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viernes, 30 de enero de 2009

Who Framed Alex Lopez

Yo creo que el título para el jueves es ideal. Sí, sí, es viernes, pero es que los jueves, como ya he comentado, me es totalmente imposible escribir, bueno, que cuando llego a casa como que no...


Lo del título lo voy a dejar para más adelante, decir que comimos bien (dentro de lo bien que se puede comer en la City): un plato de pasta que ni me pude acabar de lo grande que era. La mía era a la carbonara, ya sabes, con beicon, y había un trozo que nos hizo recordar a todos el famoso combate entre Mike Tyson y Holyfield, vamos, que parecía una oreja, pero bien rica que estaba.

Después de eso, la tarde ya se oscureció un poco y hubo lo que a mi parecer fue algo de mal rollo, pero supongo que eran imaginaciones mías...

A lo que vamos, mi jefe, al que llamaremos X (Hola X) para mantenerlo en el economato, me mandó un correo tras leer mi blog con la siguiente frase de Ernest Shackleton (atención navegantes)

“Se buscan hombres y mujeres para peligroso viaje. Salario reducido. Frío penetrante. Largos meses de completa oscuridad. Constante peligro. Dudoso regreso sano y salvo. En caso de éxito, honor y reconocimiento”
Claro, antes de la frase, me escribía que por mi blog se desprendía que él no me había detallado claramente de que iba la fiesta. Imagínate que, estando tan lejos de casa, y ante la expectativa de volver en tres meses a casa para quedarte, te sueltan esto.

También hay que decir, que hay muy buen rollo y que nos reímos bastante, y esto fue una guinda de un pastel que igual cuento en otro momento.

Los jaboncillos

Quien no recordará el chiste de los jaboncillos en el hotel (si no lo sabes, aquí... me espero a que lo leas). Bueno, eso, resulta que he escondido (es una manera suave de decir que me los he guardado en la maleta) cada día los 4 botes (jabón, champú, crema hidratante y suavizante) que me dejan en el cuarto de bajo... Y cada mañana me los han repuesto... es impresionante, entendí perfectamente al colega del chiste... aunque claro, de manera diferente, yo creo que he debido sucumbir a la enfermedad del cleptómano hotelero. Lo que no me han repuesto ningún día ha sido el patito de goma de la bañera, aunque gracias a Airin (ya sabes...) ya tengo los 3 que necesitaba en casa.

El Taxi

Bueno, en el taxi de regreso nada de tonterías. Esta vez subí convencido de que no iba a suceder nada extraño... y me puse los cascos con la música y así ni me molestó. Al menos éste me dejó en la puerta de la estación y no me dejó tirado como el del anterior jueves. Por cierto, si pagas con tarjeta, te clavan una comisión extra con una gran sonrisa en la cara...

Luego llego aquí, cojo un taxi en el aeropuerto y me lleva a casa con un palique... Cuando vi que apagaba la radio dije... tate, me va a dar el viaje... y me lo dio, aguantándole el cabreo que llevaba con la crisis. Al llegar a casa el taxímetro marcaba 13,60... Y me soltó lo de... "ya sabe, el mínimo del aeropuerto son 20..."

Bueno, ya no escribo hasta el lunes, que a ver que nos depara la ciudad de las sandwitcherias.

¡¡¡Buen fin de semana!!!!

àlex

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