Y con J.J. y sus "performances" más todavía. A las dos y media de la mañana nos íbamos a dormir con dolor en la cara de tanto reír. Fue genial. Más que eso, fue impresionante.

Por la mañana nos levantamos un tanto tocados. Antes de las ocho ya estábamos en pie para enfrentar un día duro de trabajo que nos llevaría a la cena del proyecto.

A las 6 de la tarde nos llevaron en autocar a unos ocho kilómetros de la oficina. Un frío impresionante. Toda la tarde nevando (con poca intensidad, sin cuajar). Todo helado. Una noche de aquellas cerradas. El lugar no estaba mal.

Cenamos en una mesa compartida por españoles e ingleses (bueno, había un originario de Irán y otro de Canadá, buena gente). Bebimos vino. Comimos pato. Poca comida para tanta bebida. Ahí empezó a demostrarse el genio español. Tres de nosotros nos ataviamos con una corbata enorme roja (nos las habían regalado A., I. y M.) en la que se podía leer "Kiss me, It's Christmas" (Bésame, es Navidad). Ellas, las mejores, mis amigas, se pusieron unas orejitas de conejitas playboy. Eso era el preludio de lo que iba a ser una gran noche. Bebimos, reímos, bailamos. Los oriundos de la isla nos miraban entre la sonrisa y la perplejidad. Creo que no nos habían visto en nuestra salsa todavía... Hacía tiempo que no nos lo pasábamos tan bien. Pusieron una ruleta, una mesa de black jack y otra de dados. Todo con dinero "de mentira". Me fui a dormir a las dos y media.

El jueves me levanté a las cuatro y media de la mañana. Cogí un tren al aeropuerto y a las siete embarcaba. No me preguntes, pasé todo el vuelo, incluida la hora de retraso que estuvimos dentro del avión parados, durmiendo.

No dormí al llegar. A las tres de la tarde, festival de Navidad de los críos. A babear un buen rato viéndolos cantar y bailar.

Después, hice algo que quería hacer hacía mucho tiempo y que me había sido imposible... Lleve al crío al fútbol, a entrenar. Cuando salió del cole, me dijo su profesora que llevaba todo el día nervioso. "Mi papá viene de Londres a verme". Jo, casi se me saltan las lágrimas. Metió un gol durante el entreno. Era para verlo. Yo estaba allí. Él estaba súper contento. Mereció, junto con el festival, no haber dormido casi.

Por la noche me fui con unos amigos al cine (Spanish Movie). Con palomitas. La película no vale mucho. Pero si la ves en una sala en la que no hay nada más que dos parejas en la fila de los mancos, entonces cambia. Es cómo verla en el salón de casa. Chillando, riendo, comentando las jugadas... Grande.

Ha sido una semana dura. Pero genial. Y por fin estoy en casa. Estaré todas las vacaciones de los niños con ellos. Lo mejor que me podía pasar.

Hay otras buenas noticias, pero las comentaré en otra entrada, más que nada, para darle suspense...

Buenas noches y buena suerte,

àlex

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