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domingo, 20 de septiembre de 2009

Panda de chorizos

Ayer fui a comprarme algo de ropa. Desde que estoy en UK, he cambiado algo las tallas que uso, y ya tocaba.

Nos fuimos al centro comercial de la pequeña ciudad en la que vivo. Allí, me acerqué a una tienda en la que no sé por qué pero siempre me ha gustado entrar a comprar. Springfield. Me gusta el tipo de ropa que tienen allí. A mi gusto, me sienta bien, y me siento cómodo.

Aproveché para comprarme un par de pantalones y un par de camisas.

Pero no quiero contarte el tipo de ropa que me compro, si no lo que puedo llegar a cabrearme con la gente de mi país.

Llevaba mis gafas de sol colgadas del cuello de la camiseta. Ya sabes. Seguro que tú lo has hecho más de una vez. Bien, pues para probarme la camisa, las dejé sobre un perchero que había en el probador.

Cuando acabé de probarme la camisa, me fui directamente a pagar la ropa.

Al darme cuenta de que no llevaba las gafas, ya era tarde. Habían pasado 10 minutos y ya no estaban.

Esto me sucede en Horsham, otra pequeña ciudad de otro país, y las gafas hubieran sido entregadas al tipo de la caja. Aquí, no. Aquí cogemos las gafas y nos vamos corriendo con nuestro botín. Somos así.

Una de las cosas que seguro voy a echar de menos de Londres es la sensación de seguridad que tienes allá donde vas. En el tren, sea la hora que sea, nunca esperas que venga alguien a pedirte algo. A contarte lo mal que lo está pasando en la vida y que necesita dinero. Nadie te intentará robar. Por la calle, lo mismo. Nadie intenta engañarte.

Creo que ellos tienen mucho que aprender de nosotros. Después de 8 meses allí, algo de información tengo para poder hablar. Aunque nosotros también tenemos mucho que aprender de ellos. Sobre todo en civismo.

Que acabes de pasar bien el fin de semana. Yo, mañana, tendré una experiencia nueva: Easyjet sin Speedyboarding. Grandes colas para facturar.

Que vaya bonito,

àlex

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