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viernes, 5 de febrero de 2010

Muy Maricón

La orquesta platería lo cantaba hace mucho tiempo: "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" -aquí, mi amigo R., intentaría llevarlo hacia "All the single ladies" the Beyonce-. Y es cierto, la vida te da muchas sorpresas.

A mí, sin ir más lejos, me la dio ayer.

Te pongo en antecedentes:

Como ya te he contado, ahora me toca estar un mes de vacaciones. Ha sido un parón así, de golpe. Ya había estado estas fiestas otras tres semanas, pero fue diferente, estaba con los niños, mi mujer... Vamos, que no paraba.

Ahora estoy solo en casa, y noto que me falta ese punto de estrés que tanto odiamos. Ya en otra ocasión te mencioné el término de "Workaholic", que no es más que ser un enfermo del trabajo. Yo no me considero enfermo... Para nada. Siempre me he considerado de la filosofía americana, es decir, la ley del mínimo esfuerzo. Creo que la gracia de mi presunta calidad técnica en los proyectos viene dada por ahí. Mi cerebro se ha especializado en dar soluciones sencillas, de poco trabajo, por el sencillo hecho de que quiero trabajar lo menos posible. Eso, lejos de ser malo, es bueno, más beneficios porque se necesita menos mano de obra, con lo cual, ellos contentos y yo contento.

Bueno, que me lío. Resulta que, ayer, en la soledad, no se me ocurre otra cosa que enviar un correo electrónico a unos cuantos compañeros con los que he compartido "experiencias" en UK. El correo era simple. Decía "Os echo de menos", en inglés. Pues aquí empezó la sorpresa.

¿Te puedes creer que los muy cabr**os, empezando por X., me envían una respuesta con dos palabras? Decía: "Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy Maricoooooooooooooooon"... "Pa cagalse". Eso es un amigo, ¿verdad? En vez de preocuparse o preguntarte, el muy desgraciado me suelta eso...

Se abrió la veda. El resto de tíos, en una hipotética caída de su personalidad y originalidad, repiten. Claro. Me quedé acojonado. Sólo uno cambió el discurso, pero el fondo era el mismo. Afortunadamente, alguna chica, que acostumbran a tener el corazón más sensible que nosotros, fue más dulce.

Luego dicen que los tíos tenemos el corazón de hielo... ¡Y un huevo loco! Lo que pasa es que nos pasamos de machitos. Ahí vamos, enterrando cualquier atisbo de sensibilidad. Jodiendo al personal. Me gustaría ver a más de uno de los de ayer con sus novias. Joder, si es que me lo estoy imaginando. Babeando. Diciéndole "cuchi-cuchi" y haciendo cariñitos. Hablando en diminutivo... Corazoncito, amorcito... ¡Venga ya! Si seguro que hasta le cantas alguna de Alejandro Sanz con la guitarra...

Bueno, bromas a parte, os echo de menos... aunque lo veáis muuuuuuuy maricooooooon...

Que vaya bonito,

àlex

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