Total de páginas vistas

martes, 15 de septiembre de 2009

Otro mal día...

Hoy no ha mejorado el día respecto a ayer.

He estado en la oficina desde las 8 hasta las 10 de la noche. No quiero contar las horas que suman. He estado una hora comiendo. Con un montón de compañeros. Volvemos a ser unos cuantos aquí.

Estoy cansado. Muy cansado.

He de reconocer que sigo comportándome como siempre, es decir, intento cachondearme de todo, pero tengo cada vez menos ganas. Creo que estoy más susceptible de lo habitual, y también me enfado con más facilidad con los compañeros, aunque intento disimularlo todo lo que puedo. Aguanto menos. Aguanto poco.

Hemos ido a comer al Black Crown (creo que se llama así). Un pub inglés. Te quedas pegado a la mesa. Es guarro. Para comer, algo que llaman "Hunting duck", pechuga de pollo cortada a mitades, una encima de otra, con una tira de bacon en medio y queso por encima. Una cerveza para beber. Budweiser, como viene siendo habitual aquí en UK.

Tengo tiempo de nada y menos en la oficina. Me siento un poco bombero y con la sensación de que en algún momento me convertiré en un cabeza de turco. Pero no vamos a entrar en este tema. Sabes lo que suelo pensar de escribir aquí temas profesionales.

Casi me quedo sin cenar. Cuando hemos salido, los que están en el hotel en Crawley han preferido irse para allá. X. y J. se habían ido hacía un buen rato al piso. Se han pillado unas pizzas que han compartido al final conmigo cuando he llegado. Me cuidan. Siguen cuidándome más de lo que seguramente merezco.

Ahora cuento en negativo, es decir, espero que me queden realmente sólo un par de semanas a parte de esta. Algunos ya se cachondean de mí. No se esperan encontrarme aquí cada semana.

Mañana espero poder escribir algo más alegre. Reconozco que hoy es una entrada para llorar, pero a alguien se la tengo que contar, a quien mejor que a ti, que siempre estás ahí para escucharme.

Un muy buen amigo me dijo ayer, a través de Facebook, que al final me acordaré sólo de lo bueno de esto, como en otras tantas veces. Él y yo habíamos compartido cosas buenas y no tan buenas en Milán. Nos habíamos llegando a gritar el uno al otro. Pero somos buenos amigos, aunque sea en la distancia. Y tiene razón, ahora podemos reírnos de aquello.

No te aburro más.

Que vaya bonito,

àlex

1 comentario:

  1. Mmmm. Desde la distancia.
    Me gritabas tú a mí o yo a tí? No recuerdo ni siquiera porqué discutimos
    Lo ves? solamente me acuerdo de lo que nos reímos después, viendo las caras de los que nos habían oído, desde... el piso de arriba!
    Ánimo Alex, queda poco
    Un abrazo

    ResponderEliminar