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domingo, 27 de septiembre de 2009

Su primer partido de fútbol

El hecho de pasar tanto tiempo yendo y viniendo hace que, por supuesto, llegues a perderte cosas importantes en el día a día.

A veces son pequeños detalles, otras, no tan pequeños, pero cuando se trata de tus propios hijos, creo que todo son grandes, muy grandes.

Mi hijo ha empezado a dar sus pasitos en la escuela de fútbol. Desgraciadamente, no puedo ir a verlo a ningún entreno. No puedo llevarlo. Ni siquiera puedo ir a recogerlo. Estoy fuera, cuidando de la empresa para la que trabajo. Pendiente de sus pequeños detalles, otros no tan pequeños. Eso hace que no pueda estar por mis hijos.

Afortunadamente, ayer pude asistir a uno de esos pequeños detalles. Jugaban su primer partido de fútbol. Sí, el primero.

Te puede parecer una tontería, o incluso un detalle romanticón, pero para mí era tan importante. Creo que incluso para él lo era. Estaba emocionado. Radiante. Ilusionado. Contento... mi hijo también.

Días como el de ayer, rodeados de intensas semanas de trabajo, en las que se duerme poco, y lo poco que se duerme se hace mal. Semanas en las que el buen humor no impera en todos los momentos, incluso en alguien como yo, que suelo ser siempre el que tiene algo que decir que quite hierro a los momentos más complicados. Encima, un fin de semana en el que he caído enfermo con una buena faringitis que me ha impedido hacer nada durante estos dos cortos días. Eso, días como el de ayer, te hacen darte cuenta de lo importante de los pequeños detalles. Esos detalles que a menudo olvidamos, a los que muchas veces no les damos importancia por lo agobiados que estamos, sin darnos cuenta de que en el otro lado, seguramente no será un detalle sin importancia y a la otra persona le podrá parecer lo más importante del mundo.

Espero estar el el segundo partido y, si jugamos bien las cartas, igual puedo llevar a mi hijo a algún que otro entreno entre semana.

Carpe Diem

àlex

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