Total de páginas vistas

domingo, 17 de mayo de 2009

Disneyland París. I


Capítulo 1. Llegamos al parque.

Ya te conté como nos fue el sábado, foto incluida en la autopista.

Dejamos el hotel Campanille de Saran a eso de las 9 de la mañana. Llegamos al Resort en el que nos alojábamos sobre las 11. Teníamos reservados dos Bungalows en el Davy Crocket Ranch. Está en la salida 14 de la A10, a unos 10 minutos del parque. La entrada del resort ya te da una primera pincelada de lo que te vas a encontrar después. Hay un lago enorme en el que se ven incluso pescadores.

Cómo todavía no podíamos acceder al bungalow (se podía a partir de las 15h), decidimos registrarnos e irnos al parque. Así que no vimos nada más del recinto. Lo dejamos para más tarde.

La llegada al parque nos dio la primera sorpresa. Esperábamos, siendo domingo, que el parking estuviera hasta los topes de coches. Nada más lejos de la realidad. Si bien el parking es enorme, no se había llenado ni la mitad. Aparcamos, nos comimos unos bocatas allí mismo y nos fuimos hacia el parque.

Del parking al recinto accedes mediante unas cintas tipo aeropuerto. Cubierto (allí casi todo está cubierto por el clima). Ese día no nos llovió, o al menos, yo ya no lo recuerdo. Después de 10 minutos caminando, recuerda que llevábamos siete niños con nosotros, llegamos hasta el acceso. Allí hay dos parques, el de Disneyland y el de Disney Studios. Además está el Disney Village, pero eso es un complejo de tiendas únicamente.

Por cierto, mientras caminábamos nos cruzamos con 3 tipos vestidos con traje militar y unos fusiles que daban pánico. Iban mirando todas las papeleras. Supongo que tema anti terrorista, pero a mí no me daba mucha confianza verlos por allí con aquellos trastos.

Nos fuimos hacia el de Disneyland, el más grande de los dos y también el que más tiempo lleva abierto. Primero el control de seguridad. Allí te miran todas las bolsas que llevas. No para ver si llevas comida, como te hacen aquí en los españoles. Supongo que buscan otro tipo de materiales que hagan pupa. De cualquier modo, sólo nos miraron el bolso de mi mujer. Las bolsas que llevábamos en el carrito doble de bebés que llevábamos ni si quiera las miraron. Me pareció algo relajada aquella seguridad. Supongo que irá más por el tema psicológico, pero no sé qué decirte.

La entrada del parque es chula. Un castillo enorme con un reloj de Mickey en que va apuntando las horas con las manos.

Accedimos al parque y decidimos coger un tren que da la vuelta al recinto. Pensábamos que te lo enseñaba todo, pero no, sencillamente hacía eso, daba la vuelta al recinto. Esperamos unos 15 minutos a que llegara y claro, dimos la vuelta para bajarnos de nuevo en la misma estación.

Tras este primer chasco, nos fuimos hacia las atracciones. Esperábamos encontrarnos por allí a todos los personajes Disney dando vueltas, pero nada, ni uno… Tiendas y puestecitos en que vendían todo tipo de artículos relacionados, los que quieras, pero personajes Disney ni uno. Hicimos la primera cola brutal en la típica atracción de los avioncitos, aunque en este caso en vez de avioncitos eran Dumbos. 30 minutos de cola por menos de un minuto de atracción.

Después nos fuimos a otra. Aquella se llama “Smart World”. Con una barca vas pasando por representaciones de todos los países del mundo. Realmente hay que reconocer que es bonito. A los críos les encantó. La música que sonaba de fondo era la misma que aparece en la película de Shrek, en la escena en que llegan a Duloc y un teatrillo de autómatas les da la bienvenida.



A nosotros también nos gusto. Prueba de ello es que repetiríamos días después.

Al salir de esta atracción, pillamos un desfile con todos los personajes Disney relacionados con las “Princesas” y el “Rey León”. Supongo que, si no tienes hijos, todo esto te sonará a chino, pero también has sido niño o niña en algún momento, verdad? Este fue quizás el momento en que me sentí más niño. Sobre todo por verle las caras a las crías. Fue algo realmente emocionante. Cómo lo vivían. Todo el rato gritándonos “Papá, Mamá, mira…”. Sólo por esos minutos, creo que valió la pena el viaje.

Por lo demás. Primera impresión del parque. Para mí es algo parecido a Port Aventura o cualquier otro parque temático, unido al mayor centro comercial de Europa. Que de tiendas. La entrada al parque te obliga a pasar por Main St. Aquello es una calle de unos 500 metros con tiendas y más tiendas. Lo bueno es que en todas venden lo mismo: artículos de Disney a precios astronómicos…

Nos fuimos para el Davy Crocket Ranch. Es una maravilla. Desde recepción hasta el bungalow que nos dieron, podía haber tranquilamente unos 3 o 4 kilómetros. Todo rodeado de bosque verde. Sólo se escuchan los pájaros. Se respira tranquilidad. El bungalow (alquilamos uno de los grandes) es enorme. Muy bien equipado. Todo parecía perfecto.

Nos fuimos a la piscina cubierta. No había mucha gente. Fuera llovía. Había Jacuzzi de agua caliente (no preguntemos, mejor). Todo con un agradable olor a lejía. Para pasar de la zona de vestuarios a lo que es la piscina, debías meter los pies en una especie de badén lleno de agua. Mejor tampoco preguntar.

Nos fuimos al bungalow. Cena. Y todos a dormir, que íbamos cansados y nos quedaba todavía mucho por delante.

De momento, la sensación es de fiasco. Esperábamos más “ilusión” y menos “comercio”. A ver qué nos deparaba el día siguiente.

"Piensa, cree, sueña y atrévete." Walt Disney (1901-1966)

àlex

1 comentario:

  1. Esperamos con ansia ver esas fotos con las caras de emoción de vuestros hijos...

    ResponderEliminar