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jueves, 10 de diciembre de 2009

A pocas horas de mis treinta y ocho

Estoy en Horsham. Un pueblecito pequeñito al Sur de Londres... Bueno, ya lo sabes, no voy a andarme con muchas mariconadas con esto.

La cuestión es que estoy aquí, son las ocho menos cuarto de la noche (una hora más en mi tierra), rodeado de unos pocos compañeros de trabajo (y algún amigo también). Estoy a un ratito del día más marcado en el calendario anual de cada uno de nosotros, es decir, mi cumpleaños. Dentro de un rato cumplo treinta y ocho.

TREINTA Y OCHO.

Pesa. Joder, es que parece que fue ayer cuando estaba cenando en un restaurante español aquí, en la puñetera isla, bebiendo vino y comiendo tortilla de patata... coño, fue ayer....

Bueno, a lo que vamos. Mañana es el gran día del año. Al menos, llegaré a casa, y estarán todos esperándome, será el regalo perfecto para otro año más.

Hoy, también me han hecho un buen regalo, pero de momento no voy a desvelarlo, es un deseo y un sueño, y si lo digo, igual no se cumple... Pero seguro que eres capaz de saber de qué se trata.

Bueno, no puedo escribir mucho más. Acabo de tener una charla un tanto descorazonadora que casi me hace hasta llorar, pero tampoco voy a decirte de que se trata (joder, cómo estoy hoy).

Pero está cerca.

Ahora me voy a ir a intentar celebrar mi cumple con unos amigos. Al menos que pueda disfrutar de un buen momento aquí hoy. No sé cómo me levantaré mañana, pero seguro que valdrá la pena.

Te cuento como llevo lo de cumplir los 38.

Que vaya bonito,

àlex

PS: Soy así, y no voy a cambiar por mucho que el tiempo así lo quiera.

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