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lunes, 25 de mayo de 2009

¿Hablo mucho?

Durante unos años estuve trabajando en lo que al final vino siendo GFT. Tengo gratos recuerdos de aquellos años. Son los que guardo. Pienso que los malos es mejor no guardarlos. Guardo buenos amigos, y amigas, claro. Recuerdo que allí me hice pronto famoso por mi facilidad para la palabra y para, sobre todo, enzarzarme en largos debates, algunos sin ningún destino claro.
Este ha venido siendo a lo largo de mi vida, un motivo por el cual ha habido quien me ha odiado y quien me ha querido. Repito. Me quedo con los que se que me quieren.

Te preguntarás a qué viene esta introducción. Pues viene a colación de uno de los comentarios que una amiga que tengo desde entonces ha dejado. Lo ha dejado en la entrada del jueves pasado (ver Me da palo del jueves 21 de mayo). En el dice exactamente esto (cito textualmente):

Alex, esto va para ti con todo mi cariño y sin ninguna intención maléfica:
yo te catalogaría en el grupo de amigos mios llamado:
"A ti si te tapan la boca te salen subtítulos"
Bueno, bueno, bueno. Por la persona que me lo ha dicho, me lo tomo con todo el cariño del mundo. Sé que me aprecia y me respeta. También sé, porque me lo ha dicho, que se leería igualmente mis subtítulos, porque normalmente tengo contenido. Vamos, que ha quedado de miedo.

Este comentario, unido al del otro día de X. en que me decía que mi cerebro iba demasiado rápido para mi boca, y que cambiaba de tema constantemente, me coloca en una posición de hablador. Y digo yo, ¿será verdad?

Pues sí. Para qué nos vamos a engañar. Hablo. Hablo mucho. Unas pocas veces con contenido y otras muchas para intentar pasar el rato.

El hecho de estar en Londres hace que todavía me den más ganas de hablar, por que a ver, aquí, por hablar, hablan los ascensores, las estaciones de tren, las estaciones de metro. Los ascensores siempre te dicen si suben o si bajan, si abren o si cierran, el piso en el que estás. El metro te dice que recuerdes el espacio que queda entre en vagón y el andén... Te recuerdan en Horsham que te alejes del tren cuando están separando vagones. Eso, que aquí, hablan hasta los cacharros. Que en muchas ocasiones no se les entienden... pues sí, pero eso ya no es culpa nuestra, que hablen más clarito.

Esta mañana nos ha dado tiempo de hablar mucho rato. De decir muchas tonterías. Nuestro vuelo se ha retrasado. ¿Por qué?, te preguntarás... anda... anda... pregúntatelo. Pues se ha retrasado por la niebla. Claro, no se veía un pijo. Y, por lo que me han dicho, les cuesta aterrizar. No hay visibilidad. Entonces, claro, hablamos mucho. No decimos nada, pero soltamos un montón de tonterías. Imagínate a 3 tíos juntos... bueno, no te los imagines. Es igual. No la liemos.

Hoy es lunes. Aquí en Londres es lo que se viene llamando "Bank Holiday". Un festivo. Hemos estado más solos que la una en el edificio. Nos hemos venido los del combinado de la oficina de Barcelona. Los demás se han quedado en sus respectivas autonomías. Ya te contaré.

Volviendo a los amigos. Que bonito es mantener amigos de años anteriores. No te ves demasiado con ellos. Quizás te ves casi nada. Mantienes el contacto con el Facebook y poco más. Eso sí, el Facebook lo miramos fuera de horas de trabajo. Tú también no? Porque nadie me va a engañar ahora diciéndome que el Facebook lo mira la gente durante horas de trabajo. Incluso que publica cosas en ese horario. Habría que ser tontorrón. Quedan marcadas las horas. Cualquiera lo puede usar. Además, es poco profesional, no? Entre eso y las 4 ventanitas abiertas del Messenger... Mantener 4 conversaciones a la vez es duro. Imagina en horario laboral. "Coñe, el jefe"... Y en una reunión...

Bueno, que no quiero liarme. El miércoles está cerca. Me he traído mi camiseta del Barça. A ver si no nos pegan.

"No podemos tener una idea exacta del hombre que jamás se calla." Maurice Maeterlinck (1862-1949)

Buenas noches y buena suerte,

àlex

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