Total de páginas vistas

jueves, 19 de febrero de 2009

El hindú

Ayer no escribí en el blog, pero es que acabamos tarde... y perjudicados.

Después de la hamburguesa del lunes, tuve que claudicar a eso que se llama democracia y que todos defendemos (o deberíamos), y fuimos a comer a un restaurante hindú. Previamente, habíamos tomado una cerveza en la recepción del hotel.

Entramos en el hindú, allí olía a... cine viejo... pero de verdad. Habrá quien diga que olía a indio, pero para mi olía a rancio.

Cuando por fin llegamos al comedor (después de subir un montón de escaleras) allí sólo había un camarero (con delantal, así que seguro que pinche de cocina) escachuflao en un sofá, dos mesas con dos comensales cada uno (indios, seguro que figurantes para dar sensación de que iba alguien) y dos más que sonreían. Les pedimos mesa para nueve (nain) y nos sentaron en una de 6... fallo. Finalmente conseguimos la nuestra y ahí empezó el baile de saber que pedíamos. Después de muchas chorradas y alguna anécdota sobre botellas de vino de 2000 EUR (otro día lo cuento) pedimos algún tipo de pollo con arroz, en mi caso, creo que Chicken Tika Massala, que cuando lo trajeron en un cuenco talla pequeña, pensaba que eran huevos al plato, pero que va, había trocitos de... carne por dentro.

El ser humano que se sentaba delante mío se pidió un plato interesante: Chicken Vindaloo. Lo de chicken se lo que significa, el vindaloo me enteré luego. Lo pidieron "Normal Spicy", vamos que picara lo justo. Al parecer te ofrecían poco picante, normal o muy picante. El tío se reía, y lo entiendo. Lo compartimos entre tres. El que más comió, normal, fue el que lo pidió, los otros dos, comimos algo. Sólo decir que el otro, que venía con el pelo así como un poco de punta, acabó con el pegado a la frente de la cantidad de sudor que le provocó el plato. Madre mía, como picaba. Creo que finalmente cayeron 2 litros de cerveza... por persona. El problema del picante es, precisamente, que primero pica... y luego escuece (no entro en más detalles).

Hoy hemos quedado con nuestros compañeros ingleses para ir a tomar unas cervezas... a las 7:30pm. Cuando hemos llegado al bar en el que estaban esperándonos, hemos observado algo sorprendidos que también iban a cenar. Al parecer, quedar para tomar unas cervezas ya es cenar. Nos hemos pedido un par y algo muy interesante: 6 vasitos de cervezas diferentes para probar.


Allí nos hemos reído bastante, al final, unos se han ido a cenar a un libanés y dos nos hemos ido a finalizar un documento que teníamos que publicar para mañana a primera hora. Para ello, nos hemos ido a cenar al hotel.

El restaurante (bueno, a la 10 la cocina ya estaba cerrada) nos ha permitido comer un sandwitch de pollo (el special club que llaman) sentados en una sala cercana a recepción.

De repente ha entrado una rubia, que no estaba nada mal. Nos la hemos quedado mirando porque... bueno, por que sí. Lo mejor es que ha preguntado algo en recepción y se ha ido hacia los ascensores. 32 minutos después (por poner algo, pero ha sido más o menos media horita) ha bajado y se ha largado tal y como llegó, a toda prisa. Nos hemos quedado alucinados, y el conserje se ha partido de risa viendo la cara que se nos ha quedado a nosotros... Suponemos que la chica era "una almohada extra".

Mañana, jueves... volvemos a casa, a ver a la familia (que ganas tengo)... y a disfrutar del fin de semana, que es corto y el lunes estamos de vuelta.

Bona nit,

àlex

No hay comentarios:

Publicar un comentario