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viernes, 6 de marzo de 2009

Incomprensiblemente...

El miércoles por la noche, al final de la entrada del blog, decía que quería comentar algunas cosas que me sorprenden o me hacen gracia en relación a algunas de las personas con las que comparto muchas horas en mi día a día de Londres.

Antes de eso, comentar algo que me ha pasado hoy durante la comida, y que me ha dado que pensar.

Es cierto que, de un tiempo aquí, he ido dejando de hacer cosas cotidianas y relativas a las relaciones personales. Sobre todo, entre semana. Hoy, para romper esa racha, he quedado a comer con unos amigos. Éramos 4. Durante el transcurso de la comida en La Clotxa (uno de los mejores restaurantes de menú que he comido en mi vida y que, afortunadamente, está al lado de mi casa), M. me ha dicho que se hábía pasado toda la mañana llamándome, y que nunca le cojo el teléfono. Al preguntarle a qué teléfono me estaba llamando, me ha respondido que al personal, a lo que alguien ha respondido "y qué haces llamándolo a ese teléfono, él ya no tiene vida personal".

Creo, no, estoy seguro de que es algo exagerado, pero si que es cierto que no nos damos cuenta y vamos perdiendo poco a poco las relaciones personales de siempre, o bien las vamos cambiando por otras, que se entremezclan también con nuestra vida profesional. Lo que está claro es que cuesta cada vez más desconectar del trabajo en nuestra vida cotidiana y que eso hace que se vaya diluyendo nuestra vida personal con él. Lo que me recuerda a la siguiente parábola (por llamarla de alguna forma):

Un profesor de ética lleva a su clase varios objetos y los coloca en su escritorio. Cuando da comienzo a la clase toma un frasco grande y vacío de mayonesa y procede a llenarlo con unas cuantas piedras de tamaño regular.
Entonces pregunta a sus estudiantes si el frasco está lleno. Todos dicen que sí. Entonces el profesor coge una bolsita de bolas medianas y la vacía en el frasco y agitando poco a poco las bolas van llenando los espacios vacíos entre las piedras. De nuevo pregunta si el frasco está lleno. Todos respondieron, riéndose, que ahora sí. El Profesor toma ahora una bolsita de arena y la va vaciando en el frasco mientras sacude un poco. La arena termina de llenar los espacios vacíos.
"Ahora bien - dice el profe - quiero que reconozcan y entiendan que ésto es como sus vidas. Las piedras grandes son las cosas importantes (sus familias, sus socios, su salud, sus hijos), cosas que cuando todo lo demás se pierde, todavía llenarán sus vidas. Las bolas representan cosas que cuentan algo menos, como su trabajo, su casa, su automóvil. La arena sería todo lo demás, las cosas insignificantes en sus vidas."
"Si ustedes llenan el frasco primero con la arena, no habrá espacio para las piedras y las bolas.
Lo mismo ocurre con sus vidas. Si pierden su tiempo y energía en nimiedades nunca quedará espacio para las cosas que realmente deben importarles. Ocúpense primero de las piedras y bolas, lo que más importa. Establezcan prioridades, el resto será pura arena."
Pero entonces un estudiante se levanta toma el frasco que todo el mundo, incluido el profesor, consideran totalmente lleno y procede a vaciar una lata de cerveza dentro del mismo. Por supuesto la cerveza rellenó los intersticios sobrantes dentro del frasco y verdaderamente dejó el frasco - ahora sí - totalmente lleno.
¿Y la moraleja? No importa cuán llena esté tu vida, siempre quedará espacio para UNA CERVECITA BIEN HELADA CON TUS AMIGOS!!!!
Dicho esto, y volviendo a ligar con el tema del miércoles, quería comentar una de las cosas que quizás más me ha chocado de algunas de las personas con las que convivo en Londres: Las despedidas en el messenger. Esto si que es algo que me pone de los nervios. ¿Te han dejado alguna vez tirado en el messenger, después de algún comentario, en el que te quedas como 5 minutos con cara de bobo mirando la ventanita esperando que la otra persona te conteste? Pues bien, a mi al principio me pasaba una barbaridad, no quiero decir que sea algo típico de los amigos de la capital, pero curiosamente, sólo me pasa con ellos. Les estás comentando algo, y, sin decirte un simple "adios, bye, ciao, ok, nos vemos", no responden, y lo ven de lo más normal. Yo no puedo. Supongo que ahora ya me he adaptado y empiezo a hacer lo mismo, digo lo de dejar algo teóricamente "a medias".

De todas formas, he de decir, que son detalles sin importancia. Desde luego, todos los/las compañeros/as con los que comparto vida en Londres son muy buena gente y, en definitiva, son mi familia cuando estoy allí. Está claro que siempre tienes más afinidad con unos que con otros, pero he de reconocer que no hay nadie del que pueda decir algo en contra.

Esta semana, dejando a un lado lo que puedo llegar a echar de menos a mi familia, que es demasiado, ha sido una gran semana, ya que todo lo malo que me pudiera ocurrir en las anteriores, se ha solucionado de la mejor manera posible. Mi familia y yo nos estamos adaptando a la situación (con muchas dificultades, pero creo que lo estamos consiguiendo) y la amiga que creía perdida sigue ahí...

Buenas noches y buena suerte.

àlex

2 comentarios:

  1. Pues entonces para tener vida personal desvía tu numero personal al de la ofi! Y ya ta!

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  2. Jo Fernando... Lo que has dicho en una frase tan simple...

    Vamos a ser positivos...

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